Neta Heiman, de la búsqueda de su madre a activista por los rehenes israelíes

Neta Heiman exhibe un cartel con la imagen de su madre en Tel Aviv, en noviembre. Foto: REUTERS

Tras la captura el 7 de octubre de Ditza Heiman, su madre, Neta Heiman se abocó a exigir que la liberación de rehenes capturados por Hamas fuera la primera prioridad del gobierno israelí. Recuperó a su progenitora de 84 años, pero continuó protestando para que regresaran todos.


La fecha quedará guardada en los corazones de muchos israelíes, pero para Neta Heiman Mina, tiene un significado especial. Ese sábado 7 de octubre de 2023 fue el día en que milicianos de Hamas se llevaron como rehén a su madre, Ditza Heiman, de 84 años. También fue cuando inició sus días como una insistente activista por el rescate de los israelíes y extranjeros cautivos por la agrupación islamista, incluso después de que su progenitora volviera a Israel.

Tras semanas protestando de forma pacífica, finalmente escuchó lo que más esperaba: se iba a realizar un intercambio. El ataque de octubre pasado dejó un saldo de 1.200 israelíes muertos, además de la toma de unos 240 rehenes, por lo que la primera negociación involucró la entrega de prisioneros palestinos –algunos sin siquiera un proceso judicial iniciado– a cambio de personas capturadas.

Familiares de rehenes y simpatizantes durante una protesta para pedir la liberación inmediata de los rehenes secuestrados el 7 de octubre, en Tel Aviv, Israel, el 19 de enero de 2024. Foto: REUTERS.

Pero la espera fue larga. Llegó la primera tanda de liberados, pero el nombre de su madre no salió en la lista. Luego la segunda y la tercera. Ya iban en la cuarta, hasta que el martes 28 de noviembre, el momento finalmente llegó. En la quinta ola de rehenes devueltos a Israel, estaba Ditza Heiman.

“Es difícil describir la emoción del primer encuentro, no sabíamos en qué condiciones volvería y nos alegró verla sana y salva”, dijo Neta a La Tercera. En los primeros registros fotográficos difundidos tras su liberación, se veía a Ditza siendo transportada en silla de ruedas por miembros de Hamas, mientras era entregada a la Cruz Roja en Rafah, ciudad fronteriza entre Gaza y Egipto.

Sin embargo, Neta Heiman Mina no se quedaría conforme con recuperar a su madre, pues vivió el sufrimiento de primera mano, el no saber si estaba viva y, luego, cuándo sería liberada, si es que eso ocurría. Se estima que unos 130 prisioneros aún se mantienen en cautiverio. Por eso, Neta Heiman Mina continuó luchando por el resto de las familias.

“La experiencia de la protesta fue desalentadora, la propia necesidad de salir a protestar por algo que aparentemente debería darse por sentado como prioritario. Sin embargo, muy pronto tuvimos la sensación de que habíamos conseguido movilizar a la opinión pública, que logra influir hasta cierto punto en los responsables de la toma de decisiones, y esto es lo que condujo al anterior acuerdo de liberación”, explicó a este medio desde Israel.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, participa en la reunión semanal del gabinete en la base militar de Kirya, en Tel Aviv, el 31 de diciembre de 2023. Foto: REUTERS.

Sabe que aún queda por hacer, y lamenta que, tras la primera negociación de liberaciones, entre las autoridades en el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la prioridad de recuperar a los rehenes descendió. “Con nuestras protestas no conseguimos que los principales responsables de la toma de decisiones dijeran rotundamente que la liberación de los secuestrados es la misión principal. Y tras el fin del primer acuerdo, parece que ha vuelto a descender en el orden de prioridades”, reflexionó.

Miembro de Women Wage Peace, una organización de mujeres que promueve la resolución pacífica del conflicto israelí-palestino que fue fundada tras la guerra de los 50 días, en 2014, continúa creyendo que la salida de la actual crisis debe ser por medio de la paz, a pesar de que capturaron a su madre.

“No solo sigo creyendo que un acuerdo político es el camino, sino que esta creencia se hizo más fuerte después del 7 de octubre. Estoy segura de que si hubieran escuchado a Women Wage Peace y hubieran intentado llegar a un acuerdo político y no se hubieran dedicado únicamente a gestionar el conflicto con fondos qataríes, quizá no habríamos llegado a los sucesos del 7/10. Estoy segura de que la mayoría silenciosa de ambos bandos del conflicto solo desea vivir en paz y tranquilidad”, señaló a La Tercera.

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