Polonia iniciará construcción de un muro en la frontera con Bielorrusia en medio de crisis migratoria

Migrantes se reúnen en la frontera bielorruso-polaca en un intento de cruzarla, mientras que la policía polaca monta guardia en el paso fronterizo Bruzgi-Kuznica Bialostocka. Foto: Reuters

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia, Anatoli Glaz, aseguró ayer que el gobierno está tomando medidas para reducir el flujo migratorio desde el país hacia las fronteras de la Unión Europea.


Pese a que el número de migrantes ha ido disminuyendo, la situación en la frontera entre Bielorrusia y Polonia sigue siendo compleja. Varsovia anunció que va a comenzar la construcción de un muro en su frontera en diciembre, cuyas obras terminarán en la primera mitad de 2022.

Es una obra “absolutamente estratégica y una inversión prioritaria para la seguridad del país y sus ciudadanos”, dijo el ministro del Interior, Mariusz Kaminski. El responsable añadió que los contratos serán firmados el 15 de diciembre y la construcción del muro en la frontera se iniciará a finales de ese mes. Se trabajará las 24 horas del día.

El muro costará US$ 407 millones y tendrá una longitud de 180 kilómetros, más o menos la mitad de la frontera común.

La decisión se produce en medio de un creciente flujo de migrantes que ha llegado a la frontera. La mayoría son kurdos iraquíes que viajan desde Minsk. Ciudadanos de Siria y Afganistán, así como de países africanos como Camerún y República Democrática del Congo. Todos ellos han tomado lo que se conoce como la “ruta de Bielorrusia” para llegar a Europa en lugar de intentar cruces marítimos peligrosos desde Turquía o el norte de África. Según The Guardian, muchos toman vuelos desde el Kurdistán iraquí a Bielorrusia.

Los migrantes se reúnen en la frontera bielorruso-polaca en un intento de cruzarla en el paso fronterizo de Bruzgi-Kuznica Bialostocka en la región de Grodno, Bielorrusia. Foto: Reuters

Bielorrusia insiste en que los migrantes llegan legalmente a su país y que simplemente actúa “como un país hospitalario”. Rusia ha elogiado el manejo “responsable” de su aliado y dijo que está observando la situación de cerca.

Los activistas dicen que los migrantes están siendo utilizados como peones en un juego político entre Bielorrusia, no perteneciente a la UE, y sus vecinos. Polonia también ha sido acusada de hacer retroceder a los migrantes a través de la frontera, en contra de las normas internacionales de asilo.

Polonia ha respondido al flujo de migrantes enviando miles de soldados a la frontera, e implementó allí el estado de emergencia, por lo que ha recibido críticas.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bielorrusia, Anatoli Glaz, aseguró ayer que el gobierno está tomando medidas para reducir el flujo migratorio desde el país hacia las fronteras de la Unión Europea.

“Recrudecimos las reglas de visado para los ciudadanos de determinados países, implantamos controles migratorios adicionales para la entrada en el país y ampliamos la inspección de la actividad de las compañías turísticas, retirando licencias a decenas de ellas”, indicó.

Asimismo, recordó que la compañía aérea bielorrusa Belavia, “jamás se ha dedicado ni se dedicará a transportar a inmigrantes indocumentados de los países de Medio Oriente o africanos”, algo que, ha especificado, es “fácil verificar”.

Los orígenes de la crisis se remontan a cuando el Presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, advirtió que ya no evitaría que los migrantes y las drogas crucen hacia los estados miembros de la UE. Esto, según los expertos, sería en respuesta a las sucesivas sanciones de Bruselas contra Minsk, impuestas después de las disputadas elecciones presidenciales de su país en 2020, el posterior acoso a opositores políticos y la desviación forzada de un avión Ryanair que transportaba a un periodista opositor y a su novia.

La policía polaca bloquea a los migrantes que se reúnen en la frontera bielorrusa-polaca en un intento de cruzarla en el cruce fronterizo de Kuznica Bialostocka-Bruzgi, Polonia. Foto: Reuters

Posible conflicto militar

El enfrentamiento entre Lukashenko y Polonia, miembro de la Unión Europea y la OTAN, está alimentando las preocupaciones sobre un posible conflicto militar, aunque esto es poco probable.

El líder bielorruso ha planteado en varias ocasiones ese escenario. “Sabemos que si cometemos algún error, Dios no lo quiera, si cometemos un error, esto involucrará instantáneamente a Rusia en este remolino”, dijo Lukashenko a la televisión estatal. “Esta es la mayor potencia nuclear”, agregó. “No soy un loco, entiendo a dónde puede llegar esto”.

Los funcionarios polacos también han recurrido a un lenguaje más incendiario y han descrito la presencia de los solicitantes de asilo fuera de sus fronteras como un asalto a la nación y su soberanía. Polonia dice que ha trasladado a unos 17.000 soldados, guardias fronterizos y policías a la frontera para evitar que los migrantes crucen.

El telón de fondo de la última crisis es importante, dice The New York Times, porque se está desarrollando a lo largo de las fronteras de Polonia, Lituania y Bielorrusia, en un área considerada durante mucho tiempo por la OTAN como uno de sus flancos más vulnerables en caso de agresión rusa.

