Analistas dicen que opinión pública peruana ignorará impacto de debate de anoche

Esto, debido a la prohibición de nuevas encuestas a una semana de las elecciones. Expertos reiteran que voto de indecisos puede marcar recta final.<br>




A una semana de las elecciones presidenciales en Perú, fijadas para el domingo, Lima entró en una semana decisiva. El debate de anoche saldó buenos dividendos para el nacionalista Ollanta Humala, quien prácticamente tiene asegurado su paso a segunda vuelta.

El escenario es claro en principio: Humala ganaría la primera vuelta y la derechista Keiko Fujimori y el centrista Alejandro Toledo se disputarán el otro cupo para la ronda definitiva del 5 de junio, aunque el liberal Pedro Pablo Kuczynski aún vive. El centroderechista Luis Castañeda parece haberse quedado.

Pero según un análisis de la agencia Dpa, en seis días pueden pasar cosas, no puede haber miradas simplistas, citando a expertos. Perú tiene un electorado volátil, en el que cerca de un 30% admite a estas alturas que no sabe por quién votar. De hecho, en el actual proceso, como en los pasados, las cifras se han movido rápido y nada asegura que no lo sigan haciendo.

Humala parece tener todo a su favor. Las cinco encuestadoras grandes lo sitúan primero, con entre un 25 y un 29 por ciento de intención de voto. La ventaja más estrecha sobre el segundo es de cinco puntos.

Ni la fuerte campaña mediática contra Humala ni el desliz del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo afectan hasta ahora. El nacionalista asumió con fuerza la bandera de los inconformes. Pero la artillería no ha cedido. Seguramente buscará eludirla con su rostro de moderado y su promesa de cambios sin desestabilización, apunta dpa.

PELEA REÑIDA
Tres de los grandes ubican segundo al ex Presidente Alejandro Toledo y las otras dos a Fujimori. Los números discrepan, pero básicamente se enmarcan en un empate técnico.

El ex mandatario busca posicionarse como la alternativa seria de cambio en el esquema neoliberal sin caer en extremismos. Su punto débil: la fama de hedonista y mentiroso. A favor, el recuerdo de un gobierno (2001-2006) democrático y con crecimiento. Dice que no pudo redistribuir en su gobierno por haber recibido el país en recesión.

Keiko Fujimori, más que a futuro le apunta a pasado. Sus discursos hablan de lo bueno que se le atribuye al gobierno de su padre (el hoy preso Alberto Fujimori, 1990-2000) y prometen retomar ese vía.

Pero no toma distancia de un gobierno con mal historial en derechos humanos y corrupción. Por eso, dicen analistas, conserva el núcleo duro del fujimorismo, el de su padre, pero no crea uno propio. Su intención de voto (hoy entre el 18 y 20 por ciento) siempre ha sido similar al porcentaje que aún apoya a Alberto Fujimori.

En al menos dos de los grandes sondeos, Kuczynski alcanza a estar en empate técnico con los segundos. Creció como la espuma en los últimos días, pero se detuvo por falta de impacto en las clases populares. El dueño del discurso más liberal capta apoyo en las clases medias y altas, pero no entre los pobres, al menos hasta ahora.

A Castañeda la encuesta más optimista le da un 14%, más de dos puntos abajo del cuarto. El ex alcalde de Lima empieza a oler a "voto perdido", lo que les viene bien a Toledo y Kuczynski, en teoría potenciales captores de probables desertores.

DEBATE
El debate de Anoche fue seguido por millones de personas y, según los expertos, puede ser decisivo. Pero, con la prohibición a las encuestas, la opinión pública ignorará el impacto.

Toledo fue el más agresivo y Kuczysnki no lo hizo mal aunque le faltó énfasis, coinciden las mayorías en las redes sociales. Humala y Fujimori sorprendieron por privilegiar el texto escrito por sobre el choque directo. Sobre todo el primero, habitualmente hábil en el debate y con mucho por dónde atacar a cuatro "continuistas".

Para el analista Luis Benavente, un finalista debería salir de entre Humala y Fujimori, que tienen mayores reparos al sistema desde sus respectivas polos, y el otro de entre Toledo y Kuczysnki, vistos, con sus matices, como los más representativos del esquema vigente.

Humala plantea cambios económicos, Fujimori apunta más al sustento político con una clara promesa de mano dura. Toledo ofrece rostro social al liberalismo con redistribución, y Kuczynski apuesta por la empresa privada, la de todos los tamaños, como motor.

Cuatro líderes, o cinco para los que aún creen en Castañeda, que sabrán el domingo cuál le llegó más a un electorado escéptico. Ninguno genera efervencia, contra todos hay reparos, pero dos seguirán en carrera. Y todos los escenarios están abiertos.

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