Evo Morales: Auge y caída del caudillo boliviano

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Admirador de Hugo Chávez, Fidel Castro y el Che Guevara, en 2005 hizo historia al convertirse en el primer Presidente indígena de su país. Líder cocalero y diputado, gobernó durante 14 años y se empecinó en una tercera reelección consecutiva. La historia reciente de Bolivia no se explica sin su figura.


Hubo una época en Bolivia de golpes y contragolpes, y de largas dictaduras militares que luego dieron paso a un período más democrático, aunque con presidentes electos por el Congreso, dado que no lograban conseguir más del 50% de los votos. Todo esto cambió en 2005, cuando, para sorpresa de muchos, Evo Morales -entonces líder de los cocaleros y figura clave de la "guerra del gas"- logró lo inesperado: 53,7% en las urnas. Evo hizo historia al transformarse en el primer Presidente indígena de Bolivia y entró en ese panteón boliviano de figuras que, para bien o para mal, lograron modificar la vida del país: Víctor Paz Estensoro, Hugo Banzer o Hernán Siles Zuazo.

Juan Evo Morales Ayma, que renunció a la Presidencia para que vuelva "la paz social" y tras denunciar un golpe en su contra, nació en el poblado de Orinoca (Oruro) en medio de la pobreza extrema. Se crio como pastor de llamas en una familia de siete hermanos de la que solo sobrevivieron tres. De adolescente se trasladó a Oruro -donde trabajó como panadero, ladrillero y trompetista- y luego a La Paz, donde cumplió su servicio militar.

Como muchos bolivianos, hizo un largo recorrido hasta que se asentó en el Chapare, una zona cocalera de Cochabamba, donde surgió como líder sindical. Fue desde este lugar que comunicó su dimisión. "Aquí no termina la vida, la lucha sigue", dijo. En el Chapare , Evo Morales construyó las bases que años después lo llevaron a la Presidencia. Pero debió esperar años para lograr aquel hito.

A partir de la década de los 80, Evo Morales se enfrentó a todos los gobiernos, y en especial a los de Hugo Banzer y Gonzalo Sánchez de Lozada. Fue así como en 1997 se convirtió en diputado por Cochabamba, de la mano del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Apoyado por los sindicatos, campesinos y federaciones cocaleras, Evo Morales desarrolló desde entonces un discurso "antiimperialista" y en 2003 logró su objetivo al forzar la renuncia de "Goni" tras la idea del gobierno de "gas por mar". De esa crisis también surgió la figura de Carlos Mesa, entonces Vicepresidente que renunció a su cargo en 2005 tras las protestas provocadas por la Ley de Hidrocarburos a la que Evo se opuso. Fue Mesa quien enfrentó al Presidente en las elecciones del pasado 20 de octubre, una suerte de déjà vu.

Tras imponerse en las urnas con una abrumadora mayoría, Evo Morales nacionalizó los recursos naturales y se alineó con el eje de Hugo Chávez. Al mismo tiempo, forjó una alianza económica con el Brasil "del compañero Lula", como solía llamarlo. Gracias a sus reservas de gas natural (cuarto mayor productor de América Latina) y a la producción de quinua y soya, Bolivia logró un inédito crecimiento económico, que pasó del 4,8% en 2006 al 5,5% en 2014, con un ingreso per capita que subió de US$ 1.182 a 2.757 dólares en ese período y un desempleo que cayó del 8,1% al 3,2%.

Admirador del Che

Una vez en el Palacio Quemado, el Mandatario siguió el manual de Chávez al convocar a una Asamblea Constituyente, modificar la Constitución y reelegirse en 2009 y 2014, con más del 63% de los votos. Los analistas coinciden en que durante el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) el país gozó de estabilidad económica y política.

Admirador de Ernesto "Che" Guevara y de Fidel Castro, en pocos años Evo Morales logró convertirse en uno de los íconos de la izquierda latinoamericana. Fue ese estatus el que lo llevó en abril de 2013 a presentar una demanda marítima contra Chile. Durante parte importante su mandato, mantuvo en lo alto de la agenda pública el discurso de reivindicación marítima de Bolivia. Y mientras con Ricardo Lagos y Michelle Bachelet mantuvo una relación cordial, no ocurrió lo mismo con Sebastián Piñera.

Aunque con una importante oposición, especialmente en el oriente boliviano (Santa Cruz), las cosas para Evo iban viento en popa incluso después de su segunda reelección. Así, la pobreza extrema se redujo a menos de la mitad, desde 38,2% a 15,2%; el PIB per capita aumentó 79% y el grupo de ingresos medios se robusteció hasta abarcar al 62% de la población, frente al 35% de 2005. Esto, además de obras emblemáticas como el moderno sistema de teleférico que une El Alto con La Paz en cuestión de minutos y una serie de nuevas escuelas y obras deportivas.

Pero con el correr de los años Evo Morales se fue entrampando, en especial por su deseo de ser reelecto por tercera vez de manera consecutiva. En ese sentido, se las arregló para cambiar las reglas del juego y en 2016 convocó a un referendo para modificar la Constitución y así poder postular a un cuarto mandato. Pero el 51,3% votó por el "No". Esto se convirtió en la primera señal de descontento con la figura del Jefe de Estado, además de denuncias de corrupción del gobierno. Así y todo, el Presidente insistió en que "el pueblo" le "ordenaba" seguir al mando del país.

Paralelo con Paz Estensoro

En agosto de 2018, Evo Morales rompió el récord en cuanto a años en el poder, al completar en ese momento 4.587 días en el gobierno, superando así a Víctor Paz Estensoro, que gobernó por 4.586 días, en cuatro períodos presidenciales no continuos.

Además, en octubre de 2015 el Mandatario ya se había convertido en el Presidente con mayor tiempo de manera continua, superando a Andrés de Santa Cruz, que estuvo un total de nueve años, ocho meses y 25 días (1829-1839).

Para algunos analistas bolivianos, son evidentes los paralelos entre la gestión de Evo Morales y la de Paz Estensoro. Durante la Revolución de 1952 se produjo un levantamiento de indígenas, mineros, campesinos y ciudadanos del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Esa revolución llevó adelante la nacionalización de la minería, la reforma agraria y educativa, y el voto universal. Cuando iniciaba su tercer mandato en 1964, Paz Estensoro debió dar un paso al costado luego de un golpe en su contra.

En las elecciones del pasado 20 de octubre, Evo Morales se impuso con el 47,08% contra 36,51% de Carlos Mesa. En Bolivia, para evitar la segunda vuelta, el ganador debe conseguir más del 50% o bien más del 40% siempre y cuando la diferencia con el segundo sea de al menos 10 puntos porcentuales. En este caso, la diferencia fue de 10,57. Sin embargo, el "problema" fue que el conteo rápido oficial se paralizó la misma noche de ese domingo. Con esos datos, Mesa anunció que había segunda vuelta, mientras el Presidente pidió esperar los votos de la Bolivia profunda.

Pero cuando se reanudó el conteo, la gran mayoría de los votos pendientes fueron para Evo Morales, lo que alimentó las sospechas y las denuncias de fraude electoral. De inmediato, estallaron movilizaciones contra el gobierno que con el correr de los días fueron en aumento, hasta que la OEA anunció que, tras una auditoría, recomendaba la repetición de las elecciones, a lo que Evo accedió en la mañana de ayer. Sin embargo, a esa altura, la suerte ya estaba echada y las Fuerzas Armadas le exigieron al gobernante que renunciara, cosa que hizo en horas de la tarde.

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