Erradicación de gatos asilvestrados en Juan Fernández: el plan del Gobierno que encendió las alarmas de los animalistas

Los gatos asilvestrados en Juan Fernández ingresan a las cuevas de nidificación y atacan aves y polluelos. Foto: Héctor Gutiérrez.

El Ministerio del Medio Ambiente (MMA) publicó el pasado 11 de agosto en el Diario Oficial el Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies para Juan Fernández, que busca revertir la disminución de aves endémicas en el archipiélago. Ahí se propone “implementar programas de erradicación de roedores, gatos asilvestrados, conejos y coatí”, lo que encendió las alarmas de los animalistas. Aunque el MMA aclaró luego que el proyecto “no contempla la eutanasia de gatos asilvestrados”, las agrupaciones acudieron a la Contraloría y tribunales para revisar su legalidad y exigir que el decreto sea modificado.


Una serie de críticas recibió el Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de las Aves Terrestres de Juan Fernández, publicado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) en el Diario Oficial el 11 de agosto, por parte de 120 organizaciones de protección animal, al incorporar, entre sus líneas de acción, “programas de erradicación de roedores, gatos asilvestrados, conejos y coatí”.

Las agrupaciones interpretaron que la erradicación suponía el sacrificio de estos felinos que, al ser abandonados, viven en la naturaleza con poca o nula intervención humana y constituyen una “amenaza” -dice el plan- para seis aves endémicas del archipiélago, así como sus huevos y polluelos.

Se trata del Picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis), en peligro crítico de extinción y único picaflor insular en el mundo; el Rayadito de más afuera (Aphrastura masafuerae), del cual solo quedarían unos 700 ejemplares; el Aguilucho de más afuera (Geranoaetus polyosoma exsul), el Churrete de más afuera (Cinclodes oustaleti baeckstroemii), el Cachudito de Juan Fernández (Anairetes fernandezianus), y el Cernícalo de Juan Fernández (Falco sparverius fernandensis), cuya población ha disminuido o fluctuado la última década producto de la flora y fauna invasoras (como gatos, cabras y ganado), el cambio climático y la contaminación derivada del quehacer humano.

Picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis). Foto: Héctor Gutiérrez

El plan del Gobierno no detalla en qué consistirán los programas de erradicación, que buscan equilibrar la población de estas aves, y eso encendió las alarmas de las agrupaciones animalistas y las llevó a comunicar, el 12 de agosto, su oposición a esta “política pública de sacrificio” y anunciaron “una serie de acciones para evitar que eso suceda”.

El MMA aclaró, ese mismo día, que el plan para proteger aves endémicas de Juan Fernández no contempla entre sus medidas la eutanasia de gatos asilvestrados como un método de control poblacional. Y prosiguió señalando que en el decreto que oficializa el plan se detallan líneas de acción entre las que se encuentran, por ejemplo, la captura para una posterior relocalización de los gatos en un centro especializado o un tenedor responsable.

“Estas iniciativas, que se encuentran en etapa inicial de diseño, en ningún caso contemplarán la eutanasia de gatos, en concordancia con la ley de tenencia responsable de mascotas (Ley Cholito), la que detalla que no se podrá utilizar la eutanasia en perros o gatos como método de control”, añade el MMA.

No obstante, las organizaciones ya han presentado requerimientos a la Contraloría y a tribunales para invalidar el programa.

Abogados por los Animales acuden a Contraloría

Karin Rosenberg, directora de la fundación Abogados por los Animales (APLA), solicitó a la Contraloría General de la República un pronunciamiento respecto de la “ilegalidad e inobservancia al derecho vigente en que ha incurrido el Ministerio de Medio Ambiente en la dictación del Decreto N° 45 (...) estableciendo gravosos e ilegales métodos para reducir las especies que amenazan a las aves terrestres de la zona, los cuales no se condicen con los lineamientos, principios y normativa de nuestro ordenamiento jurídico”.

En esa línea, cuestiona que el programa distinga entre “gatos mascota” y “gatos asilvestrados”, así como líneas de acción diferentes para unos y otros. Así, para los primeros se propone “implementar el programa anual sanitario, de esterilización y reubicación”; para los segundos, los programas de erradicación, “concepto que admite el sacrificio de estos individuos”, se lee en el documento.

