Alberto Espina: "Estoy dispuesto a establecer mecanismos para que el copago vaya terminándose"

El parlamentario toma distancia de posturas de su sector y sostiene que eliminar el copago en los colegios no afectará el financiamiento de esos establecimientos.




La medida que más impresionó al senador Alberto Espina (RN) al conocer la reforma educacional del gobierno fue la que prohíbe expulsar a un alumno por motivos académicos o disciplinarios. "A los profesores les faltan el respeto de la manera más brutal en los colegios", dice. Y se pregunta: "Un niño va a poder escupir, pegar, insultar a un profesor. ¿Cómo no va a haber ninguna sanción?".

¿No cree que expulsar a un "niño problema" de un colegio es precisamente no hacerse cargo de su educación?

El problema es que en Chile se han ido entregando a los niños todos los derechos, pero ninguna obligación. Tienen derecho a tomarse los colegios, pero no el deber de repararlos. Tienen derecho a asaltar, a robar, a hacer lo que quieran, pero la sociedad no tiene derecho a decirles que tienen que recibir una sanción, porque en la práctica no la reciben.

¿Tampoco cree positivo terminar con la selección?

El gobierno elimina la posibilidad de seleccionar a niños por sus méritos y capacidades. O sea, se acaba la posibilidad del mérito en el caso del niño que se esfuerza, que es buen alumno, que quiere estudiar en un mejor colegio. Eso hoy el gobierno lo termina sin ninguna justificación. No debe haber selección sobre la base de la plata o condición social, o si son separados o no sus padres, pero lo que resulta incomprensible es que se castigue a los alumnos que se esfuerzan.

Eso se justifica señalando que la selección genera segregación y que el desafío es reforzar a quien le cuesta, y no sólo reunir en una sala a los más avanzados...

Es evidente que los alumnos de bajo rendimiento deben tener mecanismos de apoyo e intervenciones que permitan mejorar su rendimiento. Pero lo que resulta perjudicial es que a aquellos alumnos que se han esforzado y quieren postular a un buen colegio municipal o a uno particular subvencionado con o sin fines de lucro, su mérito quede postergado.

¿Cree que el debate en educación está ideologizado? Mientras usted piensa que la selección es un premio, otros sectores explican que es un sistema de segregación intelectual.

Sí. Yo siento que el objetivo final de este gobierno es disminuir el emprendimiento, el mérito, la capacidad de las personas de salir adelante por su propio esfuerzo para ir fortaleciendo cada vez más al Estado, en perjuicio de los derechos a los ciudadanos y, de alguna manera, asfixiarlos.

¿Se refiere a las medidas que esta reforma propone para los particulares subvencionados?

De los colegios particulares subvencionados con fines de lucro, que representan cerca de 5.500 colegios, el 70% de ellos pertenece a un profesor que tiene en promedio a 350 alumnos, que no está en red con otros colegios, y que ha decidido realizar este emprendimiento y tener su legítima ganancia bajo la convicción de que puede ser un aporte para la educación. Y a ese 70% de colegios, cuya legítima ganancia les alcanza apenas para cubrir los créditos con los que se endeudaron, se ha tratado de demonizar, lo que me parece injusto.

¿Cree que la búsqueda de un acuerdo nacional es el camino para destrabar el debate?

Aquí debería haber una fuerte coincidencia con la DC respecto de la libertad de enseñanza, la diversidad del modelo educativo y el derecho de los padres de colaborar en la calidad de la educación de sus hijos.

Para los acuerdos se necesitan acercamientos. ¿Dónde puede haberlos en esta reforma?

El único punto discutible es el copago, es un tema que lo encuentro bien controvertido. Es el único punto donde considero que hay que buscar un sistema de regulación distinto. Porque el copago sí puede contribuir a que los padres que tengan más recursos puedan poner a sus hijos en un colegio y los que tengan menos, no. Y eso en la educación pública me parece delicado y grave. Yo estoy dispuesto a establecer mecanismos para que el copago vaya terminándose y, finalmente, la subvención del Estado vaya creciendo.

¿Cree que la propuesta del gobierno respecto del copago va en línea con esa finalidad?

Creo que esa propuesta es necesario estudiarla más a fondo y perfeccionarla, aun cuando tiene una cosa de principios que me choca: por qué un padre no puede ayudar en la educación de sus hijos.

¿Usted está por eliminar el copago?

Estoy por que busquemos un mecanismo. No tengo del todo claro el punto. Lo que veo es una debilidad. Los niños que viven en una población y hay un colegio con copago, algunos pueden ir a ese establecimiento cuando sus padres tienen plata y otros no, viviendo en el mismo lugar. Ese es un elemento que estoy dispuesto a estudiar porque, de hecho, en la propuesta de 2011 de RN se establece que gradualmente se vaya eliminando el copago.

Disiente de varios parlamentarios de su sector, que ven en el copago no sólo un tema de principios, sino un recurso fundamental en el financiamiento del colegio subvencionado.

Lo que creo es que hay un punto. Cuando uno quiere hacer un debate transparente, debe reconocer que en la argumentación nuestra hay un punto débil, que consiste en el caso de dos niños de una misma población humilde, donde los padres que no tienen plata no pueden llevar al mismo liceo o escuela al alumno de la casa de al lado, donde su papá tiene una mejor pega.

¿No cree que la eliminación del copago vaya a desfinanciar al sostenedor y, por ende, crear una crisis en el sistema?

A mí me parece que el tema del copago no dice relación con que el sostenedor tenga más o menos recursos. El tema del sostenedor es un tema de eficiencia.

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