¿Cuánto cuesta terminar con el Transantiago?

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Cambiar el eje estructural de buses a Metro, como propone Piñera, costaría US$ 10 mil millones. Otros presidenciables coinciden en que operación de buses debe tener ajustes.




Terminar con el Transantiago, la política pública peor evaluada por la ciudadanía en los últimos 10 años. Esa es una de las propuestas del programa de gobierno del ex presidente y actual candidato, Sebastián Piñera, quien sostiene que se debe fortalecer la red de Metro como el principal medio de transporte en la ciudad.

El anuncio es uno de los más radicales si se compara con otros aspirantes a La Moneda (ver recuadros). El documento fue elaborado por el equipo liderado por el director de la Escuela de Ingeniería de la U. Diego Portales, Louis de Grange; la ex ministra de Obras Públicas Loreto Silva y el ex subsecretario de ese ramo, Lucas Palacios.

De Grange añade que la idea es que "el eje estructurante de la ciudad sea Metro, por lo que la red debe ampliarse a través de las nuevas líneas 7 y 8, las que evitarían el colapso que se ha visto en los últimos años".

El experto dice que "es perfectamente posible la construcción de un total de 120 kilómetros, entre Metro, trenes de acercamiento y suburbanos, en ocho años".

La inversión que proyecta el programa de Piñera, que contempla la construcción de las redes ferroviarias, llega a US$ 10 mil millones, proyectos que podrían ser concesionadas o bien poner recursos fiscales. El costo de la construcción de dos líneas de Metro (3 y 6) involucraron una inversión de US$ 3.049 millones, según ha informado la firma estatal.

El especialista agrega que el costo de operación del tren subterráneo corresponde a la mitad del que tienen los microbuses. "Cada persona que se baja de los buses y se sube al Metro implica un ahorro de $ 350 por pasajero", dice De Grange. Con estas cifras, el ingeniero estima que cuando el nuevo sistema esté en régimen, el subsidio al Transantiago "podría disminuir de US$ 800 millones a US$ 400 millones anuales".

El modelo contempla que los buses -que alcanzan 6.550 vehículos en 34 comunas- deberán confluir en las estaciones intermodales del Metro. "Los ejes troncales serán reemplazados por líneas de Metro o bien trenes suburbanos y tranvías o trenes", dice.

Además, agrega que se seguirá utilizando la modalidad de integración tarifaria, es decir, en todos los medios se usará la misma tarjeta de pago.

A esto se suma que el sistema debe combinarse con los servicios de trenes, como el proyectado a Melipilla.

Respecto de la extensión de Metro, la Presidenta Michelle Bachelet encargó a la empresa hacer un estudio sobre la viabilidad de la construcción del trazado de la Línea 7, financiado por la vía de las concesiones, pero el Ejecutivo aún no ha dado a conocer su decisión.

Licitación

Las propuestas de los candidatos se dan en el momento en que el Ministerio de Transportes trabaja en las bases de licitación del sistema, que concesionará a nuevas empresas la operación en seis zonas de la ciudad, documento que aún no ha sido enviados a la Contraloría por la ministra Paola Tapia. Dentro de las exigencias que se harán a las compañías, es que cumplan con una nueva malla de recorridos, además de sumar flota a las calles e incentivos a los privados.

¿Se debe llevar adelante la licitación del Transantiago que planea el gobierno? De Grange responde que "las actuales autoridades no pueden "cometer el mismo error de diseñar nuevos contratos que amarren a las autoridades futuras".

Expertos

Iván Poduje, investigador del centro Piensa Chile, institución fundada por el ex Presidente Ricardo Lagos, plantea que los ex mandatarios coinciden en que se debe fortalecer la presencia del Metro en la urbe. La propuesta de Lagos planteaba densificar de tal manera que el 50% de los capitalinos "viviera a cinco cuadras de alguna extensión de Metro". Hoy, el 17% de los santiaguinos reside a esa distancia de los trazados. Agrega que esto trae aparejado un aumento en la plusvalía de las viviendas.

De Grange dice que otro argumento para no invertir en el sistema de buses es la caída de los pasajeros, pues tienen una mala evaluación del servicio. El último informe en manos de los operadores dice que Metro aparece liderando las validaciones, con 6,8% de alza en marzo pasado (ver recuadro).

Sobre la propuesta de Sebastián Piñera de terminar con el actual plan, Raimundo Cruzat, ex coordinador de Transantiago y máster en planificación urbana del MIT, señala que "si entendemos Transantiago como un sistema que se 'ideologizó' en los últimos años, privilegiando a los buses por sobre el Metro o los trenes de cercanía, es deseable eliminar el esquema existente. Pienso que es el camino que hay que seguir".

Pero Cruzat advierte que uno de los avances que ha mostrado el actual sistema de transportes es la integración de la tarifa y el medio de pago, que es la bip! "Eso no debe morir, sino que debe potenciarse, incluyendo otros medios de transporte", agrega.

Sobre el mismo punto, Rodrigo Martin, experto en el área transportes la U. de Santiago, afirma que la propuesta del candidato Piñera es "radical", pues el sistema requiere distribuir la carga de pasajeros en diversos medios por las características de la ciudad. Agrega que hay que tomar en cuenta los plazos: "Una línea de Metro es evaluada ambientalmente, al menos, por un año, a lo que se suman las obras y la puesta en marcha del servicio. Esto sumaría un plazo superior a ocho años".

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