Seguridad: delitos de mayor connotación social disminuyen 25% en 10 años, pero homicidios van al alza

De acuerdo a datos del CEAD -perteneciente a la Subsecretaría de Prevención de Delitos-, los casos por homicidio han aumentado en un 60% entre 2014 y 2023. Otros delitos, como robos con violencia o intimidación, o robos con fuerza, también han registrado un alza en el último decenio, mientras que los hurtos y los robos a lugares habitados han ido a la baja.


Torniquetes, detectores de metales y control de identidad fueron algunas de las medidas que el Mercado Mayorista Lo Valledor puso en marcha esta semana en respuesta a recientes hechos de violencia en la zona. La crisis de seguridad y el combate a la delincuencia han sido temas que han marcado la agenda en el último tiempo y sigue estando entre las principales preocupaciones de la ciudadanía, de acuerdo a la reciente encuesta Criteria. ¿Cómo ha ido evolucionando el escenario delictual en la última década?

La Tercera realizó un análisis de los datos publicados por el Centro de Estudios y Análisis de Delito (CEAD), de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Particularmente los casos policiales reportados por Carabineros y PDI correspondientes a delitos de mayor connotación social (DMCS) -designación que agrupa homicidios, hurtos, lesiones, robos con fuerza, robos con violencia o intimidación, robo de vehículo motorizado, robo en lugar habitado y no habitado, y violaciones- entre 2014 y 2023. Casos compuestos por las denuncias de la ciudadanía y detenciones policiales.

Una de las primeras lecturas muestra una disminución del total de DMCS registrados por las policías durante este periodo a nivel nacional. En concreto, en 2014 se reportó una tasa de 3.452 delitos de mayor connotación social -incluyendo todos los delitos agrupados en esta denominación- por cada 100 mil habitantes. Mientras que en 2023, el indicador se redujo a una tasa de 2.581,6, equivalente a una caída del 25,2%.

“Las cifras producen siempre discusión porque hay distintas maneras de interpretarlas. Una de ellas es que en esta agrupación de delitos habíamos llegado a un peak en 2014 y ahora efectivamente observamos una baja en ese conjunto. Pero además de constatar esta baja, si hacemos un zoom a los delitos en particular, lo que parece haber es un cambio en la delincuencia del país”, explica Jorge Araya, académico de la Universidad de Santiago y exdirector de Seguridad Pública del Ministerio del Interior.

Si los datos de 2014, dice Araya, respondían a un alto número de denuncias por “delitos menores” -como hurto-, esto fue cambiando hacia 2023, con un crecimiento en la tasa de delitos “más violentos”, como homicidios o robos con violencia o intimidación. “Se ha desarrollado una delincuencia más sofisticada con delitos más duros”, complementa.

Durante este periodo también se registró un fenómeno sin precedentes que afectaron estas cifras: la pandemia de Covid-19 y las restricciones de movilidad. Así lo indica el director ejecutivo de Paz Ciudadana, Daniel Johnson: “Cuando lo ves a través de índices de victimización [uno de los indicadores que miden en la fundación] o en casos policiales se muestra lo mismo: la cantidad de delitos en Chile -y en el mundo- disminuyó de manera brutal en 2020″.

Sin embargo, esta disminución repentina -dice- comenzó a revertirse levemente en 2021 y en 2023 los indicadores ya se asemejaban a los niveles pre Covid. “No es que en 2023 hubiera un crecimiento brutal de los delitos con respecto a lo que teníamos antes de la pandemia, sino que aumentó al nivel de cantidad de delitos y el índice de daño del delito -medido por nosotros- que teníamos en los niveles prepandemia”, afirma.

El académico de la facultad de Gobierno de la Universidad de Chile y experto en seguridad ciudadana, Hugo Frühling, sostiene que también hay que considerar que estas cifras son las registradas por las policías y que hay una “cifra negra” a tomar en cuenta. Con todo, la disminución global de DMCS se explica -dice el académico- con la disminución de casos policiales de hurtos (de 1.080,6 por cada 100 mil habitantes en 2014 a 647,5 en 2023) y que tuvo una fuerte caída en pandemia. “Como son los delitos más numerosos entonces tiran a la baja el guarismo de DMCS en general”, dice.

“En suma, esto expresa una situación variopinta que, en primer lugar, confirma el incremento de los delitos de mayor violencia. Naturalmente hay delitos nuevos de mayor violencia que aquí no están consignados como tales, como las extorsiones, amenazas, los secuestros”, que, afirma, pueden vincularse a la llegada de bandas criminales organizadas.

Homicidios

Al desglosar la información, por otro lado, los expertos coinciden que ha habido incrementos preocupantes en ciertos delitos de mayor connotación social, particularmente en homicidios.

Y es que de acuerdo a las cifras del CEAD, hay cuatro tipos de DMCS -de un total de doce- que incrementaron su tasa entre 2014 y 2023: robos con fuerza (sube un 27,1% con respecto a 2014), robos con violencia o intimidación (11,5%), violaciones (46,6%) y homicidios (60%). Este último delito pasó de una tasa de 3,0 (2014) a 4,8 (2023).

Esta tendencia al alza también se ve reflejada en el 1° Informe Nacional de Homicidios Consumados del Observatorio de Homicidios -iniciativa que tiene como objetivo entregar una cifra única e interinstitucional de este delito- publicado el año pasado. Allí se confirmó un aumento de 4,5 asesinatos cada 100 mil habitantes en 2018 a 6,7 en 2022.

Con todo, este jueves el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve informó que el número de homicidios consumados en el país durante el primer trimestre de 2024 había bajado en un 4% en comparación al mismo periodo de 2023 (basado en cifras semanales entregadas por Carabineros y PDI). Además, adelantó que la próxima semana se publicará una nueva versión del Informe Nacional de Homicidios Consumados para comparar la totalidad del año 2022 y 2023.

