Maduro y su soledad regional

Desde el podio de la Asamblea General de la ONU, el Presidente de Venezuela fue blanco de críticas y presiones, que reflejan su creciente aislamiento en medio de la crisis en su país.


Cuando el reloj marcaba las 13:16 del miércoles, aterrizaba de manera sorpresiva en Nueva York el avión presidencial de Venezuela. En su interior, vestido con camisa blanca y corbata roja, Nicolás Maduro, junto a su esposa, Cilia Flores -sancionada el día anterior por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos- encendían las alarmas de lo que se preveía sería una tensa jornada en ese país. "Vengo a la Asamblea General de Naciones Unidas a defender la verdad de Venezuela. A traer la voz de nuestra patria", dijo en un video de 53 segundos grabado al interior de la aeronave, con una imagen de Simón Bolívar de fondo, que fue difundido a través de la propia cuenta de Twitter del mandatario.

La recepción no contó con protocolos ni honores de la Casa Blanca. Pero no era de extrañar. En una muestra de la tensión con Washington, 24 horas antes de su arribo a Nueva York el propio Presidente Donald Trump había señalado que el gobierno chavista "podría ser derrocado muy fácilmente". Los rumores de un cara a cara entre ambos líderes cobraban fuerza, tanto así que medios como la colombiana Radio Caracol confirmaron la cita para las 16:00 de ese día. Sin embargo, nada de eso sucedió.

Lo que sí aconteció en el podio de la ONU fue una lluvia de críticas de parte los líderes mundiales contra el gobierno de Maduro, producto de la aguda crisis social, política y económica en Venezuela que ha llevado a un masivo éxodo de nacionales hacia diferentes países, especialmente los de la región. Mauricio Macri, Iván Duque, Martín Vizcarra y Sebastián Piñera, fueron son solo algunos de los mandatarios que lanzaron dardos contra Caracas.

Pero no solo eso. Ese mismo día Chile y otros seis países, entre ellos Canadá -que se sumó a última hora- pidieron de manera histórica a la Corte Penal Internacional que abriera un proceso de investigación contra Maduro y su gobierno por crímenes de lesa humanidad. En el escrito, los representantes aseguran que el gobierno es responsable de asesinato, privación de libertad, tortura, persecución y desaparición forzada, por motivos políticos.

Esta ofensiva se enmarca dentro del conjunto de presiones ejercidas desde la comunidad internacional sobre Venezuela, cuyo gobierno hoy se encuentra acorralado entre sanciones económicas y el rechazo diplomático. Prueba del evidente aislamiento que hoy vive el régimen chavista, y que ha escalado rápidamente en las últimas semanas, en las elecciones del 20 de mayo los miembros del Grupo de Lima desconocieron el triunfo de Maduro y llamaron a consulta a sus embajadores, dejando a Caracas sin representación diplomática.

"De pocos amigos"

Para el analista venezolano Erik del Búfalo, "el régimen de Maduro está frágil porque solo tiene el apoyo efectivo de China, porque el resto es algo más simbólico y moral". Entre algunos de los vínculos que Venezuela mantiene, el experto menciona a Cuba, Rusia, Burundi, Corea del Norte, Egipto, Gabón, Irán, Myanmar, Sudán, Turquía y Bolivia. "Una lista de pocos amigos, de déspotas donde no hay vestigios de libertades", asegura Del Búfalo.

Y es que en la región, el gobierno de Maduro ha visto el distanciamiento de dos de sus tradicionales aliados: Ecuador y Nicaragua. En el caso de Quito, este fenómeno se ha producido especialmente tras la llegada al poder de Lenín Moreno, quien aprovechó su segunda alocución en la ONU para pedir una "acción continental para encontrar una solución estructural a los problemas" de Venezuela. Managua, en tanto, se ha visto a forzado a distanciarse producto de su propia crisis.

Pero el punto de inflexión en el vínculo de estos dos países con Caracas, que durante años fueron fieles al chavismo, ocurrió el 5 de junio en la OEA, cuanto se abstuvieron en la votación que abrió la puerta a una posible expulsión de Venezuela del organismo. En esa ocasión, de Sudamérica solo Bolivia votó en contra de la resolución.

"No hay ningún indicio de que Maduro esté dispuesto a negociar en serio (...) y está cada día más aislado internacionalmente", comenta a La Tercera Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano. Opinión en línea con la de Cynthia Arnson, directora del programa de América Latina del Wilson Center, quien asegura que "la soledad que vive Venezuela en el mundo occidental es casi total". "En el caso de América Latina, los grandes países que representan más del 90% de la población están buscando un cambio de régimen", sostiene.

Así, en opinión de los expertos, China, Rusia y Cuba aparecen como los aliados más importantes para Maduro, los mismos que han señalado estar dispuestos a defender el chavismo, producto de su intereses económicos ligados al petróleo.

Por ahora, Maduro se mantiene firme en el poder haciendo oídos sordos a cualquier tipo de advertencia, insistiendo en que es "víctima de una agresión permanente por parte de Estados Unidos".

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