Seat León: 2.500 horas de trabajo para iluminar el punto más oscuro de Europa

Los ingenieros españoles se trasladaron a Alqueva, en Portugal, para estudiar las bondades de la tecnología 100% LED.




Los avances tecnológicos y de seguridad vienen bien a cualquier automóvil. Pero muchas veces se desconoce cómo es que se han conseguido las mejoras, qué buscaban en concreto los ingenieros y qué grado de satisfacción lograron con el resultado final. Seat ahora revela los detalles de cómo desarrolló la tecnología 100% LED del León de cuarta generación y la testeó en uno de los puntos de mayor oscuridad en Europa.

La marca barcelonesa cuenta que su equipo se trasladó hasta la reserva Dark Sky en la localidad de Alqueva, Portugal, desde donde se pueden observar constelaciones como la de Orión. En Seat no querían mirar el cielo precisamente, sino que comprobar la iluminación LED exterior y en el habitáculo de su flamante León. “Hemos comprobado una vez más que la iluminación que hemos diseñado para la cuarta generación se adapta perfectamente a la carretera gracias al alcance y la anchura de los faros y al contraste y definición de sus pilotos”, explica Carlos Elvira, responsable de Desarrollo de Iluminación de Seat.

800 horas en penumbras

Los ingenieros españoles trabajaron por 2.500 horas en el diseño de los grupos ópticos del nuevo León, de los cuales 800 horas han sido de pruebas a oscuras. “Para nosotros son básicas las pruebas en climas extremos. En zonas cálidas para comprobar la funcionalidad electrónica y en el frío para validar las distribuciones ópticas sobre las acumulaciones de hielo”, comenta Elvira mientras va colocando balizas en el margen de una de las carreteras de la zona, dejando un metro entre una y otra. Con esta prueba certifican que una luz de cruce tiene el alcance deseado, en este caso, de 70 metros.

Además de por su potencia y su mayor flexibilidad de hacia dónde, cómo y cuándo dirigir el haz de luz, la de LED destaca por ser mucho más blanca que la de las tecnologías de iluminación anteriores, como la de halógeno. Con una temperatura de color de 5.000 grados Kelvin se asemeja mucho más a la del espectro solar. “Esto permite identificar mejor la forma y el color de los objetos que encontramos de noche en la carretera, incluso en zonas tan oscuras como Alqueva y eso nos permite en todo momento una mayor capacidad de anticipación ante cualquier circunstancia que nos pudiéramos encontrar”, asegura Magnolia Paredes, responsable de Desarrollo Electrónico de Iluminación de la firma española.

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