A remate la casa rodante más antigua del mundo

El modelo es de 1914 y fue adaptada en el Reino Unido sobre el chasis de un Ford T.




Salir de viaje con una casa rodante y recorrer kilómetros con la comodidad de tener todo a bordo y detenerse en el momento que uno quiera es una de las experiencias con las que sueñas muchas personas, especialmente aquellos amantes de la naturaleza y quienes disfrutan de la vida al aire libre.

Esa experiencia sin ataduras a un hotel, ni a los horarios que imponen esos lugares, tiene larga data, de hecho, hace más de un siglo está el registro de la primera casa rodante, la cual ahora será subastada el 10 de septiembre por la casa Bonhams en una cifra se espera oscile entre US$ 22.000 y US$ 35.000.

La casa rodante en cuestión es de antes de la Primera Guerra Mundial, pero su historia se conoció hace un par de años, cuando fue encontrada en la localidad de Shepperton, cerca de Londres, tras estar abandonada por décadas. Al conocer su “linaje”, en la década del 70 fue restaurada por Leo Smith junto a un amigo ebanista, Robin Tanner, quienes lo llevaron a su estado original luego de cuatro años de arduo trabajo.

Según indica la casa de subastas, los restauradores encontraron que más del 95% de las vigas originales de la carrocería eran reutilizables y cuando se completó el trabajo, el vehículo se inscribió en la HCVC London-Brighton Run de 1976, ganando siete premios, incluido el Concours.

Desde entonces, el modelo que lleva como número de registro “CR 4314″ ha participado en varias carreras en London-Brighton y en 1986 se exhibió en el “Camping, Caravan and Holiday Show” en Earls Court. Además, ha participado en varios rallies, ha sido parte de espectáculos de vehículos históricos y ha aparecido en series de televisión.

Los detalles de la primera casa rodante

El llamativa motorhome fue construido en el Reino Unido, sobre el chasis de un Ford T en 1914. Eso sí, la intención original, más que para vacacionar, era para mejorar y optimizar los períodos laborales.

La idea es de una empresa de almacenes llamada Betail. Era una pequeña compañía con vendedores viajeros que se movían por el Reino Unido. Entonces, para no estar complicados con los horarios, se les ocurrió llevar una casa sobre ese chasis que estaba recién llegado desde EE.UU. y que ya empezaba a revolucionar a Europa.

Los encargados del trabajo de remodelación fueron los hombres de la empresa Baico, quienes alargaron el chasis y los encargados de una fábrica de carruajes (Dunton of Reading), quienes desarrollaron la casa de madera que se ve en las imágenes.

Como se aprecia, tiene una esencia de las diligencias que se veían en las películas del Lejano Oeste, pero claro, con las comodidades de una casa real.

En el diseño, llamaba la atención el techo semicircular y la puerta de doble hoja que como estaba en una posición elevada disponía de una pequeña escalera para acceder, tal como algunas diligencias.

En el interior se encontraba un asiento de conductor y acompañante que eran giratorios. Esto permitía que, al detenerse, el espacio se convirtiera en un acogedor living, donde también tenía una mesa plegable desde la pared, además de un buen armario para guardar equipaje y, para entregarle calor, se contaba con una estufa a leña, elemento que también servía como cocina, mejorando así la funcionalidad del vehículo. Obviamente también había lugar para vajilla y utensilios de cocina.

En la zona posterior de esta casa rodante (o pasando el living-comedor) estaba el espacio de descanso, con dos camas tipo camarote.

Para iluminar el ambiente, se ocupaban faroles a gas y, como un detalle aún más anecdótico, contaba con un buzón por si decidían quedarse más tiempo en un lugar y así poder recibir las cartas. Claramente habían pensado en todo.

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