Camila Harambour: Del fin del mundo a la gloria

La ciclista extrema tiene una historia de vida que partió en Punta Arenas y que hoy la tiene como campeona mundial de BMX Park.




Revisando el currículum de Camila Harambour casi todos los datos llaman la atención, aunque el hecho que hable checo no deja de ser curioso. A eso se suma el perfecto inglés, los títulos internacionales e moto y BMX y muchas ganas de seguir aprendiendo.

Por estos días, la ciclista aún celebra el título del Mundial de BMX en la modalidad Park, logro conseguido hace unas semanas, en Alemania. "Goddy" nació hace 23 años en Punta Arenas; a los cuatro se trasladó a Santiago; a los ocho, a Inglaterra; a los nueve volvió a Chile; y a los 13 años se mudó a Argentina, donde vive hasta hoy. El trabajo de su padre, quien es geólogo, es el responsable de tantos viajes.

Y del amor al deporte también. Salvador Harambour le regaló su primera bicicleta a los tres años, aunque más fuerte que eso, le pasó su propia pasión por las motos a su hija. Antes del BMX, la única mujer entre cuatro hermanos fue una destacada endurista y motocrosista. Hace un par de años que olvidó el rugir de los motores por el silencio de las bicicletas. "Lo otro es más caro también", acota.

La campeona mundial dice que de su padre aprendió a superar las lesiones. No es poco, tiene una placa en una pierna desde que se rompió la tibia, muy cerca de la rodilla, en una caída. Le duele cada vez que apoya el pie en el piso. Antes de eso, se cayó mil veces, en moto se quebró una clavícula en dos oportunidades y en bicicleta suma varias caídas.

"Mis compañeras del colegio me decían que para qué seguía en esto. Yo siempre andaba con un yeso o algo. Tenía una amiga que era hockista y me decía que si ella se llegaba a quebrar algo, dejaba de jugar y yo le respondía que eso era porque no tenía pasión por el deporte. Cuando me quiebro, me duele, pero más dolor me da tener que estar un tiempo sin practicar. Eso sí que duele. Debe ser por mi papá, él siempre andaba igual, se caía y nunca dejó de andar en moto", cuenta Harambour desde Buenos Aires.

Esa última lesión la tuvo sin poder practicar durante seis meses. "Me acuerdo de mi primera carrera en moto. Mi papá, con el brazo enyesado, corría y me levantaba después de cada curva en la que me iba al piso", escribió.

A las bicicletas "extremas" llegó por sus hermanos. Los dos mayores tenían un grupo que siempre se juntaba en su casa. Ahí comenzó a aprender, a imitar, a superarlos. Ella hoy es campeona del mundo, mientras sus hermanos y los amigos de sus hermanos dejaron hace rato de montar bicicletas.

"Esto es mi vida. Me encantaría ser profesional. Siempre ha sido un hobby para mí, pero veo que estoy en un nivel profesional y me va bien. No tengo sponsors, más que las marcas que me pasan productos, guantes o poleras, todo ha salido de recursos familiares. Tuve un ofrecimiento de un sponsor, una marca internacional que está en Chile, pero no en Argentina, pero no se concretó, porque como no vivía ahí se iba a complicar. He hecho un par de publicidades, cosas relacionadas, que me han permitido pagar algunos viajes, pero poco más. Por los mismos viajes no puedo tener un trabajo estable", cuenta.

Hoy, "Goddy" estudia diseño industrial, ("voy como en segundo o tercero", confiesa); antes intentó estudiar ingeniería y arquitectura. Un día fue a su universidad a pedir ayuda económica; le dijeron que fuera a la Asociación de Deportes de Argentina, "pero yo no soy argentina. Ni siquiera fui. Tampoco voy a ir a pedir a Chile, es complicado. Empecé esto como un pasatiempo, pero ahora me encantaría conseguir un auspiciador.

"En Sudamérica es imposible desarrollarse, entonces me iría a Inglaterra. Hace poco estuve un mes viviendo allá, donde hay mucho más lugares y gente con quien practicar que en Buenos Aires". La magallánica se especializa en la modalidad Park, que suma rampas, cuartos de tubería y jump box, de madera o cemento. También existe el Street, que imita obstáculos de la calle.

"Eso también lo hago, pero hay poco Street para mujeres. Ahora hay competencias de Park que tienen un Street como incorporado y eso me da ventaja", asegura.

La ciclista tiene un marcado acento porteño, pero dice que cruza la cordillera bien seguido, pues tiene familiares y amigos. Se siente chilena: "Si represento a Chile todo el tiempo. Con el 'Coco' Zurita hablamos seguido; no somos amigos, pero sí conocidos".  Zurita fue campeón del mismo torneo en Alemania, el mismo día que Harambour.

La corona del santiaguino, en la modalidad Vert, apareció en varios medios; el de la puntarenense, en pocos. Ser mujer le ha traído más complicaciones. Su especialidad no la practicaban damas y siempre tuvo que competir contra hombres. "Eso, al final, me sirvió para logros como el de Alemania", asegura. De hecho, el Park no está aún establecido con rama femenina en los X-Games. Harambour está esperando que se concrete para aparecer en la prueba más popular y mediática de los deportes extremos.

Está preparada, dice. "En 2010 participé por primera vez internacionalmente en categoría femenina. Me anotaba contra hombres para mejorar y que haya mucha gente me juega a favor. Nunca he tenido nada de pánico escénico. Fíjate que para el Masters de Alemania, donde fui segunda, estaba estudiando arquitectura y anduve poco y nada, practiqué muy poco y me fue bien. Creo que ese fue el momento clave de mi carrera, ahí vi que había un futuro", comenta.

Sus proyecciones son buscar una marca que quiera unirla a su equipo. Ganas de surgir le sobran y los sacrificios los ve más como desafíos. Por eso el checo: "En junio de 2011 una marca me iba a llevar un mes a República Checa, así que antes de eso tomé un mes de clases". Dispuesta a todo, Camila Harambour sabe que su carrera, como en las rampas, recién está en el ascenso.

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