Influyente cardenal alemán dimite denunciando “la catástrofe de abusos sexuales” de la Iglesia Católica

Reinhard Marx. Foto: AFP

En la misiva, dirigida al Pontífice con fecha del 21 de mayo y citada varias veces en el comunicado, Reinhard Marx denuncia un “fracaso institucional o sistemático” a la hora de tratar este escándalo, que sacudió al clero, así como los “numerosos fracasos personales y errores administrativos”.


Uno de los cardenales más influyentes de Alemania pidió al Papa este viernes que le libere de sus funciones y reconoció el “fracaso” de la Iglesia Católica en la “catástrofe de abusos sexuales” en el seno del clero alemán.

“Es importante para mí compartir la responsabilidad de la catástrofe de los abusos sexuales perpetrados por responsables de la Iglesia en las últimas décadas”, escribió al papa el arzobispo de Múnich y expresidente de la Conferencia Episcopal alemana, Reinhard Marx.

En la misiva, dirigida al Pontífice con fecha del 21 de mayo y citada varias veces en el comunicado, el cardenal denuncia un “fracaso institucional o sistemático” a la hora de tratar este escándalo, que sacudió al clero, así como los “numerosos fracasos personales y errores administrativos”.

El prelado, de 67 años y considerado como un liberal dentro de la institución, estima que la Iglesia Católica ha llegado a un “punto muerto”.

“No ha sabido asumir su responsabilidad ‘sistémica’”, apunta. Las recientes conversaciones mostraron que “algunos en el seno de la iglesia no quieren aceptar esta responsabilidad ni por tanto la complicidad de la institución y se oponen a cualquier diálogo sobre la reforma y renovación en relación a la crisis de los abusos” sexuales, prosigue el texto.

De momento, la dimisión del cardenal todavía no ha sido aceptada por Francisco, del que Reinhard Marx es un allegado.

El arzobispo forma parte de un consejo de cardenales que lo asesora en sus reformas de la Curia romana. Además, también coordina en el Vaticano el Consejo de Economía, encargado de supervisar su gestión financiera.

Es arzobispo de Múnich y de Frisinga desde hace casi 14 años y hasta el año pasado presidía la Conferencia Episcopal alemana. Hace un mes, declinó ser distinguido con la Cruz Federal del Mérito, la máxima condecoración, que quería entregarle el Presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.

“Visitantes apostólicos”

Su dimisión coincide con la decisión del Papa Francisco de ordenar la semana pasada una investigación sobre la manera de tratar los casos de abusos sexuales de menores en la diócesis de Colonia, la mayor de Alemania, sacudida por un escándalo desde hace meses.

El pontífice argentino nombró dos “visitantes apostólicos”, una especie de enviados extraordinarios de la Iglesia, encargados de “evaluar la situación pastoral compleja creada en el arzobispado y estudiar paralelamente la posible comisión de faltas” por parte del cardenal Rainer-Maria Woelki y otros prelados.

El cardenal Woelki, que forma parte del ala conservadora de la iglesia, está acusado de haber encubierto durante mucho tiempo a dos sacerdotes de la comunidad religiosa de Düsseldorf, sospechosos de abusos sexuales.

Un informe estremecedor, publicado en marzo, reveló que centenares de menores sufrieron abusos sexuales en la diócesis de Colonia entre 1975 y 2018 y que varios responsables religiosos callaron, pese a estar al corriente de estas agresiones.

En su carta, sin aludir directamente a esa diócesis, Reinhard Marx constata “con dolor cuánto ha disminuido el amor por los obispos” y que este “probablemente haya tocado su punto más bajo”.

El “caso” de la diócesis de Colonia se tradujo, en particular, en una huida masiva de fieles.

En 2019, durante una reunión inédita de presidentes de conferencias episcopales en el Vaticano, dedicada a los escándalos de abusos sexuales contra menores cometidos dentro del clero, Marx se destacó al reclamar más transparencia en esta cuestión.

Un año antes, pidió disculpas en nombre de la iglesia alemana tras la publicación de un informe elaborado por profesores universitarios que revelaba que más de 3.600 menores fueron víctimas de abusos sexuales durante décadas.

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