¿Con o sin cafetería? Cuánto cuesta morirse hoy en Chile

funeral stephen hawking
Agencia AFP

Cerca de $600 mil puede costarle los servicios básicos de una funeraria, pero si quiere puede pagar más de $5 millones por la versión premium, con vehículos, cafetería y hasta coro lírico si quiere estar seguro que lo van a llorar. A eso se suman los gastos en sepultación, los derechos de sepultación y la mantención de la tumba, ítemes que superan los siete dígitos, y de los que puede zafar si opta por ser cremado. Acá, los números de la muerte en este Halloween.


Generalmente son señoras, con harta paciencia y manejo de tecnicismos como "columbarios", "reducciones"; "unión de esposos", las que atienden una a una las consultas por teléfono. Otras veces son proactivos jóvenes que detallan todas las alternativas a disposición de los interesados -como nosotros para esta nota-, pero que no, no son vendedores, sino "ejecutivos" o "ejecutivos de nuevos negocios".

Son las contrapartes de una clientela que siempre tendrá mercado, y cuya oferta de cementerios, sepulturas, cremaciones y demases se ha ido sofisticando -y encareciendo- con el tiempo. Para qué hablar de cómo influye la falta de suelo: por ejemplo, en China desde hace años que las autoridades, así como antes impusieron la política del hijo único, ahora han hecho de todo para incentivar la incineración en vez de la sepultación, porque sencillamente escasea el espacio para tumbas.

Si hasta existen paquetes turísticos que incluyen estadía en la playa para pasar la pena de arrojar cenizas al mar. Pero eso es en China, donde viven -y mueren- mucho más de 1.400 millones de personas.

En Chile, morirse no es muy simple si nos vamos a los guarismos. Para el único que esto es sencillo es para el occiso. Apenas parta de este mundo sus deudos encararán una cadena de decisiones que tomar y gastos que desembolsar contrarreloj, por razones obvias. Y que por lo bajo implicarán egresos de siete dígitos.

Cuando el ataúd queda chico

Las ofertas son muy variadas, y hoy las funerarias y servicios funerarios ofrecen "planes" -así como uno de salud- o "packs". Contratar sus servicios será uno de los primeros gastos para que terceros se hagan cargo del ataúd, del velorio, del funeral, del traslado, y, según el caso y el precio, incluso hasta del café (algunos ofrecen catering), del traslado de los deudos y a veces hasta de un coro.

Es el primero porque detrás viene el pago al cementerio de su elección -o del fallecido, si alcanzó a manifestar su voluntad en vida-, al que hay que cancelar la sepultación misma, el derecho de sepultación y la mantención de la tumba. Pero vamos a los números.

En el website del Hogar de Cristo, una de las funerarias más conocidas, ofrecen casi una veintena de planes y ofrecen descuentos por comprar online. Partiendo por el "Plan Básico" bajo la modalidad de "Necesidad Futura", que cuesta UF25 ($697.300), que incluye los trámites legales de defunción, el pase sepultación, la carroza, instalación y traslado al velatorio; la carroza para el funeral y el traslado al cementerio, la capilla para el velatorio, los cirios y -además- los portacirios.

Al otro extremo de la cadena está el "Plan Premium Cedro", que cuesta $5.830.000. Además de un ataúd de mejor calidad y todo lo anterior, incluye vehículos de acompañamiento, publicación del obituario en los diarios, arreglos florales, libro de condolencias, tarjetas de agradecimientos, cafetería y hasta un coro litúrgico o lírico. Es decir, por esa plata le garantizan que en su entierro lo van a llorar.

Otra de las firmas, Funerales Río Claro, tiene un "plan base" por $750 mil para una urna de madera simple, los trámites, certificados, carrozas, vehículos, cirios y otros. Más arriba están los planes "Superior " y "Premium", este último por $3.200.000 y con servicios similares al tope de línea del Hogar de Cristo.

Como ambas, en general la oferta de las funerarias es similar, y cubre "planes párvulos" -para niños pequeños o bebés- y planes para "tallas especiales". Es lo que pasa cuando el fallecido excede las dimensiones estándar de los ataúdes. En el Hogar de Cristo, por ejemplo, explican que por sobre los 90 kilos de peso o 1,85 metros de altura hay que pensar en ese tipo de soluciones.

Pero, francamente, eso no siempre se hace. Una de las prácticas más difundidas en el rubro -y que probablemente la clientela ignora- es que si el occiso está pasado en milímetros o muy pocos centímetros, literalmente se corta por lo sano: le quiebran las piernas y se acomoda el largo.

Más gastos

Con el funeral resuelto hay que cerrar el trato con el cementerio, al que hay que pagar por separado para sepultar el deudo, el derecho a sepultación y la mantención ("es como los gastos comunes o las contribuciones", explican) de la tumba. Ahí las alternativas y precios son innumerables, según una serie de factores.

