Lasso encarga al Ejército de Ecuador seguridad de candidatos presidenciales que disputarán balotaje

Partidarios de la candidata presidencial, Luisa González, ligada al expresidente Rafael Correa. Foto: AP

El mandatario ecuatoriano ordenó que la correísta Luisa González, de Revolución Ciudadana, y el empresario Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional, que se enfrentarán en la segunda vuelta, reciban la protección de los militares. Esta decisión tiene lugar después del asesinato en Quito del candidato por el Movimiento Construye Fernando Villavicencio.


El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, informó el jueves de que ha encargado al Ejército la seguridad de los candidatos presidenciales, la correísta Luisa González, de Revolución Ciudadana, y el empresario Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (AND), que se enfrentarán en una segunda vuelta a la carrera por el Palacio de Carondelet.

“He dispuesto a las Fuerzas Armadas que se encarguen, de forma inmediata, de la seguridad de los candidatos presidenciales (...) Nuestra democracia va a salir fortalecida de este proceso electoral y para ello es primordial que los candidatos tengan el suficiente resguardo”, explicó el mandatario.

Esta decisión tiene lugar después de que el último día de la campaña electoral fuese asesinado en Quito el candidato presidencial por el Movimiento Construye Fernando Villavicencio, en un periodo marcado por la ola de violencia política que sacude el país.

Christian Zurita, que asumió la candidatura de Villavicencio tras su muerte, ha indicado este jueves que está barajando salir del país por las amenazas de muerte: “Por las propias condiciones de seguridad debería ausentarme un tiempo del Ecuador, porque son muy serias y graves”, declaró en una entrevista con BBC Mundo.

Zurita ha lamentado que tenga que “vivir con un guardia de seguridad” y que los agentes de Policía tengan que entrar previamente a los espacios a los que tiene que asistir para “ver si son seguros”, por lo que ha señalado que quiere anteponer la seguridad de su familia.

Lasso tomó posesión en mayo de 2021 bajo la premisa de ampliar los horizontes en distintos ámbitos de un Ecuador que, en los dos años posteriores, ha terminado viviendo en una crisis política y social prácticamente constante. La mejora de las estadísticas macroeconómicas no ha logrado contener los niveles de desigualdad y pobreza, uno de los grandes objetivos marcados por el exbanquero.

La gota que colmó el vaso de la frágil estabilidad del país sudamericano llegó en mayo de este año, con el inicio de un juicio político contra el mandatario por supuesta corrupción. Lasso defendió su inocencia y acusó a la Asamblea Nacional -dominada por la oposición y con la que ya había vivido todo tipo de pulsos- de sumir al país en una “grave crisis”.

Con este argumento, invocó la conocida como ‘muerte cruzada’, una prerrogativa constitucional que implicaba la disolución del Parlamento a costa de la convocatoria también de elecciones presidenciales. Así, los ecuatorianos acudieron a las urnas el 20 de agosto para elegir al jefe de Estado -cuya segunda cita con las urnas tendrá lugar el 15 de octubre- y a los nuevos diputados, aunque no para mandatos completos sino para completar los que ya están en marcha, que concluirán en 2025.

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