Génesis Estay, integrante de la fundación, explica que “la razón por la cual presentamos este requerimiento fue por el concepto ‘erradicación’, pues si bien no aplicarán eutanasia a gatos asilvestrados, nada quita que no apliquen otros métodos para lograr este objetivo de erradicación” como, por ejemplo, la “utilización de cebos con veneno”.

“Arrancar de raíz”

Según la Real Academia Española (RAE), la palabra “erradicación” significa “arrancar de raíz”. Y para Claudia Ruiz, presidenta de Vínculo Humano Animal, otras de las agrupaciones que se opone al programa del MMA, “a nivel mundial, dentro del mundo conservacionista, la erradicación implica sacrificio. ¿Y por qué acá nos queda claro que los van a eliminar? Porque hicieron una clasificación entre gato mascota y gato asilvestrado”.

A este último, agrega, “lo dejan en el grupo de las especies exóticas invasoras que van a ser erradicadas, como son el ratón, el coatí y el conejo; a los que han matado históricamente, por la Ley de Caza. Por eso nosotros tenemos esta certeza (…) por esa distinción, que los agrupan con estas especies que siempre han sido sacrificadas, es que tenemos la certeza de que en este caso el concepto de erradicación es sacrificio”.

A partir de esta interpretación, las fundaciones, corporaciones y agrupaciones de protección animal presentarán en la Corte de Apelaciones “un recurso de protección y otro de invalidación del Decreto Supremo N° 45 porque consideramos que no se ajusta a derecho y pasa a llevar la normativa vigente, respecto del manejo y control de colonias de gatos ferales y domésticos (...) exigimos que el Decreto sea modificado y que los planes de protección y conservación de fauna endémica, con cuyo fin estamos de acuerdo, sean explícitos en los métodos que se utilizarán respecto del manejo del gato y de otras especies para su control”, aseguró Ruiz.

Distintas interpretaciones

Cristian Herrera, director de la Fundación Ñacurutú, centro de rescate y rehabilitación para fauna silvestre, comenta que generalmente en los planes de conservación, la erradicación implica el sacrificio de animales. “Al menos en el tema de especies invasoras, como el jabalí, el visón, el castor, se recurre a eutanasia, las especies que son capturadas se eutanasian”, señala.

Los gatos a nivel mundial son considerados una de las especies más depredadoras que existe. Entonces, lo ideal es que siempre los gatos sean indoor. Eso siempre se ha recalcado y se pide. Lo mismo que los perros. Porque independiente que las mascotas puedan generar problemas, al depredar fauna silvestre interfieren en los ciclos porque pueden atacar nidos o movilizar animales y que dejen sus crías abandonadas. Y también pueden transmitir enfermedades”, agrega Herrera.

Por eso, agrega, es entendible la preocupación de las agrupaciones animalistas al leer la palabra erradicación porque “siempre se teme lo peor y son los animales los que pagan la irresponsabilidad de los humanos”.

Para Karolina Araya, conservacionista chilena premiada internacionalmente por proteger el Picaflor de Arica, la palabra erradicación “es un término que se presta para interpretación porque el fin es erradicar, pero las medidas, vías, opciones pueden ser meditadas, pre consensuadas”. Añade que “más que este concepto, refleja un poco cómo estamos como país, bien reactivos a las cosas y a veces con una falta de información frente a temáticas que nos atañen”.

Para la especialista, la controversia revela un problema de fondo: la tenencia responsable de animales de compañía.

En el caso de Juan Fernández, la población de “gatos asilvestrados” es una amenaza “identificada tanto para las aves pequeñas como para las rapaces con un alcance para isla Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk y San Félix (...) en el caso de isla Alejandro Selkirk, existe una población de gatos asilvestrados los cuales provienen originalmente de gatos mascotas que fueron llevados a la isla durante la temporada de la langosta, pero estos fueron dejados en la isla mientras la comunidad se mudaba a Robinson (o al continente) durante la temporada de veda del recurso langosta”, se lee en el Plan del Gobierno.

El archipiélago de Juan Fernández contiene el 30% de las aves endémicas de Chile y fue declarado Reserva Mundial de la Biósfera por la Unesco en 1977. Actualmente, organismos internacionales como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) lo han reconocido como uno de los ecosistemas más vulnerables a las extinciones en el mundo.

Rayadito de más afuera, en Juan Fernández (Aphrastura masafuerae). Foto: Héctor Gutiérrez

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