El tramo de tierra de 102 kilómetros de ancho, conocido como el corredor Suwałki, forma la frontera entre Polonia y Lituania, y la única ruta terrestre entre los estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia, todos miembros de la OTAN, y la UE) y sus aliados. Ese delgado vínculo se intercala entre el enclave ruso fuertemente militarizado de Kaliningrado y el aliado de Moscú, Bielorrusia. Muchos expertos señalan que Lukashenko estaría enviando a los migrantes hacia ese corredor para desestabilizar la zona más sensible de la Alianza Atlántica.

Según el tratado de fundación de la OTAN, un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos. Según el Ministerio de Defensa de Polonia, actualmente hay unas 4.000 tropas estadounidenses y otras 1.000 tropas de la OTAN estacionadas en Polonia. También hay alrededor de 4.000 soldados de la OTAN en los estados bálticos, mientras que Reino Unido ha enviado un pequeño equipo de personal de las Fuerzas Armadas a Polonia para brindar apoyo.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha señalado que no percibe una “amenaza inminente” contra los miembros y ha defendido las consultas ya en marcha entre aliados, ante la amenaza de Polonia de invocar el artículo 4 del tratado de la OTAN.

“No vemos ninguna amenaza inminente o agresión militar contra algún país de la OTAN”, dijo en una conferencia de prensa junto al ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba. “Aunque vemos una situación difícil en la frontera en la OTAN entre Polonia y Bielorrusia y algo similar en Lituania y Letonia”, añadió.

Por su parte, el Presidente ruso, Vladimir Putin, ha abogado por ayudar a resolver la situación migratoria en el país vecino y ha pedido a los críticos que “se metan en sus propios asuntos”.

“Estamos preparados para hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudar a resolver la situación si es que hay algo que podamos hacer”, dijo el mandatario en declaraciones a la cadena de televisión Rossiya 1.

Ya en septiembre pasado, el centro de estudios Atlantic Council había advertido sobre un anuncio de Lukashenko de que recibiría material militar desde Rusia. “La creciente militarización de Bielorrusia y la creciente presencia militar rusa dentro del país representan el cambio cualitativo más significativo en la ecuación de seguridad en el flanco oriental de la OTAN desde la anexión de Crimea por Moscú en 2014 y la intervención armada en la región de Donbas en Ucrania”, indicó el informe.

“Esta tendencia amenaza directamente la seguridad de Letonia, Lituania y Polonia. También mejora la capacidad de Moscú para cerrar la brecha de Suwałki”, indicó y añadió: “El régimen de Putin ya está logrando sus objetivos geopolíticos en Bielorrusia al aprovechar el aislamiento y la vulnerabilidad de Lukashenko para establecer de manera constante hechos militares sobre el terreno. Bielorrusia es ahora una plataforma militar rusa y Occidente necesita adaptarse a esta realidad para proteger a los estados de primera línea de la OTAN”.

Advertencias desde Ucrania

Por otro lado, las autoridades ucranianas han comenzado a coordinar sus acciones junto a Polonia y Lituania para hacer frente a la crisis migratoria en la frontera. Según el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, es importante poner en marcha una “respuesta colectiva”.

“Los tres países deben resolver la crisis migratoria hoy, sin olvidar que esto no es el fin de la historia: Rusia hará algo nuevo mañana. Nuestros tres países deben estar preparados para cualquier escenario”, aseveró, según recoge la agencia de noticias ucraniana Ukrinform.

Lanzadores de misiles rusos desplegados durante los simulacros en Crimea, el 22 de abril de 2021. Foto: AP

El ministro informó el domingo de que los jefes de las fuerzas de seguridad y defensa ucranianas se reunieron en la ciudad de Lutsk, cerca de la frontera con Bielorrusia, e invitaron a los embajadores de Polonia y Lituania a unirse al encuentro para abordar la situación.

Kuleba constató a su vez que por el momento en Kiev no se ha registrado una llegada masiva de migrantes procedentes de Bielorrusia. “Esta crisis migratoria es artificial, está totalmente dirigida contra Polonia y Lituania con el objetivo de generar provocaciones y presión”, lamentó.

Si bien el foco de la atención ha estado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, han llegado advertencias de la inteligencia occidental que sugieren una “alta probabilidad de desestabilización” de Ucrania por parte de Rusia, después de que Moscú concentrara más de 90.000 soldados en su frontera.

En conversación con el diario The Financial Times, la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, dijo que si bien las interpretaciones de la inteligencia occidental “necesitan más discusión”, subrayaron “la alta probabilidad de que la situación empeore”.

Cuando se le preguntó si el riesgo de agresión militar rusa era mayor que durante los últimos años, dijo: “La información de nuestros (servicios de inteligencia militar) coincide con la información de los países socios sobre la alta probabilidad de desestabilización de la situación en Ucrania este invierno”.

Maliar agregó que las conclusiones de los aliados “se basaron no solo en información sobre el número de tropas rusas a lo largo de la frontera con Ucrania”, sugiriendo que Washington tenía inteligencia adicional sobre las intenciones de Putin.

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