El clasiquísimo Cementerio General de Recoleta tiene en su website 9 páginas en PDF con sus aranceles. Un nicho adulto perpetuo -uno, para una sola persona- sale al menos $1.038.586, pero puede ser más caro. Nichos familiares para tres urnas se pueden hallar desde los $2 millones y medio para arriba, y el número sube a más de $4 millones si es para cinco personas.

Los precios son más bajos si se paga para usar la tumba por diez años o por otro lapso. El derecho de sepultación puede ir desde los $24 mil hasta los casi $180 mil en el General.

En el Cementerio Católico la sepultación cuesta entre $250 mil y $590 mil dependiendo de si es en nicho, cripta, capilla (para hasta 10 personas) u otra clase de tumba. La mantención puede ir desde $40 mil si es anual hasta los casi $10 millones si es perpetuo para un mauselo de alta capacidad.

Lo anterior, sin contar los gastos en la la lápida y la grabación de la misma, que puede rondar los $50 mil.

En el Parque del Recuerdo ofrecen casi exclusivamente planes de sepulturas para tres personas o mas. Los precios varían si se compra como "necesidad inmediata" o vía "Plan Vive Tranquilo", este último con anticipación y más económico. Por ejemplo, en el de AMérico Vespucio una tumba familiar perpetua para tres, bajo césped y con lápida puede costar cerca de $1.138.000.

De vuelta a las cenizas

Ahí -al igual que en otros cementerios- también ofrecen el servicio de cremación o incineración, opción más económica en casos individuales y ante decesos repentinos. Patricio Araneda, ejecutivo de nuevos negocios, cuenta que si bien tienen un crematorio operativo haca unos siete años, las ventas han subido desde que comenzaron a ofrecer el servicio online.

"Ha ido ganando mucho terreno, sobre todo en sectores más jóvenes y del ABC1 y en comunas del sector oriente", agrega. Ahí el servicio básico de cremación cuesta $910.000 y el premium $1.270.000. Y no hay que pagar mantención de la tumba ni otros gastos.

En el Cementerio Católico de Recoleta cremar a un ser querido cuesta al menos UF31 ó $864.652. Claro que incinerar implica gastar por algo que sólo se usará unas horas: la urna. Una vez terminado el servicio religioso o las exequias, el ataúd no se vuelve a utilizar más. No se crema al deudo dentro de él para que no sea tan lento el proceso y para evitar quejas de familiares por mezcla de cenizas.

En otras latitudes, al occiso lo incineran en hornos especiales, sólo envuelto o dispuesto en cajas de cartón o de materiales de rápida combustión. Pero en el Católico aclaran al fono: "No, acá lo incineran solito, ni siquiera con ropa".

Además, el Reglamento de Cementerios lo prohíbe por razones sanitarias. Salvo desiguales excepciones: "Previa autorización de la autoridad sanitaria correspondiente y de los familiares del occiso, los cementerios podrán reutilizar el ataúd que contenía los restos que fueron incinerados, para la inhumación de indigentes. Con todo, aquellos ataúdes que constituyan riesgo para la salud de la población, deberán ser destruidos según indicación de esa misma autoridad.

¿A quiénes les está pagando?

Detrás de la industria de los cementerios están al menos cinco actores principales: Los Parques, Parques de Chile, Parque del Sendero y Acoger Santiago.

Los Parques S.A., posee cuatro cementerios: Parque del Recuerdo Américo Vespucio I y ll, Parque del Recuerdo Cordillera y Parque del Recuerdo Padre Hurtado. La sociedad maneja el cementerio Parque del Recuerdo, y su directorio es liderado por Eduardo Fernández León e integrado también por Sergio Cardone Solari, Gonzálo Ibáñez y Leonidas Vial, entre otros.

Mientras que la sociedad Parques de Chile, posee el cementerio parque Canaán en Santiago y 17 cementerios en el resto del país. Opera la red nacional de cementerios más grande del país y está ligada a la familia Cueto que participa en este negocio desde fines de los 90. Inversiones del Buen Retiro es el accionista principal de Parques de Chile, cadena que opera 17 cementerios en Santiago y regiones, además de uno en concesión, a 25 años, en Concepción. A su vez, Inversiones del Buen Retiro es la matriz de Canaán.

Le sigue Parque del Sendero S.A., que posee el cementerio Parque del Sendero Maipú y Parque del sendero san Bernardo en la Región Metropolitana, además de otros nueve cementerios en el resto del país.

En tanto, Acoger Santiago S.A., posee los cementerios católicos de Recoleta, Puente Alto y Maipú, además del cementerio católico de Puerto Montt y el Cementerio Católico de Puerto Varas.

Por otro lado, Nuestros Parques S.A., que tiene presencia en Santiago con los cementerios Parque el Prado, Parque Manantial y Parque Santiago. Posee, además, el cementerio parque La Foresta, en La Serena.

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