Paul D’Anieri: “La guerra en Ucrania se va a definir en el campo de batalla y no en la mesa de negociaciones”

Un soldado ruso camina frente a la dañada planta Metallurgical Combine Azovstal, en Mariupol, en el territorio que está bajo el control del Gobierno de la República Popular de Donetsk, en el este de Ucrania, el 13 de junio de 2022. Foto: AP

El experto en las relaciones entre Kiev y Moscú señaló a La Tercera que es probable que la guerra se prolongue hasta 2024. Aunque advirtió que el conflicto -que cumple un año el 24 de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania- no se encuentra en un punto muerto, sino que en un momento crucial, en el que Rusia ha logrado avances y se espera una contraofensiva ucraniana.


El cientista político y académico de la Universidad de California, Riverside, Paul D’Anieri es un experto en política de Europa del Este y post soviética y es considerado uno de los principales estudiosos de la Ucrania contemporánea. Su trabajo se ha centrado en las relaciones entre Kiev y Moscú. En 2019 publicó Ukraine and Russia: From Civilized Divorce to Uncivil War (Ucrania y Rusia: de divorcio civilizado a guerra incivilizada), en el que abordó la independencia de Kiev en 1991 y la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.

En conversación con La Tercera analiza el primer año de la guerra de Rusia en Ucrania, el 24 de febrero.

¿A qué conclusiones llega de lo que se ha visto de este conflicto?

Había muchos conceptos erróneos. Todo el mundo, no sólo los rusos, pensaba que Rusia podría conquistar Ucrania con bastante rapidez. Así que ese fue el primer gran error. Ahora culpamos de ello a Putin, pero tanto los estadounidenses como los europeos e incluso algunos ucranianos decían lo mismo. Así que la primera gran sorpresa fue la capacidad de los ucranianos para defenderse. La segunda gran sorpresa fue la unión de Occidente -me refiero con esto en un sentido amplio- para apoyar a Ucrania mediante sanciones a Rusia, armas y, por supuesto, con apoyo financiero. Creo que la tercera gran sorpresa es que Rusia está dispuesta a soportar un costo muy alto para librar esta guerra, un costo económico en términos de sus relaciones internacionales y, por supuesto, un costo en términos de personas muertas, tanto rusas como ucranianas.

¿Cuál es su evaluación de lo que ocurre en el terreno? Hay quienes dicen que se encuentra en un punto muerto, donde nadie gana o pierde, mientras que otros hablan de una ofensiva rusa en la primavera…

Creo que estamos en un punto crucial en la guerra. No es un punto muerto. No es un caso en el que ninguna de las partes pueda ganar. Así que creo que eso es importante. Pero ambos bandos van a intentar ganar terreno en las próximas semanas o meses. Ahora mismo, vemos que Rusia está haciendo grandes avances en la región de Donetsk y en la región de Zaporizhzhia. Están haciendo algunos progresos en Donetsk alrededor de Bakhmut. Mi expectativa es que en algún momento en el verano (boreal), sobre todo después de la llegada de algunos tanques más, los ucranianos van a iniciar una contraofensiva masiva. Si todas esas ofensivas fracasan, entonces podríamos creer que estamos en un punto muerto.

Un soldado ucraniano gesticula mientras un tanque ruso capturado dispara contra la posición rusa en la región de Donetsk, Ucrania, el martes 22 de noviembre de 2022. Foto: AP

¿Y qué opciones hay? Porque Ucrania necesita ganar la guerra y el Presidente Putin no puede perder…

Creo que tienes razón. Una de las cosas que hemos visto mucho en los últimos meses es que la gente está hablando de esta idea de que si están en punto muerto y que entonces eso podría allanar el camino hacia la paz. Y no creo que ni la historia ni el estudio de la ciencia política de los conflictos demuestren que ese sea el caso. El estancamiento puede llevar a la paz después de muchos años. Pero normalmente lo que conduce a la paz es la derrota de una de las partes. Así que ninguna de las partes puede permitirse ser la derrotada. La gran pregunta es si esta guerra se prolonga hasta 2024 y 2025 -lo que creo que es bastante probable- supone eso una ventaja para Rusia o para Ucrania. En realidad, lo que estamos viendo ahora en estas batallas en el este del país es que Rusia está ganando territorio, pero a un costo terrible en términos humanos en ambos bandos. En ese sentido, la guerra en este momento se parece al frente occidental en la Primera Guerra Mundial, es sólo una carnicería, aunque no en la misma escala. No obstante, por un lado hay una sensación de que a largo plazo el tiempo está del lado de Rusia, porque tiene una economía más grande y tiene más hombres. Y tarde o temprano Occidente se cansará. Hay otro punto de vista que dice que si se toma el Occidente colectivo, no sólo Ucrania, su capacidad industrial es tanto mayor que la de Rusia, que Occidente puede armar a Ucrania más tiempo del que Rusia puede seguir sosteniéndose. Así que todo se reduce a cuánto tiempo Occidente siga invirtiendo en esta guerra.

