BMW Serie 1: La radicalización de un ícono

En su tercera generación, el BMW Serie 1 cambia su estructura (ahora de tracción delantera) y se agudiza para seguir ofreciendo emoción y adrenalina a los jóvenes de cuerpo y espíritu. En Europa se presentó con tres motores diésel y dos bencineros, uno de ellos el inédito 2.0 TwinPower Turbo de 306 Hp.




Con ventas que rodean los dos millones y medio de unidades, desde que salió al mercado en 2004, el BMW Serie 1 se ha convertido en uno de los best sellers de BMW, y es que con su silueta siempre juvenil, líneas atrevidas y perfil innovador, son pocos los que han podido resistirse a sus encantos.

Si para su primera generación fueron cientos los que levantaron la voz, diciendo que BMW no debería tener un hatchback en su gama, ahora, en su tercera vida las críticas apuntan a su diseño, uno que reinterpreta las formas y claves clásicas de la marca, pero que les confiere un aire más moderno y actualizado, agudizando las líneas y entregando contraste en las formas.

El mayor punto de discordia de esta renovación del BMW Serie 1 es su parrilla, donde los clásicos riñones se unieron en una forma "singleframe" o de una sola pieza, alargando de paso la forma de los faros. De acuerdo a Sebastián Simm, encargado de diseño exterior del modelo, "lo difícil de crear una nueva generación de un ícono es mantener el ADN, pero al mismo tiempo hacer algo nuevo y radical", y eso es precisamente lo que se buscó con este cambio.

La controvertida nueva forma de los riñones es, por lo demás, uno de los cambios más llamativos en el BMW Serie 1, sobre todo en su poderosa variante M135i xDrive, la joya de esta nueva generación, que se destaca por la separación de las barras verticales en formas más tridimensionales, además de montar el motor más potente de la gama, un 2.0 TwinPower Turbo que entrega 306 caballos de fuerza y 450 Nm de torque máximo, unido a una transmisión automática Steptronic Sport de ocho velocidades, sin olvidar la incorporación de la tracción total inteligente xDrive, que le otorga una maniobrabilidad insuperable.

Este detalle es uno de los más relevantes en lo que a manejo respecta, puesto que la tercera generación del BMW Serie 1, tal como te hemos contado, se monta sobre una nueva arquitectura con tracción delantera para el resto de los motores (son tres diésel de 116, 150 y 190 Hp, y dos bencineros de 140 y 306 Hp).

BMW Serie 1: Tecnología de punta

Además de mejorar la potencia y maniobrabilidad, el BMW Serie 1 también cambió por completo en su interior, con un habitáculo más orientado al conductor, pero sin buscar distraerlo de la labor de conducir.

Así, cambia su cuadro de instrumentos por uno completamente digital y personalizable, al que se suma un head-up display y una pantalla táctil que también responde a los mandos al volante, a la interfaz ubicada en la consola central e, incluso, a gestos, tecnología que debutara en los modelos de más alta gama y que ahora está disponible para el Serie 1.

Todo este avance en infoentretenimiento y gadgets, como la posibilidad de abrir el auto con una llave digital asociada al teléfono celular, también se complementan con nuevos asistentes al servicio del conductor.

Uno de los más alabados es el ARB, o "actuador de limitación de deslizamiento de la rueda contigua", que permite controlar el desplazamiento de las ruedas de forma más sensible y rápida. También debuta el asistente de reversa, que "recuerda" los últimos 50 metros de maniobra y los replica en el sentido contrario, ayudando en caso de que el estacionamiento se ponga complejo.

Galería de imágenes: BMW Serie 1

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