Creador de Instagram tardó más en obtener visa que en inventar la aplicación

Si no fuera por algunas grietas en el proceso migratorio del país, el mundo de fotografías envasadas filtradas artísticamente sería, quizá, diferente en la actualidad.<br>




Instagram estuvo a punto de no existir, y la culpa habría sido del complejo sistema migratorio estadounidense. Antes de crear la popularísima aplicación para compartir fotos con su socio comercial Kevin Systrom, Mike Krieger vivía en Silicon Valley con una visa de trabajo temporaria. Si no fuera por algunas grietas en el proceso migratorio del país, nuestro mundo de fotografías envasadas filtradas artísticamente sería, quizá, diferente en la actualidad.

Oriundo de Brasil, Krieger llegó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad Stanford con una visa de estudiante. Después de graduarse, consiguió trabajo en Meebo, y la empresa emergente de software lo ayudó a solicitar una visa H-1B. Esta clase de visa temporaria está pensada para trabajadores especiales, y la industria de la tecnología constituye un cliente importante. Google, Facebook, Intel y otros gigantes tecnológicos envían cada año por correo decenas de miles de solicitudes a centros gubernamentales de procesamiento con la esperanza de conseguir la oferta limitada de visas para programadores e ingenieros informáticos extranjeros.

Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos comenzó a aceptar las solicitudes el 1 de abril y, tal como ocurrió en los últimos años, el número de pedidos rápidamente superó el límite. La agencia dijo es semana que dejará de aceptar solicitudes y llevará a cabo un sorteo al azar para determinar qué empleados de las empresas recibirán visas de las 85.000 vacantes disponibles. En 2014, sólo la mitad superó el sorteo. El organismo todavía no reveló el número de solicitudes que recibió este año.

El frenesí de la H-1B no fue la mayor preocupación de Krieger cuando en 2009 presentó la solicitud a través de Meebo. Una de las pocas ventajas de la economía floja en ese momento era que la visa se conseguía –las H-1B son más fáciles de conseguir cuando son pocos los empleadores que contratan. A los pocos meses de obtener su visa, Krieger comenzó a mantener contactos con Systrom para construir una aplicación destinada a las redes sociales.

Uno de los problemas técnicos que enfrentaron no tuvo nada que ver con la programación: fue transferir la H-1B de Krieger a la nueva empresa. En una entrevista, Krieger dice que esperó más de tres meses mientras Systrom contrató a un abogado, y presentó los papeles para conseguir la visa de trabajo. En tanto pasaban las semanas, Krieger terminó dedicando horas a estudiar los laberintos de la ley migratoria y chequeando sitios en Internet como trackitt.com, donde los solicitantes de visa comparten sus historias de guerra. "Se acercaba el momento de las conversaciones difíciles", dice. "Hubo momentos en los que pensé, quizá debería decirle a Kevin que olvidemos el tema y que busque a alguien que resulte más fácil contratar", agregó.

Finalmente, los papeles llegaron y Krieger recibió el visto bueno para permanecer en el país trabajando en Systrom en abril de 2010. Desarrollar la aplicación Instagram para el iPhone llevó unas semanas. "Tardamos menos tiempo en desarrollar Instagram del que me llevó conseguir mi visa de trabajo", dice. La aplicación fue un éxito instantáneo y Facebook acordó comprar la empresa emergente por unos US$1.000 millones en abril de 2012. A los pocos meses, Google compró Meebo, el antiguo empleador de Krieger, por la décima parte del precio.

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