Respecto del Ejército ruso, se sabía de las supuestas inversiones que Moscú había realizado. Sin embargo, en el terreno se ha mostrado muy débil en cuanto a su desempeño y a su equipamiento. ¿A qué se debe esto? ¿Hay mucha corrupción?

En los próximos meses y años se escribirán muchos libros sobre lo que salió mal en la invasión rusa. Hubo problemas de corrupción que socavaron la base material del Ejército. Hubo problemas en una campaña de reforma militar masiva que comenzó hace unos 15 años, que por motivos políticos nunca se implementó completamente. Nunca llegaron a profesionalizar del todo al Ejército. Pero también hubo algunos problemas muy específicos a corto plazo. Y el mayor fue que Putin le dijo a todo el mundo que no iba a invadir Ucrania. Así que sus preparativos para la invasión en sí eran pobres y dependían absolutamente de que ganaran muy rápido. No habían dotado de personal a todas sus unidades. Había un montón de unidades en el campo, pero muchas de ellos sólo tenían alrededor del 70% de sus hombres. Así que les faltaba infantería crucial. Y eso hizo que los tanques fueran muy vulnerables. Los rusos enviaron los tanques, pero no tenían el apoyo de infantería y realmente tampoco tenían el apoyo aéreo. Y parte de esto es que nadie sabía que realmente habría una guerra. ¿Realmente se prepararon en serio para una guerra? No tenían suficiente munición. No tenían suficiente combustible y no tenían las tácticas adecuadas. Podría seguir y seguir. Así que hubo enormes errores de planificación táctica a corto plazo. Pero esos problemas vinieron de Putin al mentirle a todo el mundo, incluyendo a sus propios comandantes, sobre lo que realmente iba a suceder.

En este sentido, ahora vemos que el líder del grupo Wagner, Prigozhin, criticó recientemente al Ejército por no haber tenido buenos resultados en Bakhmut, ¿cree que esto demuestra las tensiones o las peleas al interior de las élites en Rusia?

Creo que este es un punto extremadamente importante. Rusia tiene dos ejércitos ahora y se odian. Y hay mucho en juego. Si Wagner demuestra que puede hacerlo, que puede llevar adelante la guerra mejor, entonces Prigozhin va a conseguir mucho poder en Rusia y viceversa, si el Ejército termina siendo triunfante y victorioso, entonces mantendrá el poder. Así que todo está en juego. Y ahora creo que el grupo Wagner quiere ver el Ejército ruso fracasar para que pueda ampliar su rol. Esta es una manera terrible de luchar una guerra.

Un soldado ucraniano se esconde de un ataque aéreo de helicópteros en medio de la invasión rusa de Ucrania, cerca de Demydiv, Ucrania, el 10 de marzo de 2022. Foto: Reuters

¿Cómo evalúa la reacción de la comunidad internacional, que en un principio se mostró reticente a entregar armas y ahora se ha generado un debate por la entrega de tanques?

Es verdad que cambió la postura, pero hubo razones para ello. Creo que cuando empezó la guerra, todavía se podía tener esta creencia -que siempre pensé ingenua- de que Putin era alguien con quien se podía hacer negocios. También estaba la idea de que Rusia tenía objetivos limitados en Ucrania, que solo quería oponerse a la ampliación de la OTAN, etc. Y luego tienes una invasión mucho más grande. Se han cometido atrocidades, crímenes de guerra y el gobierno ruso ha apoyado estos crímenes de guerra y la retórica de Rusia el año pasado y hasta ahora es genocida. No solo eso, sino que ahora Rusia dice: ‘Occidente es nuestro enemigo’. Así que las razones para pensar en una política de apoyo limitado hace un año han sido socavadas por la propia Rusia. La propia Rusia está diciendo que se trata de un conflicto existencial. ¿Cuánto tiempo creo que durará? Creo que esta es la gran pregunta. Y yo vivo en Estados Unidos y desgraciadamente eso todavía depende mucho de la política interna de nuestro país y, en particular, de las próximas elecciones que se celebrarán en 2024. Y digo desgraciadamente por dos razones. Una es que hay una parte del electorado estadounidense y de la élite política que estaría encantada de que nos olvidáramos de Ucrania. Es una parte muy pequeña. Pero también es cierto que una de las cosas que ha demostrado esta guerra es que si bien Occidente está unificado, Europa sigue siendo incapaz o no está dispuesta a liderar por sí misma. Esto de los tanques fue un ejemplo perfecto. Los alemanes no iban a hacer nada hasta que Estados Unidos lo hiciera primero. Eso es exactamente lo contrario a un liderazgo. Y por todo lo que se habla en Europa, todo el resentimiento sobre la arrogancia estadounidense -que la entiendo- y cuando las cosas se ponen feas, los europeos siempre dicen: ‘Estados Unidos, hazlo tú’. Ese es el sentimiento en Estados Unidos y en gran parte de Europa también. Creo que la esperanza en Rusia es que Estados Unidos se vaya y haga lo suyo o se vea envuelto en su propia confusión interna. Y entonces los europeos harán lo que hacen los europeos, que es nada.

