Así se financia una guerra

Dentro de Misrata, no hay un gobierno adecuado, ciertamente no uno que esté recolectando los impuestos. Y aún así la ciudad libia continúa funcionando y, de manera crucial, el esfuerzo bélico sigue siendo financiado.




Fuerzas rebeldes en la ciudad libia de Misrata afirman que están preparados para una nueva ofensiva.

Sin embargo, el progreso ha sido lento, y la ciudad misma está aún rodeada, por soldados enemigos a un lado y por el mar en el otro.

Dentro de Misrata

,

no hay un gobierno adecuado

,

ciertamente no uno que esté recolectando los impuestos

.

Y aún así la ciudad continúa funcionando y

,

de manera crucial

,

el esfuerzo bélico sigue siendo financiado

.

En el puerto de Misrata, familias con bolsas y bultos se abren camino a bordo de un trasbordador de pasajeros especialmente contratado, al lado de combatientes heridos.

La embarcación zarpará hacia el bastión rebelde de Bengasi

,

casi un día entero de trayecto por mar

.

Es la única forma de salir de Misrata. Las rutas por tierra están bloqueadas por las fuerzas del coronel Muamar Gadafi y el transporte por aire está descartado debido a la zona de exclusión de vuelos establecida por la Alianza Atlántica (OTAN) y los cohetes balísticos del gobierno apostados en la cercanía.

Abdelkareem Raed está revisando los boletos.

De entre 20 y 25 años de edad, Raed es un voluntario. De hecho el bote es pagado por el negocio de la familia.

"Estamos tratando de ayudar a la gente"

,

dice

.

"Todos los hombres de negocios están cooperando y están tratando de ayudar a la gente aquí al importar alimentos y ayuda humanitaria

,

medicinas"

.

AYUDA POR EFECTIVO

Su padre, Mohammed Raed, es uno de los hombres de negocios más exitosos de Libia. Hizo su dinero con productos lácteos.

Ahora está financiando la revolución de Misrata. Sus embarcaciones contratadas importan más que ayuda humanitaria.

"Estamos haciendo lo mejor que podemos para ayudar a la revolución

,

con dinero o alimentos o también armas de Bengasi para Misrata"

.

En algunos casos, su dinero se va en el transporte de armas. En otros, él, de hecho, las compra de proveedores en el este del país.

Los rebeldes de Bengasi están, por supuesto, del mismo lado que sus camaradas en Misrata y con frecuencia las armas se entregan de forma gratuita. Pero no siempre.

Cuando Misrata necesita un suministro urgente de armas o municiones

,

dicen los comandantes, los pagos en efectivo pueden acelerar la entrega

.

Fauzi Ibrahim el-Kashini es quizás el hombre de negocios convertido en revolucionario más pintoresco de Misrata.

"Estoy peleando con dos cosas", afirma conforme levanta su camisa en la movida recepción del hotel más elegante de Misrata, del cual él es propietario.

"Estoy peleando con mi cuerpo y estoy peleando con mi dinero".

Debajo de la camisa hay algunas cicatrices de heridas de bala recientemente curadas, destacando contra los pliegues del amplio abdomen de Kashini.

En febrero, en el primer día de protestas antigubernamentales en Misrata, el empresario-combatiente dice que un soldado pro Gadafi le disparó cinco veces.

El negocio de Kashini prosperó bajo Gadafi. Pero su apoyo por esta revolución no es sólo personal, es también un negocio.

"Le digo a Gadafi ahora, 'Yo sé que usted tomó mi dinero en Trípoli. Son unos US$20 millones. Pero escúcheme: Un día voy a ir a Trípoli y tomaré mi dinero de regreso.'"

REVOLUCIONARIOS EMPRESARIOS

Kashini dice estar convencido de que, con respaldos tan dedicados como el suyo, Misrata simplemente no puede perder esta lucha.

"Cada familia en Misrata tiene al menos uno o dos muchachos en el combate"

,

afirma

.

"Toda la ciudad está peleando por la libertad"

.

La semana pasada en Estambul, más de 30 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, declararon su reconocimiento a los rebeldes del Consejo Nacional de Transición (TNC, siglas en inglés) basado en Bengasi, como la "autoridad gobernante legítima" de Libia.

Eso fue una buena noticia para los hombres de negocios que están financiando la revolución. La decisión podría descongelar potencialmente miles de millones de dólares en activos libios para uso de los rebeldes.

Sin embargo, señala Kashini, la situación en Misrata no puede continuar de forma indefinida. En esta asediada ciudad, en algún momento, el dinero se va a agotar. Él cree que Misrata puede probablemente resistir meses, más que semanas. Pero no para siempre.

El cuartel general militar de la ciudad

,

situado en un edificio bajo cerca del mar

,

bulle permanentemente de actividad

.

Comandantes y combatientes entran y salen, algunos con ropas militares, otros en jeans, camisetas y sandalias.

También los civiles van y vienen: abogados, ingenieros, trabajadores petroleros, todos los que, de hecho, creen que pueden contribuir de alguna manera a esta revolución.

Hay discusiones y reuniones, se forman comités, se sellan documentos, y ocasionalmente traen y llevan bolsas de basura llenas de efectivo.

"MISRATA ES MISRATA"

De porte elegante, a través de los corredores del complejo militar, saludando amigos y colegas conforme camina, se encuentra Hakkim Tsebat.

Él es otro de estos revolucionarios empresarios que parecen ser el sello de esta ciudad. Es enfático al afirmar que el financiamiento de la revolución de Misrata es en gran medida un esfuerzo local.

"Sólo la gente de Misrata (ha hecho que ocurra esta revolución)", dice, con obvia pasión.

"No otra gente, de Bengasi, ¡no! Misrata es Misrata. Porque la gente de Misrata es gente de negocios. Esta es la ciudad de los negocios de Libia".

Este es un sentimiento extendido en Misrata

.

Pero este orgullo y combatividad local podría

,

en algún momento

,

causar problemas para Libia

.

Los políticos del TNC en Bengasi podrían haber obtenido el reconocimiento internacional. Pero separados por tribu y geografía, los distintos grupos rebeldes están pagando por sus propias revoluciones, con sangre y dinero.

Y a cambio, querrán tener una voz en la manera en que las cosas se conduzcan para cuando, si eso sucede, el coronel Gadafi sea derrocado.

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