Abraham Verghese: “Toda tecnología, sea cual sea, tiene consecuencias no deseadas”

El médico y escritor estadounidense -nacido en Etiopía en una familia originaria de India- aborda en esta entrevista con La Tercera la relación de los médicos con sus pacientes, los temores por la inteligencia artificial y los efectos de la tecnología, entre otras materias. “En EE.UU. la gente habla de tener vacaciones digitales”, dice.


Abraham Verghese es hombre renacentista. Destacado médico y renombrado escritor que ha cautivado a millones de lectores, fue condecorado por Barack Obama con la Medalla de las Artes y Humanidades en 2016. Nacido en Etiopía en 1955 en una familia originaria de India, allí terminó sus estudios, para luego radicarse en Estados Unidos. Es profesor de Teoría y Práctica de la Medicina en la Universidad de Stanford, en California. Antes fundó el Center for Medical Humanities and Ethics de la Universidad de Texas, siendo reconocido por su innovador trabajo en la atención del sida y su defensa de la medicina de familia.

Verghese aboga por desarrollar la empatía de los médicos y por la humanización de la salud y los cuidados. Vía Zoom desde su casa en California, parte hablando algunas palabras en español, y cuenta que en la medicina encontró sus historias y su voz. Sus primeros trabajos de escritura son justamente referidos a su profesión: My own country: A Doctor’s Story (1994) y The Tennis Partner (1998). Luego hizo un curso de literatura creativa en Iowa, y tras ello sus novelas se han convertido en best sellers mundiales: Hijos del ancho mundo (2016) se ha traducido a más de 20 idiomas, y su última novela, El pacto del agua (2023), ya está en librerías chilenas.

Como médico usted ha puesto en el centro de su quehacer la relación con los pacientes y la empatía. Con la disrupción tecnológica en curso, especialmente de IA, ¿cómo se puede explicar que la conexión y la presencia humanas son clave?

Creo que es un verdadero desafío. No sé las respuestas, pero tengo la sensación de que el péndulo va a retroceder, no solo con la IA. En realidad, (en la sociedad actual) nos sentimos muy solos, porque no hablamos entre nosotros, tenemos vidas imaginarias en Facebook e Instagram. Mi sensación es que las cosas que son verdaderamente humanas van a ser más valoradas y apreciadas, esa es mi esperanza. La medicina, especialmente en Estados Unidos, se ha convertido en un negocio. Al menos en Estados Unidos tenemos un sistema de atención médica muy desigual en el que te pagan más por hacer cosas a las personas, en lugar de hacer cosas por las personas. Si te clavo una aguja, un tubo o un endoscopio, gano mucho más dinero que si paso 45 minutos hablando contigo. Entonces, resulta muy difícil incentivar a las personas a pasar tiempo con el paciente. Necesitamos una reforma de salud y sacar estos incentivos perversos.

Usted es un científico y un humanista, habita los dos mundos…

Creo que a la gente le encanta imponerme esta división: medicina y literatura. Pero en mi mente creo que mi primer amor fue la medicina, mi primera vocación fue la medicina, por eso tiendo a ver el mundo con los ojos de estar en medicina. Ya sea que esté escribiendo o viendo a un paciente, es el mismo lente el que estoy usando, que es mirar con atención, tratar de unir todas las cosas que estoy viendo en un diagnóstico, un todo. Así que no hago mucho esa distinción. Creo que si no estuviera practicando la medicina no tendría mucho que decir, ni siquiera en una novela. Mucho de lo que pienso, escribo, proviene de mi trabajo en medicina. La medicina no es como la ciencia espacial o la química orgánica, la medicina es realmente la vida en su forma más extrema. Así que me encuentro expresando los pensamientos que probablemente tienen muchos médicos o personas, pero que tal vez no tienen dónde expresarlo.

El médico Abraham Verghese.

¿Y qué mundo es más difícil?

Creo que la medicina claramente tiene más consecuencias; nada cambiará si no escribo otro libro, pero si no atiendes y das su tratamiento bien a los pacientes, si no capacitas a más estudiantes de medicina de la manera correcta, tiene consecuencias. Por otra parte, la literatura es importante y vital para la sociedad. Camus dice que la ficción es la gran mentira que dice la verdad sobre cómo vive el mundo. Especialmente cuando eres joven, tus experiencias son tan estrechas que la única manera de conocer el mundo y caminar en los zapatos de otras personas es leyendo, educándote en esa cultura de ese modo, y la literatura es una manera maravillosa de imaginar los viajes de las otras personas.

