Boy George: El ícono ochentero que reina en las pasarelas




Como es de suponer, Boy George, el célebre vocalista de la banda ochentera Culture Club, no se llama Boy. Este talentoso inglés nació el 14 de junio de 1961 –tiene 48 años– en un poblado de Kent, al este de Londres, bajo el nombre de George Alan O'Dowd. Que haya decidido tomar como apodo el nombre Boy, no es nada casual: el cantante armó toda su carrera musical durante los años 80 en torno al concepto de ser un niño que se vestía como niña, con amplias faldas, maquillaje y trenzas decoradas con cintas.

No se trata, por supuesto, del primer artista que decidió andar por la vida trasvestido. En la década del 70, el movimiento glam –encabezado por David Bowie– vistió a muchos hombres ligados con el mundo del espectáculo, homosexuales o no, con vuelos,maquillaje y prendas tomadas de los clósets femeninos. Tras ello, había un llamado a la tolerancia y una fuerte crítica a la sociedad.

Sin embargo, el look de Boy George marcó un quiebre, porque proponía una carga visual de una agresividad más solapada que la de sus antecesores. La ambigüedad sexual planteada por el líder de la desaparecida banda Culture Club tenía un aire más càndido, pese a la fuerza de su mensaje. Una ingenuidad que calzaba perfecto con la alegría y aparente simpleza de temas como The War Song (esa canción que decía War is Stupid) o ese gran hit que fue Karma Chameleon.

Como si quisiera testear la resistencia de las masas a su look inspirado en los drag queens, el artista cantaba Do You Really Want to Hurt Me? con sus cejas ultra delineadas, kilos de sombra celeste en los párpados y su infalible cara de niño bueno-malo. Así, se las arregló para generar más empatía que rechazo, incluso, entre los conservadores padres de los adolescentes que comenzaron a imitar su estilo, hasta convertirlo en un ícono de la moda ochentera.

Para capitalizar el fanatismo que despertaba su look, el cantante editó en 1984 el libro de tapa dura Boy George: Moda y Maquillaje, que se puede comprar (usado y en inglés) en Amazon.com. Además, creó la marca de ropa B-Rude, que actualmente se vende también en línea y en una boutique londinense. Ofrece poleras negras con estampados inspirados en el punk, collares de los que cuelgan enormes pistolas o alfileres de gancho abiertos, y prendas con detalles en tonos flúor.

CON MUCHO BLUSH
Hoy, la mayoría de los diseñadores y estilistas internacionales está mirando hacia esos años, lo que ha vuelto a poner el estilo de Boy George al centro de las tendencias enmoda. Además, el mundo fashion está experimentando una reinvindicación de la estética gay: hoy, muchos hombres heterosexuales están usando ropa que antes habrían rechazado, como los pantalones ajustados o las chaquetas marineras cortas, que llegan justo por encima del hueso de la cadera.

Los desfiles que se están presentando en Europa están atiborrados de referencias al inconfundible estilo Culture Club, pese a que su vocalista no está pasando por un buen momento: además de estar involucrado en varios escándalos relacionados con las drogas (cocaína y heroína), en enero fue condenado a 15 meses de cárcel por encadenar a un joven noruego de 29 años en su casa de Londres.

Laird Borrelii-Persson, columnista de Style.com (la versión web de Vogue), escribe: "Los diseñadores se han tumbado hacia los 80 esta temporada, y lo han hecho con fuerza. Lo mismo ha sucedido con los maquilladores y peluqueros, que han transformado a las adolescentes modelos eslavas en magníficos Boy George, con mejillas contorneadas, ojos y labios pintados con mucho brillo y el pelo en largas trenzas. Sí, Alan O'Dowd, el ex líder de Culture Club y actual huésped de una prisión inglesa, es uno de los criterios de la temporada".

"No es que se pueda decir ¡ahí va Boy George! al mirar las pasarelas", puntualiza el colombiano Julián Posada, consultor de moda de la firma internacional The Fashion Group. "Cada época tiene una gestualidad y una corporalidad que la hace perfectamente reconocible e identificable. Hoy se está mirando hacia los años 80 y, en esa revisión, se retoman elementos y actitudes de la época para luego actualizarlos. Hoy vuelven las hombreras, por ejemplo, pero no son iguales a las que se veían en aquellos años". ¿Y cómo son? Muy firmes y exageradas en Balenciaga y Balmain; grandes y sueltas en Chloé; puntiagudas en Martin Margiela.

Los principales artífices de esta reinvención de la impronta Boy George son la diseñadora francesa Sonia Rykiel y el neoyorquino Marc Jacobs. Sonia lo recuerda con trajes armados con capas que rescatan la silueta piramidal de la ropa usada por el cantante, y Jacobs, conocido como el creador del concepto de lujo sensato, se la juega por el maquillaje recargado y las hombreras.

También se vio la influencia de George en las pasarelas de Gucci, donde las modelos desfilaron con sus pómulos marcados con un blush de un fuerte rosado, sus párpados cubiertos con sombras de colores potentes y sus cejas arqueadas y delineadas sin pudor. Chloé, por su parte, reeditó las clásicas chaquetas oversize y pantalones baggy que para el cantante eran prácticamente un uniforme.

"Boy George construyó su estilo desde la imaginación y la carencia de recursos", concluye Julián Posada. "Su habilidad reside en lamezcla de su cara de geisha, los dreadlocks de su pelo, sus trajes neorrománticos y su sombrero de judío ortodoxo. El cantante representó una de las primeras aproximaciones estilísticas a una tendencia que después se hizo universal: la idea de personalización y la diferenciación, que él armó acertadamente desde el eclecticismo y una absolutamente editada y planeada combinación de elementos disímiles".

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