Biógrafos analizan los claroscuros de la diplomacia de Kissinger

Reuters

En entrevista con La Tercera Robert Dallek, Niall_Ferguson y Lubna Qureshi diseccionan el rol del ex asesor de seguridad nacional y ex secretario de Estado en temas como la caída de Allende, Vietnam, Camboya y China.


Robert Dallek

Autor de Nixon and Kissinger (2007):

“Él y Nixon facilitaron la caída de Allende”

Reconocido historiador, Robert Dallek es una autoridad indiscutida en la vida de Presidentes estadounidenses. Ronald Reagan: The Politics of Symbolism (1984), An Unfinished Life: John F. Kennedy (2003), Lyndon B. Johnson: Portrait of a President (2004) y Harry S. Truman: The 33rd President son algunas de las biografías de su autoría.

En 2007 Dallek publicó el libro Nixon y Kissinger: Socios en el Poder, en cuyo prefacio lo define como “el ejercicio del poder de dos de los más importantes practicantes del arte en el siglo XX: el Presidente Richard Nixon y Henry Kissinger, cuya influencia sin precedentes como asesor de seguridad nacional y secretario de Estado lo hizo un tipo de copresidente, especialmente durante las turbulencias de la administración por Watergate”.

“Nixon desconfiaba de Henry, dudando de su sinceridad sobre las declaraciones de admiración por él. El afán de Kissinger por destacar y la ambición por el autoservicio pusieron nervioso a Nixon sobre la lealtad de Henry. Él precisamente sospechó que Kissinger lo veía como un intelectual superior manipulando a un Presidente maleable (…) Nixon lo llamaba mi ‘niño judío’ a su espalda y ocasionalmente a su cara, como una forma de humillarlo y mantenerlo en su lugar”, escribe Dallek.

En la siguiente entrevista con La Tercera, Dallek analiza la figura de Kissinger.

Según The New York Times, los partidarios de Kissinger lo consideraban “un gran estadista cuyas audaces iniciativas pusieron fin a la guerra de Vietnam, reforzaron la paz mundial y ayudaron a restablecer el poder estadounidense”. Sus detractores, en cambio, lo veían como “un cínico inmoral que consintió a los dictadores y permitió horribles masacres en tres continentes”. ¿Con qué versión se queda? ¿Cómo lo juzgará la historia?

Mi conjetura es que depende de quién está escribiendo la historia. Así que será dicho en ambos sentidos.

¿Cómo se convirtió Kissinger en el secretario de Estado más poderoso de la historia de Estados Unidos?

Al ser muy inteligente acerca de la política estadounidense y los asuntos exteriores. Y en la muerte de Nixon que elevó la importancia de Kissinger.

Nixon y Kissinger formaron parte de la dupla política más poderosa de la historia de Estados Unidos. Sin embargo, el caso de Watergate convirtió a Nixon en un verdadero exiliado político. En cambio, la imagen de Kissinger no sufrió daños. ¿Cúales fueron las razones de esto?

La gente quería una cierta estabilidad.

En su opinión, ¿cuál fue el principal logro diplomático de Kissinger? ¿El acercamiento de la China de Mao a EE.UU.?

La apertura a China y la pacificación en Medio Oriente.

¿Qué piensa sobre el papel desempeñado por Kissinger en la política latinoamericana? ¿Considera que él fue decisivo en la caída de Allende en Chile?

Bueno, él y Nixon facilitaron la caída de Allende, pero no fueron los árbitros finales en derribarlo.

¿Por qué Kissinger seguía manteniendo influencia política hasta poco antes de morir?

Debido a que el país todavía necesita héroes o figuras públicas que pueda mirar hacia arriba, especialmente con la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca.

Niall Ferguson

Autor de Kissinger 1923-1968: The Idealist (2015)

“La vida de Kissinger es la Guerra Fría”

Fue el propio Kissinger quien se lo propuso. “Lo sugirió en 2003, pero primero dije que no porque pensé que iba a ser realmente difícil y todas las personas de izquierda me odiarían... y tenía razón, fue realmente difícil y toda la gente de izquierda me odia”, comentó el propio historiador británico Niall_Ferguson en una entrevista a La Tercera realizada antes de la muerte del ex secretario de Estado norteamericano.En esa ocasión recordó que finalmente decidió hacerlo porque “sentía que los años 70 debían ser sometidos a una reevaluación radical y habiendo recorrido la primera mitad del siglio XX realmente quería hacer un libro sobre la Guerra Fría y la vida de Kissinger es la Guerra Fría”, agregó en esa ocasión.

La primera parte de la obra, publicada en 2015, fue celebrada por la crítica. The Economist la calificó como “magistral” y The Wall Street Journal aseguró que Ferguson ofrecía un_”remarcablemente rica discusión sobre los pensamientos de Kissinger y cómo se fueron formando a través de los años”._Ese primer volumen de más de 1.000 páginas mostró a una imagen de Kissinger distinta a la que prima en la percepción general que existe sobre él. “Llegué a la conclusión de que_Kissinger no fue para nada un realista sino que fue más bien un idealista”, comentó Ferguson.

