Las claves de la elección argentina: Quiebres y negociaciones de cara al balotaje y la reconfiguración del Congreso

Los candidatos argentinos Sergio Massa y Javier Milei se cruzan tras un debate presidencial. Ahora, los dos se enfrentarán en un balotaje en noviembre. Foto: Reuters

Los resultados de la elección de este domingo abrieron muchas interrogantes. Por qué ganó Massa, la razón para la ligera pérdida de apoyo de Milei respecto a las primarias o el posible quiebre de Juntos por el Cambio. Mientras, el Congreso redistribuye fuerzas y surge la duda previa a toda segunda vuelta: para quién se van los votos de los perdedores.


Algunos en Argentina ya hablan de una elección que se disputará entre el “miedo”, en referencia al temor que genera –y amplifica– la campaña oficialista, y la “rabia”, la razón que habría llevado al libertarismo a convertirse en un fenómeno, al menos durante la elección del domingo, desinflado.

Pero, además de la sorpresa que significó la victoria de Sergio Massa en la primera vuelta del domingo, que relegó a Javier Milei al segundo lugar y dejó fuera de competencia a Patricia Bullrich, distintas aristas se desprenden de la elección presidencial que coincidió con el 40 aniversario del regreso de la democracia en Argentina. Ahora, todo se definirá en una instancia final, el domingo 19 de noviembre.

El “milagro” de Massa

En la prensa trasandina, no son pocos quienes ya califican de un “milagro” el primer lugar obtenido por el ministro de Economía de Alberto Fernández, y no por buenas razones. Como representante del oficialismo, cargaba una pesada mochila en sus hombros solo por su relación con Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, quien, dicho sea de paso, se eximió de toda relación con su propio gobierno cuando asistió a votar.

Considerando la inflación acumulada durante los casi cuatro años de gestión de Alberto Fernández, Argentina suma un alza del 744%. Si se es justo, se podría argumentar que Massa no lleva todo ese tiempo a cargo de la cartera de Economía, pero, desde que asumió en agosto de 2022, los productos se han vuelto un 170% más caros. En el período interanual, llegó al 148%, y, pese a eso, el 36,68% de los argentinos puso su confianza en él.

Sergio Massa besa una bandera argentina tras los resultados de las elecciones presidenciales. Foto: Reuters

Según columnistas y analistas argentinos, dos factores lo explican a grandes rasgos. La “campaña del miedo”, como le llaman a la exaltación de las propuestas más extremas de su rival en el balotaje, el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, habría sido uno de los factores que movilizaron a personas que no votaron en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto.

En dicha ocasión, Massa obtuvo 5,2 millones de votos. Si a eso se suman los de su rival en la primaria, Juan Grabois, da un resultado de 6,7 millones. Este domingo, Unión por la Patria dio un salto hasta los 9,6 millones de respaldos.

Los días previos a la elección, desde el massismo destacaban la privatización de servicios subvencionados por el Estado que se perderían de gobernar Milei, aseguran. En las pantallas de estaciones de trenes, incluso aparecieron carteles anunciando la “tarifa Massa” y la “tarifa Milei y Bullrich”, causando revuelo por el uso de pantallas oficiales en, evidentemente, propaganda política. Allí, se acusaba que con el ministro de Economía, el costo del pasaje llegaba a los 56,23 pesos argentinos, mientras que con sus rivales, alcanzaría los $ 1.100.

En segundo lugar está el “plan platita”, como se refieren en la prensa local a las decisiones emanadas del Ministerio de Economía destinadas a ayudar fiscalmente a los argentinos. El problema es que, quien dirige dicha cartera, corría por la presidencia.

Sergio Massa, durante una conferencia de prensa un día después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina. Foto: Reuters

En una conferencia de prensa en el Ministerio de Economía destinada a medios internacionales, donde participó La Tercera, el propio ministro respondió este lunes a las dudas de la prensa extranjera. “Entiendo el interés que despertó la elección argentina en las últimas semanas, y valoro la oportunidad de que desde distintos continentes estén acompañándonos”, abrió el titular de la cartera y candidato presidencial.

Apelando a la lógica de “el otro” de manera literal –no nombró nunca a Javier Milei, siempre lo llamó “el otro candidato”–, Massa destacó la importancia del swap con China, aprovechando la presencia de medios de aquel país, lo que, en sus palabras, les permitirá “afrontar los objetivos y dificultades de aquí a fin de año”. La movida con Beijing le significó recuperar las dañadas reservas nacionales.

En la jugada comunicacional del miedo, volvió a comentar que a él lo votaron quienes “no quieren vivir preocupados por la venta de órganos”. Ahora, deberá hacerse cargo de un dólar blue que durante la tarde del lunes alcanzó los 1.100 pesos argentinos. El viernes, recordó Clarín, llegó incluso a los 1.200.

¿Se desinfló Milei?

En la vereda contraria está La Libertad Avanza (LLA), la coalición que concentraba todas las miradas por los sondeos que, semana tras semana, los daban como los solitarios líderes de la contienda electoral. Tanto así, que ninguna encuesta publicada previo a la veda mostraba un escenario en que Milei no saliera primero, pero siempre con la necesidad de un balotaje.

Pero aquello no ocurrió. Con el 29,98% de los votos, el “León”, como le dicen sus seguidores, vio destrozadas sus esperanzas de ganar en primera vuelta. Lejos de aquello, vio una ligera reducción en la cantidad de votos obtenida en comparación con las PASO.

