Charlie Brooker y Annabel Jones, realizadores: "En Black Mirror sigue presente esa sensación escalofriante e incómoda"

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Los creadores de la aclamada serie, que explora el lado oscuro de la tecnología y la sociedad actual, hablan con La Tercera del nuevo ciclo que debutó ayer en Netflix.




Alguna vez, consultado acerca de las ideas detrás de algunas de sus obras, Stephen King postuló que lo verdaderamente terrorífico no está tanto en lo que la humanidad desconoce, en las imágenes fantásticas del hombre lobo o el monstruo del pantano, como sí en lo cotidiano y en los pequeños horrores posibles del día a día. Por eso no extraña que hace un par de años, en su cuenta de Twitter, el maestro del terror se declarara fanático de Black mirror, la serie actual que parece haber llevado a nuevos límites la tesis del autor estadounidense.

En la serie de antología británica, que a la fecha suma dos temporadas de tres capítulos unitarios cada una, y que ayer estrenó su tercer ciclo en Netflix, lo realmente escalofriante está en su proximidad, en lo preocupantemente parecidos a la realidad que son los padecimientos que atraviesan los personajes de cada capítulo, por lo general centrados en el lado oscuro de la tecnología y ambientados en un futuro que, como dice acertadamente una reseña usada en su último trailer, "parece estar a sólo segundos de distancia".

"No todos los nuevos episodios están ambientados en el futuro, de hecho hay uno que ocurre en 1987 y otro que podría estar sucediendo literalmente hoy, pero sea cual sea el caso siempre tienen algo que ver con la forma en que estamos viviendo ahora", explica a La Tercera Charlie Brooker, el creador de la serie, la que define como "ficción especulativa". El mismo que, desde su estreno en 2011 -en ese entonces por Channel 4 de Inglaterra-, suele ser entrevistado cada vez que ocurre en la vida real algún evento tipo Black mirror: desde caídas globales de servidores, cuestionamientos a la tecnología bélica y virales extraídos de debates presidenciales, hasta fenómenos como Pokemon Go y la moda de los payasos asesinos.

Ahora, para su tercer ciclo, el primero que realizan junto a Netflix, además de aumentar a seis episodios, la producción sumó directores de renombre y actores estadounidenses a su elenco, como Michael Kelly (House of cards) y Bryce Dallas Howard (Jurassic world). "Pero definitivamente sigue siendo Black mirror, sigue siendo nuestra guagua", se apura en aclarar la productora ejecutiva Annabel Jones, tranquilizando a la creciente legión de fanáticos.

Esta nueva temporada debuta por primera vez liberando todos sus capítulos de una sola vez en Netflix. ¿Nunca vieron esto como una decisión arriesgada, considerando que por lo general cada capítulo de la serie tiende a generar su respectiva conversación?

Charlie Brooker: De cierta forma, una plataforma como Netflix es el hogar perfecto para una serie de antología como Black mirror, porque te permite verla de la forma que prefieras, ya sea como una colección de historias cortas o como si te dieran boletos para un festival de cine, y eso es una ventaja. Nosotros la filmamos como si fueran seis películas, seis historias individuales.

En este ciclo por primera vez cuentan con actores y directores de Hollywood. ¿Es parte del acuerdo con Netflix o buscaban acercarse más al público norteamericano?

CB: Creo que tiene que ver con buscar algo más global, pero la verdad es que la mayoría de las historias se filmaron en Reino Unido y sólo un par en Estados Unidos. Cada decisión se ha tomado caso a caso, pensando en lo que mejor se acomode a la historia. Netflix no interfirió en esto, sólo nos pidió que siguiéramos haciendo lo que veníamos haciendo.

Annabel Jones: Y también tenemos un director belga y diversos actores europeos. La idea siempre ha sido simplemente encontrar a la gente correcta para cada rol.

¿Cómo describirían esta tercera temporada? ¿Qué elementos nuevos destacarían?

CB: Yo diría, en primer lugar, que es una temporada más ambiciosa. Y más variada también, en comparación a lo mostrado antes. Tenemos por primera vez una historia que dura 90 minutos, por ejemplo, otra historia de tipo detectivesco, una de horror, otra más romántica, un thriller. Es una mezcla de luces y sombras, con más sorpresa de lo que se vio anteriormente. Hay una mayor variedad de tonalidades, pero no hemos abandonado la oscuridad de la serie, sigue estando presente esa sensación escalofriante e incómoda.

En más de una ocasión han ocurrido en el mundo eventos similares a las historias que han creado. ¿Es algo que han buscado o se trata sólo de coincidencias?

CB: La pregunta que siempre me hago cuando estamos haciendo la serie es ¿cómo estamos viviendo hoy? Y eso se refleja en lo que pasa en cada capítulo. Nunca nos hemos propuesto hacer un capítulo sobre Donald Trump, o el Brexit, porque las historias son siempre muy humanas y basadas en errores humanos, pero cuando nos topamos con eventos actuales lo veo como una feliz coincidencia.

¿Es cierto que hay negociaciones para una versión estadounidense y una adaptación cinematográfica de la serie?

AJ: Mi sensación es que hemos hecho varias películas muy buenas y no estoy segura si tendría sentido alargarlas. Si en algún momento sentimos que hay cierta temática que necesita más minutos para ser desarrollada, quizás lo pensaremos, pero hasta no ha ocurrido.

¿Creen que Black mirror podría terminar poniendo de moda otra vez este formato de serie, como alguna vez lo hicieron La dimensión desconocida o Cuentos de la cripta?

CB: Sería un orgullo si así fuera. Siempre fui muy fanático de este tipo de series cuando adolescente, y cuando empecé con la idea de Black mirror fue más que nada por nostalgia, por las ganas de volver a ver este tipo de historias. Si esto motiva a más personas a crear nuevas series de antología terroríficas, sería fabuloso, mientras no sean mejor que la nuestra (ríe).

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