Santiago, Providencia y Concepción suman el 12% de las denuncias por ruidos hechas en la Superintendencia de Medio Ambiente

Como cada último miércoles de abril, este 24 se conmemora un nuevo Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido. En Chile, la regulación de ruidos generados por fuentes fijas - industrias, locales comerciales o construcciones- se rige por un decreto supremo del Ministerio de Medio Ambiente, norma que establece límites de niveles de ruido en decibeles (dBA). Quien fiscaliza esto es la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), donde observan que en los últimos tres años la cantidad de denuncias de ruido ha aumentado progresivamente en cerca de 10% cada año.

De hecho, solo este año han visto ingresar más de mil denuncias de este tipo, con Santiago (55), Concepción (38), Ñuñoa (34), La Reina (29), La Florida (27), Las Condes (27), Viña del Mar (24), Valparaíso (23), Providencia (23), San Miguel (21) y Huechuraba (21) algunas de las comunas donde se han originado más quejas en 2024.

La norma fija límites de decibeles tanto para el periodo diurno como para el nocturno, y dependiendo de la zona en la que se ubique el receptor. Y así, aquellas que son principalmente residenciales con áreas verdes tienen límites de 55 dBA en el día y 45 en la noche, mientras que, en zonas mixtas (residenciales, de equipamientos y con actividades productivas e infraestructuras), tienen límites de 65 dBA en el día y 50 dBA en la noche. En tal sentido, aproximadamente la mitad de las denuncias que recibe la SMA son por ruidos. Este año de las 1.898 que ya se han hecho, 1.024 son por ruidos, es decir, un 54%.

Desde creada la SMA, el registro histórico que se tiene desde 2013 dice que las regiones con mayor cantidad de denuncias son la Metropolitana, con 6.304; Valparaíso, con 1.465, y Biobío, con 1.330. Y ahí hay comunas con un gran número de orígenes de quejas, como Santiago (775), Providencia (632), Concepción (603), Las Condes (439), Ñuñoa (429), San Miguel (339), La Florida (293), Valparaíso (291), Viña del Mar (289) o Quinta Normal (205).

Pero ¿quién y cómo se fiscaliza? Actualmente hay aspectos que son materia de la SMA (pubs, por ejemplo), y otros de los municipios y Carabineros (música de casas particulares, entre otros). Así, la SMA ha ido firmando convenios con las administraciones comunales para capacitar a los inspectores municipales en materia de fiscalización y, en caso de que estos detecten que se superan los decibeles permitidos, remiten la información a la SMA.

Por otra parte, es posible observar que históricamente la mayoría de las denuncias -2.367- corresponden a ‘equipamiento’ y la segunda categoría más denunciada es ‘esparcimiento’ (1.735), la que incluye discoteques, centros deportivos o centros de eventos. En tercer lugar están las ‘actividades productivas’ (1.430) y luego las ‘faenas constructivas’ (1.263). Pero también hay quejas por ‘actividad de servicio’, ‘infraestructura’ e incluso miles sin poder asignarle una categoría.

Ahora bien, si de procedimientos de sanción se trata, del total de estos 88% corresponde a las categorías de ‘equipamientos’ (discotecas, pubs, restaurantes, centros deportivos o gimnasios e iglesias, entre otros); ‘vivienda e inmobiliarios’ (construcción de conjuntos habitacionales, edificios, obras de urbanización, entre otros); e ‘instalaciones fabriles’ (fábricas de diversos tipos, plantas de asfaltos y cementos, metalúrgicas, entre otras).

Así las cosas, la categoría de ‘equipamiento’ cuenta con 321 procedimientos sancionatorios y tiene multas que oscilan entre 1 a 215 Unidad Tributaria Anual, UTA ($ 780.000 a 168 millones de pesos), con un promedio de 12,2 UTA de multa. ‘vivienda e inmobiliarios’, en tanto, tiene 84 procedimientos, cuyas multas oscilan entre 1 UTA y 287 UTA, con un promedio de 40,6 UTA; mientras que ‘instalaciones fabriles’ cuenta con 31 procesos, con multas que oscilan entre 1,1 UTA y 209 UTA, con un promedio de 25,5 UTA.

Hoy, el proyecto de reforma a la Ley Orgánica de la Superintendencia del Medio Ambiente impulsado por este gobierno en marzo de este año está en discusión en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara, y, acorde a Marie Claude Plumer, superintendenta del Medio Ambiente, “propone abordar las falencias identificadas durante el proceso de denuncia, para hacer que este sea más eficaz y oportuno”. Aquello, añade, “por supuesto influye en el proceso de denuncia en materia de ruidos, considerando que es la temática más denunciada por la ciudadanía, ya que propone que municipalidades puedan fiscalizar a entidades sin Resolución de Calificación Ambiental, como bares, restaurantes y canchas de pádel, y que las sanciones sean impuestas por los Juzgados de Policía Local”.

Esto, cierra, “es un avance para poder contribuir a vivir en un ambiente libre de contaminación acústica y con ello, proteger la salud y bienestar de las personas”.