Si bien, indica el director de Fundación Paz Ciudadana, la tasa de homicidios sigue siendo “relativamente” baja en comparación a otros países de Latinoamericana, hay una tendencia “muy preocupante”. Johnson agrega otro punto. “Cuando uno hace un doble click en los homicidios y ve qué está pasando, se da cuenta que la tipología de homicidios que ha aumentado son los que se producen con armas de fuego, los que no tienen un imputado conocido y eso es porque el homicidio es premeditado”, sostiene.

Foto: Referencial /AgenciaUno.

Un cambio de tipología en la que también coincide Araya. “En Chile se instaló un homicidio, por llamarlo de alguna forma, funcional; es decir, eliminar al contrincante. Pero también con el objetivo de amedrentar y producir terror. Por lo tanto, es un homicidio que pretende dejar un mensaje”.

La alza de homicidios, añade Frühling, “están concentrados en nuevas regiones donde antes no existían, como Arica y Parinacota, Tarapacá; hay un desplazamiento significativo y en regiones más pobladas”. En la zona norte, agrega, “no sólo hay un incremento de los homicidios, sino que también un incremento sostenido de víctimas y victimarios de procedencia extranjera”. En ese sentido, dice que es fundamental actualizar con rapidez el Informe Nacional de Homicidios Consumados.

Crimen organizado

Expertos apuntan a que hay una conexión entre el alza de homicidios y el fenómeno de bandas organizadas. Según Araya, el aumento de estos delitos correspondería a una primera etapa en la evolución de las bandas de crimen organizado: la disputa territorial.

“Por un lado, en los últimos 20 años se ha ido desarrollando y consolidando en el país el crimen organizado nacional ligado al narcotráfico. Esto se incrementó, diría que en los últimos dos o tres años, por una inmigración descontrolada y desregulada, que llegó al país de manera masiva. Con esa masividad entró también el crimen organizado internacional y trajo nuevos delitos (secuestro extorsivo, trata de personas, sicariato). Eso se suma a estas luchas de bandas nacionales ligadas al narcotráfico que ahora se enfrentan al crimen organizado internacional, o se enfrentan también entre ellas y, por lo tanto, se produce un alza en los homicidios”, explica.

Johnson coincide: “Esto suele pasar cuando se están instalando o cuando hay otra banda disputando la soberanía sobre ciertos territorios. En períodos donde hay una banda que tiene el control territorial predominante, baja la violencia, aunque la organización sigue operando”.

Percepción de inseguridad

La última Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) -publicada por INE- reveló un dato preocupante: la percepción de inseguridad en el país alcanzó su índice más alto en la historia: un 90,6%. El cambio y aumento de delitos mas violentos, dice Johnson, está relacionado a la creciente sensación de inseguridad en la población.

Turbazo en local chino del Barrio Meiggs terminó con el homicidio de hombre de nacionalidad china. En el lugar operaba un casino clandestino y presuntamente algunas otras actividades ilícitas. Foto: Francisco Paredes/Agencia Uno

En su índice 2023, Paz Ciudadana da cuenta de un máximo histórico en el nivel de personas con alto temor al delito, con un 30,5%. “Uno podría pensar que el temor no es tan preocupante porque no es un ‘daño real’ del delito, pero eso es un error radical, porque el temor genera incluso mayor daño que el delito mismo. Las familias están dejando de salir a ciertos lugares, dejando de salir a ciertas horas, invirtiendo recursos importantes para sentirse más seguros -con instalaciones de alarmas, por ejemplo-, están cambiando sus recorridos y, por lo tanto, aumentando el tiempo de traslado”, dice Johnson.

Este estudio también da cuenta de que las zonas con mayores índices de temor ante el delito se enfocan justamente en regiones del norte del país y la Región Metropolitana.

Medidas

“Una cosa que pasó en Chile es que hubo un discurso, que se instaló por muchos años, de decir que éramos un país tranquilo en comparación con otros, que teníamos las tasas de homicidios más bajas de Latinoamérica y, por lo tanto, el tema de la seguridad quedó postergado. No porque no estuviera presente en el debate, pero no hubo incrementos significativos del presupuesto”, explica Jorge Araya, quien remarca que debe haber una inversión de recursos mayor en esta área.

Con todo, agrega que “pese a las fallas que tenemos, en Chile hay un sistema de instituciones más sólidas que en otros países y pienso que se está dando una pelea contra el crimen organizado. Creo que, al menos, va a lograr que disminuyan las cifras en los próximos dos años. Vamos a seguir con cifras importantes, pero creo que el aumento sostenido no va a seguir”.

Johnson enfatiza en cuatro puntos que deberían tener las acciones en esta materia: identificar claramente el problema; establecer una metodología pertinente para resolverlos; evidencia del éxito de las medidas en otros países; además de medir constantemente el impacto de las medidas para corregir lo que no esté dando resultados. “Esas cuatro cosas que parecen obvias, no las hacemos prácticamente nunca en materia de seguridad”, dice.

Este experto agrega que uno de las materias que miran con mayor entusiasmo es la de la creación del Ministerio de Seguridad. “Creemos que de verdad puede generar una diferencia importante”, aunque recalca que “tenemos que asegurarnos que las personas que van a cumplir estos roles de análisis en el Ministerio tengan capacidades reales”.

Pero al mismo tiempo manifiesta preocupación por medidas como la reforma a Carabineros: “Preocupa profundamente porque no hemos visto hasta el minuto un plan de reforma. Es importante mantener el norte claro sobre los años que tome implementar la reforma y que no sea un conjunto de acciones inconexas que parecieran que van a tener un resultado positivo”, concluye.

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