La crisis de la industria automotriz argentina se intensifica y se anuncian recortes y paralizaciones

FOTO: JESÚS MARTÍNEZ / AGENCIAUNO

Toyota, GM y Renault tomarán medidas para sortear problemas derivados de la crisis económica y la baja en ventas.




La industria automotriz argentina, alguna vez pilar de la economía transandina, se encuentra en medio de una grave crisis. A pesar del alza en ventas de la temporada pasada, ya son varios años de altibajos marcados por fluctuaciones económicas, y políticas gubernamentales cambiantes que han dejado al sector enfrentando una serie de desafíos que amenazan su estabilidad.

Los problemas no son menores. La economía argentina lleva desde hace años una alta inflación, una devaluación de la moneda y una recesión prolongada. Estos factores han afectado el poder adquisitivo de los consumidores. Como resultado, muchas empresas automotrices han visto caer sus ventas y han tenido que reducir su producción, lo que ha llevado a recortes de empleo y a una mayor presión sobre la industria en su conjunto.

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Las complicaciones son muchas. Algunas de trabas internas, como lo explicó hace unos días el nuevo presidente de Ford Sudamérica, quien ejemplificó con Chile algunos problemas que viven en Argentina, especialmente a la hora de competir contra orígenes como Tailandia o Sudáfrica.

Pero ahora la situación parece llegar a uno de sus puntos más álgidos, sólo superado en los meses de pandemia, donde por razones sanitarias se bajó la producción local.

Según la edición argentina del sitio Motor1.com, Toyota, General Motors y Renault anunciaron recortes, debido a los temas internos y también a menores solicitudes desde países como Chile.

El portal especializado comentó que “Toyota Argentina abrirá una propuesta de ‘retiro voluntario’ para reducir 400 puestos de trabajo en la planta de Zárate. La decisión se tomó a raíz del recorte en los planes de producción para el 2024, debido a la caída de las ventas en los mercados de exportación. Chile, Perú y Colombia comprarán menos vehículos que el año pasado, debido a la recesión que atraviesan las economías de esos tres países”.

Esta situación en Toyota también se complementa con información entregada por el sitio el sitio InfoGremiales, donde se culpa al Gobierno de Javier Milei.

“La automotriz japonesa Toyota, una de las empresas más potentes del sector, empieza a dar más muestras de las consecuencias del parate económico promovido por el Gobierno Nacional. A 100 días de la asunción de Javier Milei, la firma ya lanza la primera etapa del ajuste para adecuar su planta a las nuevas proyecciones de producción”, precisó el ente gremial.

General Motors también sufre por estos días en Argentina. La compañía anunció que suspenderá la producción en el Complejo Alvear de Santa Fe, donde se fabrica la Chevrolet Tracker. La instalación permanecerá cerrada entre el 27 de marzo y el 14 de abril.

Según Motor1.com, los problemas obedecen a la falta de piezas que llegan al país debido a proveedores afectados con los pagos al exterior.

El sitio explica que “los proveedores afectados por los pagos al exterior son aquellos que se endeudaron en dólares el año pasado por consejo del entonces ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa. Son autopartistas que compraron insumos en dólares en el exterior con la promesa de poder recuperar esas divisas al tipo de cambio oficial del Banco Central. Sin embargo, la promesa de Massa nunca se cumplió y, ante la deuda acumulada, los proveedores de insumos en el exterior comenzaron a cortar los envíos a nuestro país”.

La tercera gran compañía que deberá tomar medidas ante los problemas de Argentina es Renault. Eso sí, en este caso la razón es la caída en las ventas.

Tal como le indicaron a Motor1.com en Renault, “desde finales del año pasado, el mercado argentino ha experimentado una caída significativa en los niveles de patentamientos, con una reducción acumulada cercana al 30% hasta el momento. Este declive ha tenido un impacto directo en el plan de producción de nuestra fábrica Santa Isabel, cuyo volumen depende estrictamente de la demanda y cuya producción está mayormente destinada al mercado interno. Por ese motivo, nos vemos obligados a reorganizar la estructura de nuestra actividad industrial”.

Para sortear los nuevos problemas, Renault suspenderá la renovación de 270 operarios contratados, a lo que se suma la apertura de un plan de retiro voluntario -como en Toyota- y jubilaciones anticipadas.

Como se ve, un presente muy complicado de una industria enorme, que sufre por las contingencias económicas y por trabas internas que le impiden ser más competitivos a nivel internacional.

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