Fernando Chomali, arzobispo de Concepción: "He visto un alto nivel de improvisación en materia migratoria"

Chomali
El arzobispo Fernando Chomali citó este lunes a una sorpresiva conferencia de prensa en Concepción. Foto: ATON

El prelado no apunta a la "mala voluntad" de las autoridades, sino a un mal diagnóstico del escenario de Haití y Venezuela. También aborda la crisis de la Iglesia, la agenda valórica, sus reuniones con el Papa Francisco, el matrimonio igualitario, la discusión por la jornada laboral de 40 horas y el Caso Poblete.


"Muy ocupado, con la inmensa labor pastoral, social, cultural y educativa que desarrolla la arquidiócesis". Así define sus actuales días el arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, quien, respondiendo por escrito a un cuestionario de La Tercera, abordó temas de contingencia.

De entrada destaca que "tengo la gracia de trabajar en un lugar donde se vive el sentido de responsabilidad compartida con tantos sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas que asumen con mucho amor su misión pastoral, mano a mano de los laicos que han asumido con fuerza responsabilidades al interior de la Iglesia. Pero también estoy sereno, pese a lo que vivimos en general en la Iglesia, porque tenemos logros relevantes en muchos frentes, como contar con delegadas episcopales en vicarias, como la educacional, social y de la niñez, muchas rectoras en colegios del Arzobispado, vice rectoras y decanas en la Universidad Católica de la Santísima Concepción".

El 2018 fue año crítico para la Iglesia, por los casos de abusos. Todos los obispos renunciaron. ¿Cómo marcha, a su juicio, este 2019?

Quiero decirle que yo también renuncié, junto a todos los obispos de Chile, producto de la dolorosa situación que estábamos viendo en la Iglesia. Nuestra Iglesia está pasando por un momento clave en su historia, porque se está produciendo un proceso de sincerarse respecto de la propia vida al interior de ella. Ha llegado la hora de dejar mirar la paja en el ojo ajeno y empezar a mirar la viga que llevamos en el nuestro. Ello ha producido cuestionamientos respecto de la propia vocación y las motivaciones para abrazar la vida consagrada.  Este proceso ha sido para algunos muy doloroso, pero necesario. Es un fenómeno mundial que no tiene vuelta atrás y bienvenido sea. Pero también veo y no puedo dejar de pensar la obra magnífica de la Iglesia en medio de los más necesitados y la abnegación hasta el heroísmo de tantos sacerdotes y consagrados en favor de ellos. Sin la Iglesia, el Estado no sabría qué hacer  con los ancianos, sobre todo los más pobres o que sufren del abandono y la soledad, las personas en situación de calle. y los más niños y niñas más vulnerables de la sociedad, ni con los miles de personas que se educan en sus aulas.

Usted ha viajado a Italia para reunirse con el Papa Francisco varias veces. ¿Qué le ha dicho de Chile y de la Iglesia chilena?

Hemos conversado a solas en dos oportunidades. La primera, cuando le fui a contar la situación de Osorno, en mi calidad de Administrador Apostólico; y la segunda, a propósito de la carta que envió a los obispos y al Pueblo de Dios. Me queda claro que el Papa quiere terminar decididamente con los abusos de poder, de conciencia y sexuales al interior de la Iglesia. Tan simple como eso. Yo le insistí que renunciaba a ser Arzobispo de Concepción, dado que percibía que no estaba a la altura de las expectativas que él tiene de un obispo. Me dijo que había leído mi carta renuncia, me pidió que me quedara y que lo ayudara en esta tarea.

Durante meses se dijo que usted era candidato para ser Arzobispo de Santiago. ¿Le gustaría?

El tema no es si a uno le gustaría o no le gustaría asumir tal o cual responsabilidad. El tema es si uno tiene o no las condiciones para serlo. El nombramiento de los obispos depende única y exclusivamente del Santo Padre, y él lo designará cuando lo estime conveniente. Creo que no tengo el carácter, las competencias, las habilidades y la fortaleza para ser Arzobispo de Santiago.

"La Iglesia ha hecho un tremendo trabajo en favor de los migrantes"

La política migratoria que está aplicando Chile, a su juicio, ¿ayuda al migrante o lo discrimina?

Lo que yo he visto es un alto nivel de improvisación en materia migratoria, que se ha visto especialmente este último tiempo. Pero no es mala voluntad de las autoridades, sino que no fueron capaces de hacer un adecuado diagnóstico a mediano y largo plazo del escenario que se venía venir con la situación en Haití y en Venezuela, principalmente. Ello ha generado, sin duda, mucho dolor y angustia en personas que salieron de sus países por extrema necesidad. Los más perjudicados han sido los haitianos, que me consta han sufrido discriminaciones xenofóbicas inaceptables y viven muchos de ellos en condiciones subhumanas. Me avergüenza saber que hay personas que se aprovechan de su situación. La Iglesia ha hecho un tremendo trabajo en favor de los migrantes.

A dos años de aprobarse la Ley de Aborto en tres Causales, respecto de la cual la Iglesia siempre estuvo en contra, ¿cómo ha visto su aplicación? ¿Ha sido lo que se proyectó?

