El Istmo de Tehuantepec: La alternativa que ofrece México ante la crisis en el canal de Panamá

Buques de carga esperando en el Pacífico para pasar por el Canal de Panamá. Foto: AP

En medio de restricciones de flujo y problemas en las principales vías fluviales del mundo, el “canal seco” en el punto más angosto del país norteamericano se perfila para convertirse en una alternativa para el comercio mundial.


Las recientes imágenes de cerca de 200 barcos varados a un lado del canal de Panamá recordaron un poco a la del “Ever Given”, el buque que tapó el canal de Suez en 2021. A causa de una falta de agua en sus lagos artificiales, el paso más importante entre el Océano Pacífico y Atlántico se ha visto gravemente retrasado, y algunos buques terminaron dando la vuelta.

Con esta situación, otra alternativa toma relevancia: el Corredor del Istmo de Tehuantepec, un camino que a principios de siglo XX era usado principalmente por trenes de carga, y en que el gobierno de México ya empezó a invertir para hacerlo reflotar.

Precisamente frente a la crisis en Panamá, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador comentó: “Actualmente, se enfrentan a problemas derivados de sequías, lo que resulta en la falta de suficiente agua para permitir el paso de embarcaciones de mayor calado. Esto ha ocasionado una disminución en la capacidad de tránsito de barcos y se ha producido una acumulación de naves, lo cual repercute en el comercio global”. En ese sentido, el mandatario mexicano aseguró que el Corredor del Istmo de Tehuantepec se presenta como una alternativa concreta contra ese problema.

Buques de carga esperando para pasar por el canal de Panamá. Foto: AP

Ya el lunes pasado se trataba de 134 buques “varados”, en un atasco enorme a ambos lados del canal de Panamá. Debido a la sequía que afecta las dos lagunas artificiales que alimentan el canal, de 80 kilómetros de largo, se tomaron medidas que ralentizaron el tránsito.

“En estos momentos hay un total de 134 buques en espera de tránsito desde ambas entradas. Para este mes, el tiempo medio de espera para tránsitos no reservados se sitúa entre 9 y 11 días. Estamos continuamente monitorizando estas cifras e implementando medidas para mejorar el flujo”, aseguró entonces la administración del canal, en un número que en pocos días superó los 200. Al respecto, CNN alertó: “Esto no es un buen signo para la cadena de suministro, ni para sus compras de Navidad”.

Los especialistas ya consideran que habrá un aumento de los precios para el consumidor final en EE.UU. Las restricciones afectan a innumerables países y prácticamente a todo tipo de productos, incluida la soja y el gas natural licuado de Estados Unidos, el cobre y las cerezas frescas de Chile y la carne vacuna de Brasil, según Reuters.

El agua de este canal, clave para el comercio entre continentes, procede de dos lagos, y las reservas del Gatún, el más grande de ambos, había llegado a su nivel más bajo en los últimos siete años en julio pasado. El motivo de esto fue la prolongación de la estación seca, un período sin lluvias que complica el abastecimiento de las esclusas.

Andrés Manuel López Obrador, hablando en el Zócalo de Ciudad de México. Foto: Reuters

Esta crisis ha llevado a un ralentizamiento importante del paso en el canal de Panamá. Desde el grupo Clarksons Research Services señalaron que durante esta crisis el tránsito en el canal estaba durando cuatro días, cuando lo normal era que un buque pasara de un lado a otro en un día, e incluso menos.

Desde luego, esto golpea la rentabilidad del canal, y los buques están necesitando pasar con menos carga. Según Ricaurte Vásquez, el administrador del canal, los ingresos 2024 perderán cerca de 200 millones de dólares.

Según indica Bloomberg, cerca de 500 millones de toneladas cruzan anualmente el canal panameño, y los retrasos que se están viviendo podrían forzar a los buques a buscar rutas alternativas.

López Obrador, durante una visita a las obras de rehabilitación del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, en junio. Foto: Presidencia

En este contexto, la generación de una infraestructura que permita mover mercancía entre Atlántico y Pacífico gana importancia, y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya estaba resucitando un proyecto con larga data: el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. En los tiempos previos al canal, se trataba de una línea de ferrocarril que unía los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, llegando a pasar en el 60 trenes por día.

Luego del canal de Panamá y la Revolución Mexicana, el uso de ese camino empezó a bajar, y recién en los 90 se volvió a hablar de desarrollar el “canal seco”. De 300 kilómetros, en un punto particularmente angosto de México, ya se está construyendo el proyecto de “Corredor Multimodal”, a través de la modernización de la infraestructura ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y de carreteras. La idea: permitir la conexión comercial entre Asia, Estados Unidos y Europa, volviendo a México en un centro mundial de logística.

El proyecto, del gobierno federal, moderniza ambos puertos a cada lado del corredor. Al respecto, AMLO señaló que el trazado de la carretera está sobre el camino que hace décadas une ambos puertos, por lo que debería estar listo en diciembre de este año. En la inversión también se reconstruye la vía del ferrocarril que unía Salina Cruz y Coatzacoalcos, y se impulsa la creación de 10 parques industriales entre ellos.

La crisis del canal de Panamá es sólo un ejemplo de la crisis provocada por el cambio climático en vías fluviales cruciales para el mercado global y regional, como los ríos Rin (Europa), Mississippi (EE.UU.) y Yangtsé (China), destaca el diario O Globo.

En el caso de la cuenca del río Mississippi en Estados Unidos, los niveles volvieron a bajar, por segundo año consecutivo, provocando alerta para la navegación en la principal vía fluvial estadounidense, crucial para el transporte de cereales, carbón, petróleo y gas natural.

Los bajos niveles de agua del río Rin amenazan la industria alemana, ya que cada vez más barcos no pueden atravesar esta importante vía fluvial. Foto: AP

El nivel del río Yangtsé, el más largo de China y el tercero del mundo, quedó tan bajo que los barcos que normalmente cruzan sus aguas no podían navegar. Hubo una reducción en la generación de energía hidroeléctrica y la industria local sufrió cortes de suministro que derivaron en paros de producción.

Otro ejemplo de los impactos del cambio climático en el transporte marítimo es el río Rin, la principal ruta comercial de Europa. Según Bloomberg, la reducción del nivel de sus aguas es cada vez más frecuente, obligando a las empresas a buscar alternativas de transporte muchas veces más caras y que consumen más tiempo. Basf, por ejemplo, con sede en Alemania (el país más afectado), está redirigiendo la logística hacia soluciones que incluyen trenes y camiones.

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