La controvertida exesposa de Mandela

Winnie Madikizela-Mandela
Nelson Mandela y su entonces esposa Winnie levantan los puños tras la liberación del activista sudafricano, el 11 de febrero de 1990. Foto: AFP

Winnie Madikizela-Mandela falleció a los 81 años. Destacó en su lucha contra el apartheid, pero también enfrentó acusaciones por robo y fraude.


La mujer emblemática e ícono de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, falleció este lunes a los 81 años en Johannesburgo. Winnie Madikizela-Mandela, exesposa de Nelson Mandela por 38 años, padecía de una enfermedad a los riñones que ya la había mandado al hospital a inicios de enero, y desde esa fecha había sido internada varias veces.

La historia de Nomzamo Winifred Zanyiwe Madikizela, más conocida como Winnie, a la cabeza del movimiento anti apartheid ha sido polémica y controversial, puesto que tuvo que enfrentar acusaciones relacionadas a violaciones de derechos humanos, robos y fraude.

Nació en 1936 en la provincia de Cabo Oriental y posteriormente se mudó a Johannesburgo para estudiar trabajo social. Winnie se convirtió en 1955 en la primera trabajadora social negra en el hospital Baragwanath. Dos años más tarde conoció a Nelson Mandela -quien en 1994 se convertiría en el primer Presidente negro de Sudáfrica-, y se casaron en 1958 cuando ella tenía 21 años y él casi 40.

Los años que cimentaron su lucha en contra del régimen de minoría blanca que gobernó Sudáfrica entre 1948 y 1994, fueron las casi tres décadas que Nelson Mandela estuvo encarcelado (1962-1990). Mientras Winnie tuvo que hacerse cargo de sus dos hijas, realizó una persistente campaña por los derechos de los sudafricanos negros, que la llevó a ser víctima de persecuciones y arrestos.

"Era una gran figura de la lucha, un ícono de la liberación", expresó el Nobel de la Paz y presidente de la Comisión Verdad y Reconciliación en Sudáfrica, Desmond Tutu. "Pero luego algo se torció de manera terrible", añadió Tutu.

Episodios oscuros

Tal como expresó el Nobel de la Paz y amigo de Nelson Mandela, algo sucedió en el camino que manchó el historial de Winnie Madikizela-Mandela, quien llegó a ser apodada como la "madre de la nación".

En 1986, en su discurso más controversial en Soweto, Winnie defendió la técnica del "necklacing": poner neumáticos en llamas alrededor de los cuellos de los traidores, para avanzar en la causa del anti apartheid.

Cuatro años más tarde, Nelson Mandela dejó la prisión y volvió a juntarse con su entonces esposa. Sin embargo, en 1992 la pareja se separó, pese a que el divorcio se hizo efectivo recién en 1996.

El período más oscuro de su vida llegó en 1991, cuando fue declarada culpable de secuestro y sentenciada a seis años de prisión por su participación en la muerte del activista de 14 años Stompie Seipei. El cuerpo del joven fue hallado en su casa, en una operación llevada a cabo por su cuerpo de guardia personal, el Mandela United Football Club (MUFC). Ella negó la acusación, y la sentencia se redujo a una multa. Posteriormente, en 1998, la Comisión de Verdad y Reconciliación, que investigó los crímenes del apartheid, declaró a Winnie "culpable políticamente y moralmente de importantes violaciones de los derechos humanos".

A pesar de la condena de 1991, Winnie siguió activamente su carrera política y en 1994, tras las primeras elecciones libres luego del fin del apartheid en las que ganó Mandela, Winnie fue nombrada diputada y viceministra de Cultura. Pero fue destituida al año siguiente por insubordinación, aunque continuó siendo diputada y presidenta de la Liga Femenina del partido Congreso Nacional Africano (ANC).

En 2003, fue nuevamente condenada a cinco años de cárcel, pero esta vez por acusaciones de robo y fraude relacionadas a un intento de estafa contra un banco sudafricano. La pena fue reducida a tres años y medio con libertad condicional.

Madikizela-Mandela fue una figura polarizadora en Sudáfrica, sostiene The New York Times, puesto que era admirada por quienes se centraban en su contribución para poner fin al apartheid, pero criticada por quienes resaltaban sus errores y contradicciones.

En 2016, fue honrada por el ex presidente sudafricano Jacob Zuma por su contribución en la lucha por la democracia.

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