Al estilo guerrillero: los manifestantes en Hong Kong cambian de táctica

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Foto REUTERS/Umit Bektas

A poco de entrar en vigencia la medida impuesta por el gobierno, que prohíbe el uso de máscaras en protestas, los opositores ahora se reúnen en grupos pequeños distribuidos en varios puntos de la ciudad, a fin de hacerse más visibles y efectivos ante el despliegue policial, según aseguraron algunos de los participantes.


Siguiendo el ejemplo de la antigua filosofía militar china, los manifestantes en Hong Kong cambiaron de estrategia el domingo y se congregaron en pequeños grupos en varios lugares de la ciudad, en lugar de organizar una gran marcha, perseguidos por policías que intervinieron para hacer enérgicas detenciones.

La táctica de guerrilla pretendía maximizar las interferencias y la visibilidad de las protestas en un momento en el que las manifestantes contra el gobierno empiezan a dar signos de flaqueo en su quinto mes. La presión del gobierno, con una prohibición a las máscaras que llevan muchos manifestantes y episodios de extrema violencia este mes, parece haber aplacado a algunos manifestantes y mermado las cifras de asistencia.

Las convocatorias en internet para celebrar encuentros en docenas de centros comerciales, parques, recintos deportivos y otros lugares provocaron una tarde de caos y marcaron un cambio respecto a las marchas anteriores, centradas en menos puntos.

"Vamos a ser más fluidos y flexibles", dijo Amanda Sin, de 23 años, una oficinista que se sumó a una protesta pacífica ante la sede de la policía en el centro de Hong Kong. "Estamos intercambiando diferentes tácticas".

Algunos grupos de manifestantes elusivos y rápidos para ser controlados, aparecieron de la nada y cortaron calles con barricadas improvisadas e hicieron pintadas de protesta, a menudo sosteniendo paraguas para ocultar sus acciones de la vista.

Manifestantes enmascarados con martillos destrozaron una tienda de Huawei que parecía haber sido atacada por los lazos de la firma con la China continental. En otra tienda allanada y destrozada, los manifestantes escribieron "No estamos robando". También escribieron las palabras "corazón negro" en el interior de un Starbucks atacado, otro objetivo frecuente de las marchas contra el gobierno que han paralizado el territorio semiautónomo chino desde junio.

La idea de cambiar de estrategia para adaptarse a una situación cambiante y maximizar los recursos está muy arraigada en la mentalidad china, como se describe en el antiguo tratado militar "El arte de la guerra", e inspiró a los rebeldes comunistas de Mao Zedong en su campaña hasta alcanzar el poder de China en 1949.

En Hong Kong, los manifestantes hablaban de ser "como agua", fluidos y adaptables.

"Es una especie de manifestación de guerrilla", dijo Edmund Tang, de 59 años, que durmió ante la sede de la policía en el centro de Hong Kong, donde se reunieron unas 200 personas el sábado y aún seguía habiendo gente el domingo. La prohibición impuesta una semana antes a las máscaras en manifestaciones, que puede conllevar un año de prisión, ha disuadido a algunos manifestantes que asistieron a marchas más grandes, señaló.

"Ya no es posible conseguir que salgan 100.000 personas", dijo. Protestar en grupos pequeños y difusos complicará los esfuerzos de la policía, añadió.

Pero la policía también se adaptó. Repartida en varios puntos, no tardó en hacer numerosas detenciones. Los furgones policiales aparecieron en el lugar unos minutos después de que manifestantes vestidos de negro levantaran una barricada improvisada en un distrito comercial de Kowloon. Una vagoneta se estrelló contra una barricada de postes de bambú y los agentes salieron de sus vehículos para perseguir a los sospechosos.

Los agentes derribaron a activistas y se los llevaron. En algunos lugares, los agentes alzaron carteles ordenando a la gente que se dispersara. En otros, las patrullas emplearon armas antimotines y latas de gas pimienta para mantener a la multitud a raya, y golpeaban sus escudos de plástico conforme despejaban las calles. La gente respondía con un aluvión de insultos.

Conforme la policía expulsaba a la gente de un lugar, las protestas comenzaban en otros, abrumando el despliegue policial.

Una de las congregaciones más grandes reunió a cientos de personas en un centro comercial de Shatin donde se han celebrado protestas habituales. Un manifestante enmascarado tocó el saxofón. Sobre las rejas que cerraban la estación de metro, otro activista vestido de negro de la cabeza a los pies escribió "Cuando la dictadura es un hecho, la revolución se convierte en nuestro deber".

Las protestas comenzaron en respuesta a una ley de extradiciones ya abandonada que habría permitido juzgar a residentes en Hong Kong en tribunales controlados por el gobernante Partido Comunista en la China continental. El movimiento ha ido evolucionando hasta incluir demandas más amplias como una reforma electoral y una investigación sobre supuestos abusos policiales.

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