Usted ha escrito y reflexionado bastante sobre cómo las redes sociales han intoxicado nuestra esfera pública y la vida de las personas en términos justamente de sensación de soledad y desconexión…

Una de las cosas sobre las que he escrito mucho es que somos muy buenos introduciendo tecnología sin pensar en las consecuencias no deseadas, no tenemos un plan para eso. Tendemos a introducir tecnología y luego ver qué pasa. Entonces creo que, al menos con la IA, la gente ha pensado mucho antes. Durante los últimos diez años hemos estado hablando de las consecuencias no deseadas de la IA y del dilema ético en el que la IA solo magnifica los prejuicios y sesgos. Si usted es un banco y está tratando de encontrar garantías o seguridades para prestar dinero, la IA comprende rápidamente que no se lo está dando a los negros ni a las personas más vulnerables. Y esto comienza a amplificar el prejuicio. Creo que toda tecnología, sea cual sea, tiene consecuencias no deseadas. Y en Twitter o las redes sociales, ya es tarde, ya pasó, pero ahora deberíamos intentar regularlo. No lo sé en Chile, pero en Estados Unidos siento que hay un backlash gradual, la gente habla de tener tiempo libre digital, vacaciones digitales. Ahora todos tenemos la sensación de estar oprimidos por todo lo que nos rodea. (Pero) soy optimista. Ya existe la sensación de que muchos jóvenes se lo están tomando muy en serio. Pero hay algo que me preocupa más.

¿Qué?

Usted hablaba de las humanidades. En Stanford, humanidades solía ser lo más popular para los estudiantes que entraban, pero ahora hay muy pocos major de humanidades. Todo el mundo está entrando en la informática. Y, de una manera extraña, la IA le quitará el incentivo a la informática porque, ya sabes, la IA puede escribir código, puede hacer todo lo que quieras, por lo que no necesitas que los seres humanos estén capacitados durante cinco años para hacer esas cosas. Así que hay muchas disrupciones que están ocurriendo de manera extraña debido a la IA, lo cual será muy interesante de ver.

La sanación como método

Hablemos de su último libro, El pacto del agua, que recuerda a Gabriel García Márquez y 100 años de soledad, con la saga de una familia, en su caso, de la India rural. Ese país hoy es una superpotencia. ¿Cómo cree que este libro dialoga con la nueva India?

García Márquez es realmente grande y creo que probablemente es mi escritor favorito. Yo no esperaba que el libro tuviera tanto éxito como lo ha tenido en India. Podría ser muy fácil para ellos criticar a alguien que desde afuera está escribiendo sobre India; ellos podrían haberse puesto muy territoriales, pero, de un modo divertido, lo han acogido. Y creo que es en parte porque les recuerda sus raíces, lo esencial, la naturaleza, la familia, especialmente a las mujeres, mujeres fuertes que están en el centro del libro. Me gusta pensar que esto ojalá les ayude a ver lo absurdo de este devenir hacia un ambiente de ultraderecha, tipo Pinochet, es ridículo. Siempre nos enorgullecíamos de ser la democracia más grande y eso ha cambiado. Hay mucha presión sobre los periodistas, así que espero que sea un recordatorio de los valores, esos que realmente comienzan en una familia, que comienzan en una madre, y no en un dictador o un partido político. Estoy viendo con cierto interés la discusión al respecto, es bastante intensa.

Y hablando de sus personajes femeninos, que son las heroínas de su libro, comienza con una historia muy chocante: esta joven de doce años que se va a casar obligada con un hombre de 40 años, un matrimonio arreglado, algo difícil de entender, y además de una niña.

Sí, creo que fue muy atrevido para mí comenzar el libro con una novia de doce años, especialmente para el lector occidental. La realidad es que muchas de estas novias de 12 años se casaban con niños de 10 o 12 años y simplemente se convierten en niños en este hogar, y de hecho, la madre se convertía en su madre para ellos. Solo muchos años después el matrimonio sería realmente un matrimonio. La historia que estaba describiendo era la historia de mi abuela, que se casó muy, muy joven. Mi bisabuela, a quien nunca conocí, pero todos hablaban de que ella era realmente una fuerza, se casó con un viudo mayor que tenía tres hijos. Según todos los recuentos, resultó ser este hermoso matrimonio, lleno de humor, lleno de amor. Por eso me gusta la idea de intentar jugar en contra de las expectativas de los lectores. Me parece cómico que tengamos todas estas aplicaciones de citas y ¿en qué se diferencia esto de un matrimonio arreglado? Es más o menos lo mismo. Te encuentras con un extraño e incluso te vas a la cama sin conocerlo realmente. En India es difícil conocer gente del sexo opuesto excepto a través de estos arreglos, estas citas. Ya no es que no tengas elección, es más bien que tienes una o dos ocasiones para visitarlos y ver si te gustan. Lo que hace que funcione es que existe un tremendo compromiso, una creencia sagrada en que todas las estrellas, la religión y la comunidad se alinearon y hicieron este match. En algunos casos es equivocado, pero sobre todo por el compromiso, hace que funcione.