Para realizar el trabajo, el autor de Coloso y Civilización realizó una profunda revisión de documentos oficiales y entrevistas. Según él mismo escribe en el inicio de su libro “ningún estadista de los tiempos modernos y sin duda ningún secretario de Estado norteamericano ha sido tan reverenciado y vilipendiado a la vez como Henry Kissinger”. Pero las críticas no eran un tema que le preocupara a Kissinger y así lo reconoció en más de una entrevista como en la que dio a la periodista Oriana Fallaci y que Ferguson cita al comienzo del libro. “El juicio público de lo que hago nunca me ha molestado”, dijo en esa ocasión.

¿Cómo cree que será recordado Kissinger?

Para la izquierda seguirá siendo un criminal de guerra y el símbolo de la maldad y la derecha continuará diciendo que favoreció a los soviéticos con la detente. La derecha es casi tan hostil como la izquierda. Luego a medida que nos movemos del periodismo a la historia creo que el veredicto va a ser, primero que la apertura hacia China fue el más importante y estratégico evento de la Guerra Fría, el que tuvo las mayores y, más históricas y poderosas consecuencias. Dos, la detente fue lo que finalmente destruyó la Unión Soviética, no la confrontación, porque Reagan trató la confrontación y no funcionó. En 1983 casi explotó el mundo. Lo que sirvió fue la detente. Tercero, el problema de Medio Oriente fue definido y en cierta medida resuelto por Kissinger, excepto que después que él dejó el gobierno se produjo la Revolución iraní. Creo que la visión de Kissinger sobre el Medio Oriente se basaba en un equilibrio de poder que requería que Irán fuera fuerte y estuviera en el lado de Occidente. Esos son los tipos de veredictos que imagino que la gente tendrá.

¿Y su rol en Vietnam?

No mencioné Vietnam, no mencioné Camboya y no mencioné Chile porque comparado con los temas anteriores, estos eventos producidos en países relativamente más pequeños son menos importante. La gente me odiará por decir eso pero es verdad.

Lubna Z. Qureshi

Autora de Nixon, Kissinger, and Allende (2009):

“Jugó un papel insano en la política de A. Latina”

¿Cómo cree que Kissinger será juzgado por la historia?

Como asesor de seguridad nacional y secretario de Estado, el historial de Henry Kissinger fue sangriento, de hecho. Aunque Kissinger operaba bajo la dirección del Presidente Richard Nixon, el jefe del Ejecutivo dependía totalmente de su subordinado. Yo diría que Kissinger ejerció tanto poder en la política exterior de EE.UU. como cualquier presidente. Kissinger autorizó el asesinato en 1970 del general René Schneider, comandante en jefe del Ejército chileno, y ocultó al Congreso de EE.UU., así como a la opinión pública norteamericana, el bombardeo secreto de Camboya, que mató a 100.000 civiles. Chile y Camboya son sólo dos ejemplos. Yo podría seguir. Kissinger no merece crédito por haber terminado la guerra de Vietnam. De hecho, ayudó a prolongarla. No sé qué estaban pensando los noruegos cuando le concedieron el Premio Nobel de la Paz. En cuanto a la apertura a China, debo reconocer que fue un desarrollo positivo.

¿Qué piensa del papel desempeñado por Kissinger en la política latinoamericana?

Creo que Kissinger desempeñó un papel extremadamente insano en la política latinoamericana. Nixon y su asesor de seguridad nacional compartieron un desprecio especial hacia los latinoamericanos, a quienes consideraban incivilizados e incapaces de un gobierno democrático. Esta actitud era anterior a la llegada de Allende. El respeto de Kissinger a los gobernantes represivos en América Latina se debió a su falta de respeto por las prácticas democráticas en esa región. Kissinger extendió la mano de la amistad no sólo al general Augusto Pinochet, sino a las dictaduras militares de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil. Estos países colaboraron con Chile en la Operación Cóndor.

Usted investigó la participación de Nixon y Kissinger en el golpe de 1973. ¿Cree que este último fue decisivo en la caída de Allende?

Kissinger fue extremadamente decisivo en la caída de Allende. Su participación en el asesinato del general René Schneider debió haber enviado un mensaje intimidante a los oficiales chilenos que pudieron haberse opuesto activamente al golpe. Como resultado, elementos de derecha en el Ejército chileno ahora sabían que tenían un amigo en Kissinger, que tenía el oído de Nixon. Kissinger mantuvo contacto con el Ejército chileno en el período previo al golpe. De hecho, la CIA sabía al menos con un día de antelación que el golpe tendría lugar. Si la CIA sabía, Kissinger obviamente lo sabía. ¿Quién más habría apoyado el golpe, si no Estados Unidos?

¿Cuáles eran los temores de Kissinger acerca de Allende?

Kissinger temía a Allende por lo que el Presidente chileno representaba para toda América Latina. Dado que Allende había expropiado las minas de cobre y el servicio telefónico, ambas de propiedad de Estados Unidos, fácilmente podría haber inspirado a otros gobiernos latinoamericanos a expropiar activos corporativos estadounidenses en sus propios países. A diferencia de Fidel Castro, Allende había llegado al poder de manera democrática y pacífica, lo que hizo que su victoria fuera doblemente amenazadora a los ojos de Kissinger. Si Allende hubiera tenido éxito en última instancia, habría sido más fácil para otros países latinoamericanos emular su ejemplo.

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