Antonia Santa María, la que se roba las miradas en Conde Vrolok

<p>La actriz, que interpreta a Ursula en la nueva teleserie de TVN, cuenta cómo fue el proceso de romper con los pudores para las escenas de desnudo.</p>




Antonia Santa María dice que antes de Conde Vrolok su único acercamiento con las historias de vampiros fue el año pasado, cuando se quedó con las ganas de producir la obra Drácula, de Bram Stoker, donde ella también hacía el papel de una mujer sensual y desinhibida.

"Por falta de financiamiento no pudimos hacer la obra y después me enteré que iban a hacer esta teleserie y justo me llamaron. No lo podía creer y me encantó. No he visto la película Crepúsculo, sino que me fui más por lo clásico, como Nosferatu o Drácula", dice la actriz que interpreta a Ursula en la nueva nocturna de TVN y que la ha convertido en una de las más destacadas de la producción. Ya convencida del rol, Santa María explica que todo cerró cuando el guionista Pablo Illanes le recomendó ver la película Déjame entrar y que con esa cinta terminó de encantarse para el papel.

La actriz que en el Señor de la Querencia interpretó a la inocentona Violeta, ahora se ha vuelto desenfadada y en un rol sumamente erótico. Sobre ese tema y los pudores que tuvo antes de aceptar el papel, Santa María explica que "no lo pensé mucho, porque me convencieron, aunque cuando estábamos leyendo los textos me daba cuenta que iba a salir pilucha o con escenas más fuertes. Entonces decía: 'Nooo, pilucha!', pero cuando el desnudo es gratuito, sólo por exponerse, ahí me da lata. Y en este caso, claramente no es así".

A pesar de todos sus temores, reconoce que está asumida con su cuerpo, pero que igual le preocuparon las escenas que debía hacer. Por eso  trató de cuidarse un poco más y de prepararse para el momento en que le tocarían grabaciones de ese tipo. "Para esas escenas prefiero estar lo más tranquila posible", cuenta, "que nada me saque de mi estado zen, que nada me ponga mal genio para no enjuiciarme si me veía gorda o si tenía un rollo o si se me veía celulitis. Típicas cosas de mujeres. Menos mal que no fue traumático, pensé que iba a ser más, pero no".

"LA TV ESTÁ DECADENTE"
Santa María asegura que con este papel de Ursula no significa que venció sus pudores, porque es cuidadosa con los desnudos en TV. Y sobre la relación lésbica que tiene con Emilia, rol interpretado por la actriz Francisca Lewin, explica que le parece una relación interesante y no muy lejana a lo que pasa actualmente. "Es una relación de amigas, que se da mucho. Todas a los 15  años andamos con la tontera de estar sólo con la amiga, de dormir juntas, como un derecho de estar medio al filo", teoriza.

La actriz cree que "está de moda esta cosa tan lésbica, tan ambigua. En mi relación con el personaje de Emilia, en la teleserie, se da que son inseparables. Y, después de estar contagiada por el vampiro, como que se desata su obsesión por ella y Emilia lo permite", explica. Santa María es de las que se sienten muy apegada a su familia y por eso cuando supo de las exigencias de su personaje en Conde Vrolok se pasó un tiempo diciéndoles a sus padres "que vieran otra cosa".

"A mi papá prefiero decirle que no la vea", explica, "porque el pobre va a sufrir al ver que a la hija la violan y que sale pilucha. Aunque yo creo que igual espía un poco. Igual reconozco que desde el principio les dije a mis papás que por favor no vieran la teleserie". Cuando se le consulta sobre la baja de rating de la producción, en relación al fenómeno de sintonía con que terminó su antecesora (¿Dónde está Elisa?), Santa María dice que tiene una opinión personal que prefiere no comentar públicamente.

Y sobre las versiones que hablan de lo lento del guión, ella dice que esta es una teleserie que "va de menos a más, no es tan rápida como Elisa, pero es lógico, porque son tiempos distintos". "A lo mejor no tendremos el rating histórico, pero lo feo sería hacer todo por el rating. No estamos pensando en hacer una Elisa 2. Esa nunca ha sido nuestra idea", finaliza con un mirada un tanto pesimista sobre la televisión actual. "Me parece que es decadente", dice, "sobre todo respecto a la cosa del rating con programas como realities, por ejemplo. Esto es muy distinto".

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