Usted ha dicho que la mayoría de la gente tiene una herida interior y que nos pasamos la vida lidiando con ella y tratando de sanar. ¿Cuál es su herida?

Bueno, no creo que la herida sea exclusiva de mí, muchos la tienen, a menos que tengas una suerte excepcional y tengas una familia maravillosa y sin complicaciones; la mayoría de los niños se despiertan con una cierta sensación de inseguridad, de herida, y ello adopta muchas formas, a veces muy evidentes. Hablé ayer con una alumna de Sudáfrica que venía de una ambiente tan pobre, desconocido aquí, otro nivel de pobreza. Ella me decía, no puedes salir del mundo del que salí sin trauma significativo, y creo que, en mayor o menor grado, eso es cierto para todos nosotros. Pero tengo la teoría de que muchos médicos, no todos, sienten esa herida. Y una manera maravillosa de sentirse completo es cuidar de los demás.

Abraham Verghese

Es interesante que use esta palabra, sanación, tanto para la literatura como para la medicina.

A veces lo que hay que hacer es reconocer que existe esa herida. Toda enfermedad tiene dos partes. Una pieza es la pérdida física, sea cual sea: te rompes el dedo medio o la pierna. Pero a otro nivel es ¿por qué a mí? ¿Por qué ahora, en la noche de mi boda? Hay una herida física, pero también hay una herida o violación espiritual. En enfermedades como el cáncer o el VIH el sentimiento de violación espiritual es enorme. No es solo tener una célula dividiéndose rápidamente que se está volviendo loca, sino también ¿por qué yo?, ¿por qué ahora? Creo que en la medicina, y en la vida, nos hemos centrado mucho en el daño físico, y en nuestro mundo posmoderno no reconocemos el daño espiritual. Y creo que la literatura y la medicina pueden hacer un labor de expresar mejor la herida o violación espiritual de un ser humano en estas circunstancias de angustia. El ser humano se angustia, pero tal vez sienta que eso no está en el informe de la biopsia, no está en los rayos X, pero cuando los examinas necesitan sentir que está en su cuerpo, en este lugar. Somos seres complejos, no somos máquinas, somos mentes conscientes, y esto es una pequeña fracción de lo que está sucediendo allí. Entonces creo que lo dijiste muy bien, tanto la literatura como la medicina tienen la misma función de mostrar la sensación de violación espiritual así como de la pérdida física.

Ha habido muy buenas críticas sobre su libro, pero se criticó que todos los personajes eran muy buenos. ¿Existe tanta bondad en la vida real o tal vez hay algo de cinismo en esa mirada?

Vuelvo a algo que me preguntaste antes: no solo estamos todos heridos, sino que también todos tenemos defectos, todos cometemos errores, errores terribles que desearíamos poder revivir. Entonces, mi teoría es que la mayoría de nosotros estamos inherentemente tratando de ser buenos, tratando de buscar la redención de nuestros errores pasados, tratando de hacerlo mejor. Eso es lo que hay en mi mundo, veo gente así todo el tiempo. Gente puramente malvada, no creo que ni ellos creen que son malos, piensan que están bien justificados. Había un actor famoso en Estados Unidos que solo interpretaba a los malos en las películas, y alguien le preguntó por qué. Y dijo que nunca en su vida había interpretado a un tipo malo. Esa es la única manera de hacerlo, hay que creer en este personaje, y él no se cree malo, cree que tiene sus razones. Así que pienso que es demasiado simplista hacer una novela donde tienes fuerzas del mal y fuerzas del bien: funciona, es entretenida, pero (la vida) no es blanca o negra. Todos estamos heridos, todos somos personas que hemos cometido errores terribles. Y todos estamos tratando de hacer lo correcto antes de morir.

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