Javier Milei abraza a la candidata a la vicepresidencia Victoria Villarruel tras conocer los resultados de las elecciones. Foto: Reuters

Entre las posibles razones de tamaño descalabro, algunos apuntan a los errores comunicacionales no forzados de las últimas semanas en su círculo cercano. Una de las más recordadas fue la declaración de Lilia Lemoine (43), cosplayer, influencer y ahora electa diputada nacional por la provincia de Buenos Aires de La Libertad Avanza, que señaló en un programa de televisión que, en caso de llegar al Congreso, propondría un polémico proyecto de “renuncia de la paternidad”.

“No me parece justo que un hombre tenga que hacerse cargo económicamente de una criatura hasta los 18 años cuando no lo quiso tener”, señaló hace una semana. Rápidamente, usuarios de redes sociales afines a Milei salieron a criticar a la cosplayer por su supuesta culpa en el resultado del domingo.

No fue la única declaración desafortunada del entorno de Milei. Durante el acto de cierre de campaña del miércoles, nada más ni nada menos que el economista Alberto Benegas Lynch (hijo), “prócer” de Milei, según la prensa local, dijo que el libertario debería romper relaciones con el Vaticano de llegar a la presidencia.

Durante la conferencia a medios extranjeros, Sergio Massa también apuntó a esta razón como una de las razones que hizo perder votos a su rival. “El Papa es el argentino más importante de nuestra historia”, disparó.

Vale decir que, desde el bloque, aseguran que ya es una victoria el haber llegado a segunda vuelta con dos años desde el nacimiento de la coalición, señaló el propio Milei en su discurso. Allí, también dio nuevas directrices a su agrupación: tratará de tender un puente hacia Juntos por el Cambio (JxC).

Quiebre y división en JxC

Las caras largas y la sensación de derrota era indisimulable en la tienda opositora. En uno u otro nivel, muchos apuntan a un problema de unidad que, incluso, podría llevar a un quiebre a la coalición. Entre Milei y Bullrich se quitan votos, pero entre la segunda y el perdedor de las PASO, Horacio Rodríguez Larreta, también hay fuga de apoyos.

También está el apoyo velado de Mauricio Macri a Milei, o, al menos, su simpatía. En medio de la campaña, debió salir a retractarse al dar a entender que podía votar al liberal. Todo apunta a que Bullrich también se inclinaría por esa vía. En su discurso de la derrota del domingo, la excandidata aseguró que “nunca vamos a ser cómplices del populismo y de las mafias que destruyeron este país”.

“No es ni con Massa, ni con Milei”, retrucó la Coalición Cívica, el partido de Elisa Carrió, que de esta manera rechaza la postura del ala dura del PRO de acompañar a Milei en la segunda vuelta.

El expresidente argentino Mauricio Macri abraza a la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, tras perder en las elecciones. Foto: Reuters

Pero su posición no es compartida por todos, especialmente en el radicalismo. “No vamos a apoyar a un tipo que insulta a Alfonsín y cierra la campaña cantando ‘el que no salta es un radical’”, dijo a Clarín un referente de la Unión Cívica Radical (UCR).

Consultado por La Política Online, fuentes del mismo partido perteneciente a Juntos señalaron que en la interna ya se debaten a quién apoyar. “Los viejos quieren jugar al (voto) blanco y los jóvenes a Massa”.

Milei, en tanto, rápidamente salió a tender puentes con los referentes de JxC. “Si Bullrich quiere sumarse, ¿cómo no la voy a incorporar? Si ella ha sido exitosa combatiendo la inseguridad, no tenemos problema”, dijo en una entrevista este lunes, pese a que de su bloque surgieron acusaciones de que era una “asesina” y “terrorista” por su supuesto pasado montonero.

Sobre Macri, en tanto, a quien criticó duramente en el pasado, también le dedicó palabras impensadas tres semanas atrás. “Yo he estado hablando en estos días con el expresidente. Tengo una muy buena relación con el ingeniero Macri, lo escucho mucho. Estoy dispuesto a escuchar a Macri. Creo que su experiencia ha sido muy valiosa”, dijo en declaraciones a Radio Mitre.

Massa, por otro lado, aseguró a los medios internacionales este lunes que “los dirigentes que creen que son dueños de la voluntad ciudadana, se equivocan”. También planteó que él no busca una nueva etapa del peronismo, sino que apunta a “un gobierno de unidad nacional” que convoque “a todos los sectores”.

Pero esta elección no solo se trata de la presidencial, considerando que la mitad de los cargos de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado fueron renovados. En ese escenario, el oficialismo de Unión por la Patria aseguró la primera minoría en ambas cámaras del Congreso. En el Senado, se hizo con 34 asientos, siendo 37 el corte de la mayoría. JxC se quedó con 24 curules, y LLA creció al conseguir 8.

En la Cámara de Diputados, en tanto, el oficialismo pasó de 118 a 108, en una disminución que, dentro de todo, es celebrada considerando los pronósticos de catástrofe tras las PASO. La oposición obtuvo 93 cupos y LLA 38, dando un enorme salto frente a los dos que tenían: Javier Milei y su candidata a la vicepresidencia, Victoria Villarruel. De todos modos, de ser presidente, tampoco tendría siquiera garantizada la presidencia de la Cámara Baja, detalló Infobae.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.