En este mismo sentido, ¿cree que Putin llevó a cabo la invasión en febrero del año pasado justamente porque la anexión a Crimea en 2014 no tuvo mayores repercusiones?

Es cierto. Creo que después de 2014, las sanciones no estaban realmente perjudicando mucho a Rusia y Moscú ha sido muy buena en trabajar para sortearlas. Y, por supuesto, después de Siria, sintió que su Ejército era bastante eficaz. Y creo que especialmente después de la retirada de EE.UU. de Afganistán en el verano de 2020, que fue un desastre y pareció demostrar que la administración Biden no tenía la determinación para los grandes conflictos. Parecía que sería capaz de salirse con la suya. Y, por supuesto, Angela Merkel en Alemania se había ido y había sido reemplazada por el mucho más suave y pro-ruso Partido Socialdemócrata. Creo que en 2014, Putin pensó que el acuerdo de Minsk acabaría obligando a Ucrania a hacer lo que él quería. Y después de ocho años de Minsk, los ucranianos seguían diciendo: ‘No, no vamos a hacer esto, no vamos a hacer aquello’. Así que Minsk fracasó. Pero también creo que tenemos que reconocer que Putin quería recuperar Ucrania. He estado escribiendo sobre esto durante 30 años, y pese a eso incluso yo subestimé el precio que Rusia estaba dispuesta a pagar.

Un soldado ucraniano se prepara para disparar artillería contra posiciones rusas cerca de Bakhmut, región de Donetsk, Ucrania, el miércoles 15 de febrero de 2023. Foto: AP

En su libro usted menciona que el divorcio entre Rusia y Ucrania fue pacífico, ¿cree que ahora Kiev tiene que ganar para consolidar su independencia y así no ser invadida de nuevo?

Sí, esta es en muchos aspectos la guerra de independencia de Ucrania. Primero, en el sentido de que si pierde esta guerra, ya no será independiente. Volverá a formar parte del imperio ruso, del que formó parte -aunque no completamente-, pero sí gran parte durante décadas o siglos. También es la guerra de independencia de Ucrania, en el sentido de que esta guerra ha forjado la identidad nacional ucraniana y la unidad nacional como ninguna otra cosa podría hacerlo. Una de las grandes ironías de esta guerra, desde la perspectiva rusa, es que se libró sobre la idea de que los ucranianos no eran realmente un pueblo y no eran realmente distintos de los rusos. Y uno de los resultados de esta guerra es que los ucranianos están muy unificados y absolutamente convencidos de que no son rusos. Y esa es una de las formas en que la guerra ha sido contraproducente.

Respecto de la economía rusa, usted mencionó que aprendió bien a sortear las sanciones después de 2014 y, aparentemente, ha podido seguir sobreviviendo luego de las impuestas producto de la invasión a Ucrania, ¿qué perspectivas ve a esto?

Esta es una muy buena pregunta. Y cuando hablaba de las sorpresas del año pasado, esta es una que omití. Creo que mucha gente pensó que si Occidente imponía sanciones realmente estrictas a Rusia, la economía rusa se hundiría y se vería obligada a parar la guerra. El Banco Central de Rusia, cuya presidenta es Elvira Nabiullina, hizo un trabajo fantástico. Así que en la crisis inmediata, el Banco Central ruso fue muy competente. También es el caso de que Rusia pasó desde 2014 hasta 2022, realmente cada vez más aislada por lo que eran menos dependientes de Occidente. Así que por eso no tuvieron mucho impacto esas sanciones. A largo plazo, dos cosas contradictorias están sucediendo. Una es que algunas de esas cosas a largo plazo se están cumpliendo ahora. Rusia tal vez tiene menos dinero y algunas reservas de ciertas piezas clave se están reduciendo. Así que va a haber más y más problemas en la economía rusa. Al mismo tiempo, Rusia es cada vez mejor eludiendo las sanciones. Ahora hacen muchos negocios a través de Irán, siguen haciendo muchos negocios con Turquía, etcétera. Así que las sanciones van a tener un efecto limitado en la economía de Rusia y, por tanto, en su capacidad para continuar la guerra. Pero no creo que nadie crea ahora que van a obligar realmente a Rusia a dejar de luchar, nos guste o no a cualquiera de nosotros. Creo firmemente que esta guerra se va a decidir en el campo de batalla, no en la mesa de negociaciones, ni en las sanciones, ni en las Naciones Unidas. Al final, habrá negociación, pero no hasta que haya algo que parezca una victoria para un bando u otro en el campo de batalla.

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