Benedicto XVI comienza actividades de despedida a un día de dejar el pontificado

El pontífice hizo estas manifestaciones durante su última audiencia pública de los miércoles, a la que asistieron más de 150.000 personas, según el Vaticano.




Benedicto XVI encabeza su última audiencia pública ante miles de personas, que llegaron hoy hasta la Plaza San Pedro, en el Vaticano, para despedir al pontífice que mañana deja el máximo cargo de la Iglesia Católica tras su renuncia el pasado 11 de marzo.

Al comenzar su intervención, Benedicto XVI agradeció ante los 150.000 fieles de todo el mundo que llegaron a despedirlo. "Gracias de corazón, estoy muy conmovido", dijo.

El papa, Sentado en un trono color marfil en los pies de la Basílica de San Pedro y frecuentemente interrumpido por aplausos del público, el pontífice manifestó: "Hubo momentos en que las aguas estuvieron agitadas y en los que hubo viento en contra".

Benedicto XVI dijo además que "

el Papa nunca está solo, y una vez más lo siento de forma tan grande que lo siento en mi corazón. El Papa le petenece a todo el mundo

".

El pontífice hizo referencia al momento en que decidió dejar el cargo, señalando que "en los últimos meses he sentido que mis fuerzas disminuían".

"Le pedía a Dios que me iluminara con su luz para tomar la decisión más justa no para mi bien, sino para el bien de la Iglesia, he dado este paso sabiendo muy bien cual era su gravedad, pero con una profunda serenidad. Amar la Iglesia significa también tener el coraje de hacer elecciones difíciles siempre teniendo como prioridad el bien de la Iglesia y no nosotros mismos", indicó en su intervención.

DISCURSO CONCILIADOR
En su último discurso público, el pontífice además dio varias palabras de conciliación y se dirigió a los cardenales que elegirán a su sucesor.

Esta es la última vez que Benedicto XVI realizará una audiencia pública con fieles, a horas de dejar el pontificado de casi ocho años.

Benedicto XVI dijo hoy en su última audiencia que en su pontificado tuvo momentos de alegría, "pero también difíciles", pero que siempre se sintió protegido por Dios y aseguró que su renuncia no significa volver a la vida privada.

El papa añadió que cuando aceptó serlo, "ello significa vivir para siempre para el Señor".

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