El crudo relato de Adam Berdichevsky, deportista que vivió el 7/10 en un kibutz israelí: “Tuvimos mucha suerte en comparación con otros amigos que fueron asesinados”

Adam Berdichevsky, deportista israelí de tenis en silla de ruedas. Foto: Archivo de Adam Berdichevsky

De 40 años, este tenista de silla de ruedas vivió en primera persona la invasión de Hamas a los kibutz de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza. Su casa, para suerte de él y su familia, no fue seleccionada por los milicianos, pero en el pequeño lapso que tuvo, preparó a sus hijos para lo peor.


Cuando Adam Berdichevsky despertó de forma súbita el 7 de octubre de 2023 en el kibutz Nir Yitzhak, entendió rápidamente que algo ocurría. Una alarma sonaba, y explosiones de misiles se escuchaban cerca su hogar. Se encontraba a poco más de tres kilómetros del límite sur de la Franja de Gaza, cerca de Egipto, y los milicianos de Hamas habían iniciado su ofensiva.

El hombre de 40 años, junto a su familia, fue unos de los sobrevivientes del ataque que le costó la vida a más de 1.100 israelíes ese día de octubre, pero, en más de una ocasión, el padre de familia pensó que no lo lograría. Incluso le dio instrucciones a sus hijos en caso de que, por azar, la gente de Hamas eligiera su casa como objetivo, relató a La Tercera.

Su historia, sin embargo, también tiene un componente extra. Adam Berdichevsky es, además, jugador de tenis en silla de ruedas, y recientemente estuvo de visita en Chile disputando un torneo en tierras locales.

La familia Berdichevsky durante un viaje. Foto: Archivo de Adam Berdichevsky

Un accidente marítimo, durante una tormenta en Tailandia, le dañó la pierna derecha y le hizo perder la izquierda. Desde entonces, se dedicó al tenis, lo que le trajo hasta Chile durante la semana pasada. El 14 de octubre de 2019 ostentó su mayor ránking personal, llegando al puesto 20 de la International Tennis Federation, pero tras el ataque de fines de 2023, debió parar de jugar e incluso salir del país, radicándose un tiempo en el suroeste de Houston, Estados Unidos. Ahora, está de vuelta en las canchas.

Usted y su familia estuvieron en uno de los kibutz atacados por Hamas el 7 de octubre pasado. ¿Podría relatarnos cómo fue aquel día?

Estuvimos en el kibutz Nir Yitzhak el 7 de octubre. El ataque comenzó con el lanzamiento de misiles, y más tarde llegaron los milicianos de Hamas. Fueron ellos quienes empezaron a matar a todo el que encontraban a su paso. Quemaron a amigos nuestros con sus hijos mientras estaban dentro de sus casas, violaron a muchas mujeres y después las mataron, lo que, por supuesto, la gente de aquí lo negará. Llevamos 14 horas en el refugio y no creíamos que seguiríamos vivos, pero tuvimos mucha suerte en comparación con otros amigos que fueron asesinados o secuestrados, condición en la que se mantienen hasta el presente.

Una cosa es enfrentar una situación como la que te tocó vivir siendo adulto, y otra es siendo padre. ¿Cómo abordó con sus hijos la llegada de milicianos de Hamas al kibutz?

Fue mucho peor que mi accidente en la pierna. Tuve que decirles a mis hijos que los terroristas de Hamas ya venían y que no hicieran ruido. Yo iba a sujetar la puerta y no los dejaría entrar, les dije. Imagínate lo que es para un niño el escuchar que alguien intenta entrar en tu casa y matarte.

Una vista aérea muestra a miembros de los medios de comunicación durante una visita al kibutz Kfar Aza, uno de los más afectados tras el ataque de Hamas. Foto: Reuters

¿Cómo fue el recomponerse de una situación como aquella, posterior al ataque de Hamas? ¿Hubo cercanos suyos que se vieron afectados en la comunidad?

No creo que sea posible recuperarse de un trauma como el que atravesamos. Ahora, intentamos seguir viviendo. Nos mudamos unos meses a Estados Unidos y tratamos de dar a nuestros hijos una vida lo más “normal” posible durante un tiempo antes de volver. Pero es imposible olvidar por lo que han pasado nuestros amigos y cercanos, y continuar no viviendo cada momento desde aquel episodio.

Usted estuvo de visita en Chile en su rol de tenista israelí. ¿Cómo sintió su paso?, ¿qué le parece la relación de Chile, la comunidad judía y la palestina?

Por lo que he oído hasta ahora, el Presidente de Chile (Gabriel Boric) ignora totalmente a la comunidad judía y es un gran partidario del otro bando. Creo que la gente de la otra vereda, tanto aquí como en el mundo, no entienden la situación porque están alimentados por los medios sociales en su totalidad. Por ejemplo, muchos palestinos aquí, o la mayoría de ellos, son cristianos. Y si fueran cristianos en Gaza, Hamas les haría la vida imposible y miserable.

Adam Berdichevsky recibiendo un premio. Foto: Archivo de Adam Berdichevsky

Usted volvió a jugar tenis un tiempo después. ¿Siente que este deporte ha jugado algún rol en su vida tras el 7 de octubre?

No creo que el tenis tenga nada que ver. Solo intento conseguir orgullo para mi país si es que yo no puedo luchar.

¿Cómo afectó ese hecho a su carrera deportiva?

Perdí todos mis puntos en la International Tennis Federation por culpa de la guerra, así que me quedé muy lejos de clasificarme para los Juegos Paralímpicos. En dos meses he jugado ocho torneos y ahora estoy en una excelente posición para los Juegos Paralímpicos. Desafortunadamente, perdí en las semifinales contra el jugador local Bryan Tapia, y felicitaciones para él por la gran victoria, pero todavía estoy en buen lugar para la clasificación.

¿Considera que hay un orgullo especial al defender los colores de su bandera nacional tras el ataque que afectó a usted y a su familia en octubre pasado?

Por supuesto, estoy luchando por defender mi bandera. Si no puedo luchar en el terreno de batalla por mi país, espero que esto traiga algo de orgullo a Israel. Por último, quiero mencionar a mi kibutz, Nir Yitzhak, el que necesita de todo el apoyo de quien sea que pueda ayudar. Y una última cosa. Todo el mundo vio lo que paso con Irán. Es importante que todos alrededor del globo sepan que si siguen apoyando a ese bando, al final les tocará enfrentarlo a ustedes. Hamas e Irán llegarán a todas partes, eventualmente, si no los detenemos ahora.

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