Los hechos que marcaron los casi 500 días de detención de los dos chilenos en Malasia

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En mayo de este año se conoció que Felipe Osiadacz y Fernando Candia llevaban más de siete meses detenidos en Kuala Lumpur, acusados por el homicidio de una persona trans en un hotel de la capital de Malasia.


"Todo habría comenzado en horas de la madrugada y en la entrada del hotel en que se encontraban de vacaciones en Kuala Lumpur, Malasia. Esa noche, Felipe Osiadacz y Fernando Candia, ambos de no más de 25 años, protagonizaron un confuso incidente que los tiene hace más de siete meses pesos en la cárcel de "Sungai Buloh Prison", el complejo penitenciario más grande del país asiático. Y no sólo eso, ambos estudiante están ad portas que se inicie el juicio en su contra, en el cual arriesgan morir en la horca si es que son declarados culpable del homicidio que vivieron esa noche".

Así partía la nota que revelaba por primera vez el caso de los dos chilenos que estuvieron detenidos durante más de un año y tres meses en un recinto penitenciario del país asiático, y que hoy salieron en libertad condicional, a pesar de la apelación que presentó la fiscalía de ese país.

Hasta ese momento no se tenían mayores detalles de la historia. Solo se conocían las gestiones de los familiares para contar con el apoyo de la cancillería chilena y salvar la vida de los jóvenes. Esto, a pesar de que el juicio ya había sido postergado en reiteradas oportunidades.

Finalmente la audiencia para definir el futuro de Osiadacz y Candia se inició los primeros días de agosto. Fue en cuatro idiomas: malayo, inglés, chino mandarín y español.

El primer día, y durante casi dos horas, declaró como testigo Lim, el recepcionista del hotel donde ocurrieron los hechos. Tras su exposición fue el turno de la defensa chilena que intentó demostrar la tardía respuesta de Lim para llamar a la policía cuando se iniciaron los incidentes en el lobby.

El segundo día continuó con la declaración de Lim quien afirmó que Fernando inmovilizó al fallecido tomándolo de las muñecas. Luego de cinco horas y media de dar su testimonio, comenzó a hablar Ghazali, el policía que recibió la llamada de lo ocurrido en el hotel. La fiscal le realizó preguntas al uniformado sobre lo captado por las cámaras de seguridad del recinto.

Luego de esto, se determinó aplazar el juicio para el 27 de agosto. Sin embargo, en esa oportunidad la audiencia fue nuevamente postergada.

A fines se septiembre se retomó el caso, con las declaraciones de dos fotógrafos: uno que estaba en el lugar y otro que se encargó de tomar las fotos del cadáver. La intención de la fiscalía era conocer detalles técnicos del día, y los tiempos de los procedimientos. Ese día, además, la fiscalía pidió a los dos chilenos que se declararan culpables del homicidio para obtener una sentencia de 30 años de cárcel, para evitar la pena de muerte. Esto fue descartado por la defensa: "Mis clientes mantienen su inocencia", dijo la abogada Venkateswari Alagendra.

Una semana después, en una nueva jornada de audiencia, la fiscalía esperaba llegar a un nuevo acuerdo con la defensa de los chilenos: esta vez para recalificar el delito y de esta manera, obtener una pena reducida de seis años de presidio. Pero ante una nueva negativa, continuó desarrollándose el juicio. A fines de ese mes, se descartó nuevamente un posible acuerdo entre ambas partes.

Pero a mediados del mes pasado, el 15 de noviembre, el juicio finalmente llegó a su fin: el juez de la High Court de Kula Lumpur recalificó el caso a homicidio culposo, que otorga una pena máxima de diez años de cárcel. Sin embargo, tras una apelación de la defensa, los jóvenes fueron sentenciados a dos años de cárcel, los que debido al tiempo que ya llevaban recluídos y considerando el buen comportamiento, la libertad llegaría en diciembre.

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