De Emmanuel al humor: lo mejor y lo peor del Festival

Hasta la noche del jueves 26, Emmanuel, Aznar y Romeo Santos asomaban como shows memorables. Lo que pasará al olvido será el tibio comienzo, y en la infamia, el nivel del humor.




* Lo mejor

* La noche argentina

Fue un fogateo íntimo: si bien la modernidad hace olvidar los comienzos sencillos bajo los árboles de la Quinta Vergara, la noche del miércoles fue una de emoción y recuerdos. Partió con el impecable homenaje a Cerati , siguió con un Vicentico cantado a todo pulmón por el público, y con un Pedro Aznar que se corona con sus 40 minutos, dentro de lo mejor de la semana. Además, para cerrar una noche redonda, el Festival supo apostar por un grupo de fanaticada tan intensa como subterránea, como Cultura Profética. Una noche en que el monstruo coreó absolutamente todas las canciones, sin necesidad del perreo o el reggaeton.

* Romeo y el monstruo

Estuvo dormido toda la semana, hasta que el Rey de la Bachata, demostrando en la Quinta por qué se ha ganado su corona, vino a desordenar al monstruo. No pudo soportar su partida, y Viña, en su penúltima noche, por fin tuvo algo de verdadero sabor.

* Emmanuel

Una leyenda que, a pesar de la fatal hora de salida al escenario, alrededor de las 3 de la madrugada, lo dio todo. Desde los zapatos con lentejuelas a los pasos de baile, pasando por esa discografía llena de himnos, el mexicano habría sido un genial número de apertura festivalera.

* Arjona latin lover

Fue, realmente, el inicio del Festival. Si bien Luis Fonsi entregó un show correcto, el guatemalteco demostró por qué lleva décadas de popularidad, su tremenda cantidad de hits, y gracias a su preocupación por traer un escenario complejo y detallado, ayudó a que su show sea interesante, incluso para sus detractores. Por último, Arjona despierta pasiones para bien y para mal, a diferencia de otros latinos, como el mismo Fonsi o Alejandro Fernández.

* Nicole

La única mujer de la parrilla festivalera 2015 hizo un show conciso y emotivo; la chilena lleva dos décadas de carrera, y quizás aunque nunca logró explotar del todo, demostró que el público chileno la siente suya.

* Animadores

Aunque quizás se pasaron en corrección y solemnidad, lo cierto es que Carolina de Moras y Rafael Araneda se vieron siempre tranquilos y en control arriba del escenario. Sobre todo este último, y su gesto con Sergio Lagos para el show de Nicole, demuestra que puede ser una carta tan longeva como Vodanovic en el Festival. En parte, porque ¿quién si no?

* La transmisión en TV

Digna de un show de exportación, las cámaras aéreas hacían ver la Quinta vibrante.

* Lo peor

* El humor

Ay, la complejidad: se necesitan para el rating, pero ahora que el Festival está en un nivel superior en cuanto a show y tecnología, se ven anacrónicos allí arriba. Y este año se terminó de confundir irreverencia con simple grosería. Unas rutinas que en cualquier país, no estarían en televisión.

* Comienzo tibio

Aunque Luis Fonsi tiene su buena cantidad de seguidoras en el país, no hubo euforia total, ni un show especialmente memorable, como en años anteriores, para abrir Viña. Y además de la llorada y débil presentación de Dinamita Show, el día inaugural puso el tono a este Festival: calmado.

* Gaviotas para todos

En el primer año sin antorcha, todas las presentaciones, musicales y de humor, se llevaron los dos galardones, lo cual vuelve a convertir a la entrega del trofeo en algo mecánico.

* Competencia internacional

Dejando fuera la estupenda canción e interpretación de Italia -que resultó la ganadora-, la competencia internacional sigue bajando el nivel de la noche (y mató cualquier legado que tenía Bobby Kimball, el ex Toto). La folclórica, en cambio, tiene más calidad, y es un aporte al espectáculo.

* Obertura de poetas

Gonzalo Rojas tecno, el billete de la Mistral, el mal gusto personificado.

* Problemas de sonido

Son pequeños sobresaltos dentro de seis días de presentaciones, pero afectan la evaluación final. Las primeras noches, cada show -Fonsi, Arjona, Fernández, partió con problemas de calibre en el sonido. Y en el show de Fernández, el mismo artista terminó frustrado con los imprevistos. Aunque es parte de un show en vivo, y la responsabilidad del artista es ensayar antes, el sonido en Viña necesita más estabilidad.

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