Cómo se negoció el primer concierto de Jennifer Lopez en Chile

<p>Un mes y medio demoró el acuerdo que tendrá a la actriz y cantante neoyorquina actuando el 17 y 18 de diciembre en el Casino Monticello.</p>




Diva. Porque al principio no tenía interés alguno en venir, ni siquiera por el monto que habitualmente cobra por actuar. Sin embargo, una semana después, aceptó sólo con la condición de que la acompañara un exclusivo séquito de cinco asistentes, entre peluqueros, vestuaristas y maquilladores. Pero cuando todo parecía listo surgió algo más: a poco de cerrar ese acuerdo, Jennifer Lopez anunció que no venía porque dos de esos colaboradores -a quienes hay que embarcar en primera clase- no coincidían con sus planes de viaje. Pero dos semanas más tarde mandó a decir que sí, que ya estaba todo bien con su gente y que venía en diciembre.

Más allá de lo formal, de los asuntos de contrato, agenda y montos involucrados, la negociación del primer show de la cantante y actriz estadounidense en el país fue difícil por eso: por el cambiante ánimo de la neoyorquina de 40 años y considerada la figura latina más influyente del espectáculo estadounidense.

George Garcelón, gerente general de Casino Monticello, la casa de juegos que organiza el espectáculo con la artista también conocida como J.Lo y su esposo, Marc Anthony (17 y 18 de diciembre en los estacionamientos del recinto de Mostazal), dice que nunca le tocó algo igual. "Fue la negociación más difícil de la que me he hecho cargo", cuenta el ejecutivo -que hasta 2006 fue gerente general de Blanco y Negro, la compañía que maneja los destinos del club Colo-Colo- sobre las tratativas que demoraron un mes y medio, en contraste con la semana y media que tomó cerrar el negocio con Marc Anthony. Porque ese es uno de los detalles más llamativos: la pareja negocia por separado; con contratos individuales.

Nadie está dispuesto a revelar cuánto se le pagó a cada uno. Pero varios involucrados en la negociación coinciden en que la proporción es clara: a Jennifer López se le paga el doble que a Anthony. Platas más, platas menos, la diva de origen puertorriqueño vendría por primera vez a Chile por cerca de dos millones y medio de dólares. Una cifra altísima, que se explica, en gran medida, por la exclusividad de su arribo. A diferencia de una Madonna, por ejemplo, que vino a Chile por un monto inferior, pero en el contexto de una gira regional.

Con entradas que van de 32 mil a los 160 mil pesos  y una capacidad máxima de 7.101 asientos por noche, claramente los organizadores del primer show local de Lopez no harán el negocio del siglo. Pero apuestan a ganar en imagen con el arribo de una figura que nunca ha estado en el país.

Esa fue la tesis que se manejó desde un comienzo, cuenta Francisco Goñi, director de Time for Fun, la productora de espectáculos que hizo de intermediaria entre Casino Monticello y el mánager de Lopez. "Se nos encomendó dar con ella y eso fue lo que hicimos, pero fue muy trabajado", confirma, por ejemplo, en alusión a un tema operativo: se negoció simultáneamente con el mánager de la cantante que estaba en China, con la misma Jennifer Lopez que vive en Los Angeles y con los inversionistas de Casino Monticello que son sudafricanos. Un maratón con final feliz. Por lo menos, hasta que ella no cambie de parecer.

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