Loris Zanatta, historiador italiano: “Es tal el descalabro en Argentina, que se entiende que aparezca un fenómeno como Javier Milei”

El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, esgrime una motosierra durante un acto de campaña en La Plata, el martes 12 de septiembre. Foto: AP.

Dos caras de una misma moneda: el populismo con distintos matices. Así define Loris Zanatta a dos de los rivales que se enfrentarán en la primera vuelta presidencial de Argentina. Mientras Milei “presenta un programa hiperliberalista, una especie de pinochetismo civil sin dictadura”, el kirchnerismo va con el “menos peronista de todos los candidatos”.


Italiano de nacimiento, pero argentino por amistad, dice Loris Zanatta. Su carrera como profesor de Historia de América Latina en la Universidad de Bologna, Italia, y su cercanía con Argentina, lo han llevado a escribir numerosos libros sobre el populismo, el peronismo y la relación entre estos y la Iglesia Católica.

Zanatta, quien vendrá a Chile durante la próxima semana al lanzamiento de su libro El Populismo Jesuita -invitado por la Fundación para el Progreso-, ha sido un constante crítico del Papa Francisco, pero lo hace desde antes -con argumentos y respeto, aclara- que el candidato libertario Javier Milei.

¿Cómo calificaría el ambiente político de Argentina?

La situación del país es muy grave. Si uno retrocede en el tiempo, Argentina siempre se refunda y se funde. Son ciclos políticos. El peronismo hoy está reducido al 27%, además, presenta un candidato que es el menos peronista de todos los candidatos. Y bueno, la figura de Milei que aparece con el típico esquema antipolítico del pueblo puro contra la casta corrupta, un tema tan antiguo como la humanidad misma, pero que siempre funciona en Argentina. Guste o no -yo no le tengo ninguna simpatía-, es tal el descalabro institucional, social, cultural, moral y económico, que se entiende que aparezca un fenómeno como Milei. Es casi inevitable, diría.

Loris Zanatta, historiador italiano experto en peronismo. Archivo.

Si bien es difícil simplificarlo a unas cuantas palabras, ¿cómo definiría el populismo?

No se preocupe, porque yo tengo la definición más breve del mundo. Es una nostalgia holística, una nostalgia de unanimidad. La idea es que en el origen existe un pueblo puro que, al ingresar en la historia, se corrompe, porque la historia es conflicto, no es armonía. ¿Quién lo vicia? Una élite corrupta. El pueblo puro puede ser el pobre, el pueblo honesto o el trabajador, no importa, pero el esquema siempre es el mismo maniqueo religioso. La elite puede ser las finanzas, la casta política, etc. A este mundo llega el redentor, quien transforma al pueblo corrupto en el elegido, y lo lleva a la tierra prometida. No promete mejorar un poco las cosas, no tiene una visión reformista o gradualista, es una mirada mágico-mesiánica.

¿Considera que el peronismo está en crisis?

El peronismo es un animal político complejo que siempre puede renacer de las cenizas y que, como todos los movimientos populistas, se piensan a sí mismos no como partidos, sino que como los depositarios del único pueblo legítimo. El peronismo siempre pensó que su pueblo era el único pueblo legítimo, y quien no pertenecía al peronismo, por lo tanto, era ilegítimo. Este relato no les está funcionando más porque viene de un ciclo que se basó en una ambiciosa política de redistribución de la riqueza. Hoy, este relato está vacío de sentido para la mayoría de los peronistas, y de ahí que un personaje como Milei surja. Claro, este presenta un programa hiperliberalista, una especie de pinochetismo civil sin dictadura. No es populista en el campo económico, es más bien al revés: es muy populista en el campo cultural y político. El esquema es el mismo del peronismo, pero al revés. Tal así, que yo creo que muchos electores pobres prefieren a Milei porque en él reconocen el esquema peronista de lo bueno contra lo malo, de pueblo puro contra la elite corrupta.

Javier Milei celebrando su triunfo en las PASO, las primarias argentinas, en agosto de 2023. Foto: AP.

Una de las cruzadas de Milei es contra la “justicia social”, concepto ligado al peronismo. ¿Se podría explicar un Milei sin el peronismo o su vertiente más reciente, el kirchnerismo?

El partero de Milei es el peronismo. Este abuso demagógico del concepto de justicia social, que es un concepto que suena maravillosamente bien, se ha vuelto muy vacío de contenido. El kirchnerismo, con su relato hegemónico, con la pretensión de ser un movimiento de tipo redentor, crea su contrario. Ojo, porque con el tiempo su opuesto podría regresar. Si en el lugar del kirchnerismo viene el mileísmo, y el mileísmo responde a esa premisa maniquea y populista que tiene, no me sorprendería que de aquí a 15 o 20 años volviera el peronismo tradicional o un derivado.

Sobre el Papa, ¿cómo se explica la figura de Francisco considerando la historia de Argentina?

Que el primer Papa latinoamericano sea un argentino no es nada casual, porque Argentina construyó su ambición al liderazgo en América Latina bajo el peronismo, con la idea de que el destino manifiesto del país sería reunir la civilización católica y latina, en lucha abierta en contra de la tradición anglosajona protestante y liberal. Al mismo tiempo, Argentina ha tenido una historia donde, como en la colonia, lo político y lo religioso se han confundido totalmente. Por ende, el Papa es una paradoja. Precisamente por esa herencia extraordinariamente politizada de la iglesia nacional, el Papa se ha vuelto en Argentina un fenómeno muy divisivo.

Curas argentinos se unen en una misa y critican a Milei por tratar de “zurdo asqueroso” al papa Francisco. Archivo.

Milei ha dicho que Francisco “está del lado de dictaduras sangrientas”. ¿Se podría aseverar algo así, en su opinión?

Acá tengo que defenderme para no confundirme con Milei. El Papa encarna una tradición populista latinoamericana que le hace mucho daño, porque impide consolidar una democracia liberal, plural, etc. Pero lo digo desde antes que nadie conociera a Milei. El Papa tiene simpatías por los populismos latinoamericanos porque en su visión, estos movimientos encarnan el pueblo puro que se reconoce en la tradición nacional popular y, por lo tanto, nacionalcatólica. ¿Esto quiere decir que el Papa es comunista, nada menos? Después Milei no se puede quejar si le dicen que es fascista , pues si para él sus enemigos son comunistas, para lo demás él será fascista. El Papa piensa que el comunismo y el populismo latinoamericano son declinaciones secularizadas del mensaje católico. ¿Tiene simpatía por ello? Sin duda. ¿Se identifica con ellos? No, imposible, es el Papa, no es un líder político.

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