Nosotros seguiremos promoviendo la vida, de la madre y del hijo que está por nacer. Quien tenga un embarazo complejo, cosa que puede pasar, siempre encontrará apoyo en la Iglesia para sacarlo adelante. El aborto no soluciona nada ni mejora a nadie, sólo destruye una vida inocente.

¿Está de acuerdo con que el gobierno no le dé prioridad legislativa al matrimonio igualitario?

Definir las prioridades del Poder Ejecutivo y Legislativo no es la tarea de un obispo. Sabemos que vivimos en una sociedad plural, donde conviven diversas visiones antropológicas. Nosotros seguiremos enseñando y promoviendo el matrimonio entre un hombre y una mujer, porque creemos que es la célula de la sociedad que mejor garantiza el futuro de ella y responde de mejor manera a lo que el ser humano es y anhela, especialmente los más desvalidos. Con la misma fuerza condenamos cualquier atisbo de discriminación, violencia o acto que atente en contra de la dignidad de una persona homosexual.

¿Hay para usted hay algún tema prioritario en la sociedad?

Creo que la primera prioridad de los estamentos del Estado y de quienes tienen responsabilidades políticas, civiles, militares, eclesiales, judiciales, sociales y empresariales es preguntarse por qué algunas personas con altas responsabilidades han puesto su interés personal por sobre el bien común. Esto ha generado un pésimo ejemplo a la sociedad, han dañado la fe pública, dejado en entredicho la institucionalidad y dañado la democracia. Eso es causa de indignación y rabia que se manifiesta, en una de sus vertientes, en una ola de violencia que no sabemos en qué va a terminar.

Caso Poblete: "Pareciera que quienes estaban cerca de él se encandilaron"

Un tema crudo e importante de este semestre para la Iglesia es la denuncia y lo que se acreditó respecto del sacerdote Renato Poblete. ¿Lo sorprendió? ¿Usted lo conocía?

Me sorprendió mucho, lo conocía muy poco. Pareciera ser que quienes estaban cerca de él se encandilaron por el éxito que tenía con el Hogar de Cristo y tantas otras obras que emprendió. Pareciera ser que estaban tan ciegos y obnubilados que no vieron su vida de pecado y delito. Cosa que la Compañía de Jesús ha reconocido. Ello demuestra una vez más que el trabajo de nosotros por su naturaleza es humilde y que el éxito siempre es un mal consejero. Estamos llamados a ser fecundos, no exitosos. Jesús fue muy fecundo, pero humanamente un fracasado.

¿Cómo ha sido la labor de Lavandería 21 y la cafetería 440, ambos proyectos suyos, de inclusión?

No basta con decir no al aborto, también hay que dar a conocer que las personas con Síndrome de Down, que en muchos países ya no nacen, son capaces, pueden trabajar como cualquier otra persona y ser un aporte a la sociedad. La Lavandería 21, el Invernadero Simón de Cirene y ahora la Cafetería 440 lo demuestran con creces. Decir es hacer. Estas instituciones tienen trabajando a 30 jóvenes con síndrome de Down. Son un orgullo para Concepción y Chile.

En su zona, específicamente en la provincia de Arauco, este año se han registrado una serie de hechos de violencia, con quema de vehículos. Recién esta semana ocurrieron dos. ¿Cómo ve el tema del llamado Conflicto Mapuche en el Biobío y estos atentados? ¿Se ha mejorado?

El asunto es muy serio. Creo que no ha sido abordado en profundidad y la razón última de ello es que no se percibe en el país un proyecto común de la sociedad que queremos para todos quienes la habitamos. Sin una concepción de desarrollo integral no se llegará a ninguna parte y el pueblo mapuche sufre las consecuencias porque están a merced del gobierno de turno y sus intuiciones. Creo que el reconocimiento constitucional del pueblo mapuche, el consentir su cultura y su modo de comprender la vida como una riqueza basal y originaria, y repensar seriamente el modo de cómo se entregan las tierras, puede ser una forma de superar la tensión que crece. Pero estos ejes no pueden quedar al arbitrio del gobierno de turno. No puede ser que los mayores índices de pobreza, con todo lo que significa en el ámbito de la educación, de la salud, y del acceso a la vivienda, estén en el pueblo mapuche. Eso nos debe avergonzar como sociedad.

Una de las discusiones actuales es respecto de la extensión de la jornada laboral y la posibilidad de que sea de 40 horas. ¿Cómo ve este tema? ¿Está de acuerdo en reducirla?

En lo que a trabajo se refiere, tensiones van a existir siempre porque, lamentablemente, el sistema económico que nos rige ha hecho del trabajo una mera mercancía que se transa en el mercado. En este contexto, el empleador quiere más trabajo y menos salario, y el trabajador menos trabajo y más salario. Mientras no haya una reflexión seria de todos los actores sociales sobre lo que significa el trabajo humano, que su dignidad radica en que lo realiza una persona, y es fuente de desarrollo personal, familiar y social, siempre habrá problemas. Que se le entregue a la ley de la oferta y la demanda el trabajo humano, ha llevado a que muchas personas trabajen en condiciones inhumanas, muchos estén empleados de manera informal, haya trabajo infantil, y peor aún, se abuse de los migrantes con trabajos claramente deplorables. El trabajo es la clave de la cuestión social, de su tratamiento dependerá la paz social que todos anhelamos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.