Arturo Zúñiga, exsubsecretario de Redes Asistenciales: “Las cuarentenas son más dañinas versus los años de vida perdidos por patologías no atendidas”

Foto: Mario Téllez

El director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián dice que los confinamientos ante una segunda ola han dejado de ser útiles, pues la población no los está respetando.


Arturo Zúñiga, exsubsecretario de Redes Asistenciales y actual director del Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPSUSS) de la U. San Sebastián, advierte que en una próxima actualización de la lista de espera los tiempos para cirugías o consultas de especialidad pueden haber aumentado, en promedio, cerca de 90 días. Eso es, asevera, una de las consecuencias de la pandemia. Así, frente a una segunda ola, el ingeniero, que estuvo 15 meses en la cartera sanitaria, muestra sus aprensiones frente a nuevas cuarentenas.

¿A qué atribuye una posible alza de casi tres meses en la espera?

Se están realizando menos cirugías del potencial total que tiene la red. Esta dispone de un máximo de 10 mil cirugías semanales y llegamos en el peak de la pandemia a un mínimo de tres mil. Y fuimos aumentando en la medida en que fueron disminuyendo los casos. Llegamos a 6.500, aproximadamente, por semana. Con hospitales que lo hacían muy bien y otros que estaban más complicados en ese minuto por el Covid-19, como en Magallanes.

¿Se puede aplacar ese efecto en el corto plazo, considerando que ya hay visos de una segunda ola y posibles nuevas cuarentenas?

Que se haya logrado instalar una cuarentena de fines de semana tan tempranamente es algo bastante bueno desde el punto de vista sanitario. Sin embargo, esas son las cosas que la autoridad tiene que flexibilizar, pues no se está logrando que la gente se quede encerrada. Hay que buscar otras metodologías. Por ejemplo, en otros países se habla de la estrategia de burbuja: reuniones con un determinado grupo de personas, familia, oficina.

¿Considera las cuarentenas como una estrategia a tener en cuenta si los casos siguen en una curva ascendente?

Si bien no se ha hecho un estudio, pero por la información que uno va recabando, creo que las cuarentenas son más dañinas versus los años de vida perdidos por las patologías no atendidas. La experiencia en otros países ya nos ha dado algunas luces acerca de cuáles son las estrategias más convenientes y pareciera ser que las cuarentenas no logran lo esperado. ¿Quién explica lo que sucedió en Magallanes? Estuvieron en cuarentena desde el 15 de agosto y resulta que hasta el día de hoy siguen teniendo una alta tasa de casos activos. Al no respetarse la medida, deja de ser útil.

¿Usted cree que es más factible una estrategia de “autocontrol”, como las burbujas sanitarias?

El problema es que no hemos logrado como sociedad, y esto no es solamente atribuible a las autoridades, transmitir correctamente el mensaje acerca del bien común. Si nosotros actuamos responsablemente de forma individual, estamos ayudando al bien común. Y esa responsabilidad individual hoy día cuesta verla: vemos a grupos de jóvenes que se reúnen igual, y el fin de semana se juntan con sus abuelos. Están poniendo en riesgo a personas que han tenido el mejor comportamiento durante la pandemia.

¿Y cuáles han sido esos obstáculos al transmitir el mensaje?

Ha habido mucha mezquindad. Creo que hay personas que le han hecho mucho daño al manejo de esta pandemia, por sacar pequeños réditos políticos. Se nos trató de antidemocráticos cuando planteamos la posibilidad de que el plebiscito no se iba a poder realizar en abril. O cuando nosotros queríamos posponer la cuarentena y los alcaldes querían la cuarentena total en el país no habiendo vacunado a la población ni siquiera por influenza. Si nosotros hubiésemos seguido al pie de la letra esas recomendaciones, estaríamos en graves problemas.

¿Se refiere a alguna figura en particular?

Hay personas que se han aprovechado de esta situación, no han actuado con la responsabilidad del cargo que tienen, ya sea cargo público, privado o gremial.

En su calidad de exsubsecretario, distintos proveedores de residencias sanitarias o de insumos han acusado a Redes Asistenciales de no pago. ¿Cómo responde a ello?

Teníamos que cumplir lo que decía el estatuto administrativo, es decir, que todas las compras superiores sobre un determinado monto deben pasar por una toma de razón de Contraloría. Por lo tanto, que no se haya pagado algo es porque no ha habido toma de razón del documento. No hay ninguna ilegalidad, todo lo contrario. Una ilegalidad hubiese ocurrido si se hubiese pagado algo sin el visto bueno de Contraloría.

¿Cómo ha visto la gestión de su sucesor, el subsecretario Alberto Dougnac?

Bien, el traspaso fue bastante rápido. Y le di un solo consejo específico, que fue el que me dio a mí otro exsubsecretario: la de Redes Asistenciales es la subsecretaría más difícil de todo el gobierno, va a tener problemas todos los días. Uno tiene que considerar que tiene 200 hospitales a cargo, y ahora, además, estamos con la red integrada, a cargo de las clínicas. Cuando preparamos la red para la primera ola de Covid-19 hasta nos teníamos que preocupar del diámetro de los tubos de la red de oxígeno por la mayor demanda.

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