Decomiso de celulares en penales creció 68,5% en cuatro años




Tener un vínculo con sus familias en el exterior, narrar su vida a través de las redes sociales o coordinar acciones delictuales de manera remota son algunas de las razones de por qué las personas que están recluidas en las cárceles de Chile mantienen teléfonos celulares.

La proliferación de estos equipos en los penales se ha transformado en una preocupación para Gendarmería, que hasta el momento no ha podido ser solucionada. De acuerdo con cifras obtenidas a través de Transparencia de la institución penitenciaria, en los últimos cuatro años el decomiso de estos equipos a nivel nacional pasó de 16.764, en 2010, a 28.252, en 2013, significando un crecimiento de 68,5%.

Según manifestó el subdirector operativo (S), coronel Juan Carlos Manríquez, el alza de móviles detectados se debe a dos razones: "Una tiene que ver con el aumento de los operativos de control al interior de los recintos, que redundan en la incautación de más elementos prohibidos". Al respecto, añadió que la institución periódicamente realiza allanamientos, pero los que arrojan mejores resultados son los extraordinarios, que son procedimientos sin aviso. "Participa una mayor cantidad de efectivos y abarca una mayor extensión en los establecimientos".

CAMBIO DE PROTOCOLOS

Manríquez agregó que el otro argumento para entender cómo entran los celulares a las cárceles tiene que ver con la modificación de los protocolos de revisión a las visitas. "Gendarmería ha ido adaptando su normativa a un respeto y apego a los derechos humanos, por lo tanto, los procedimientos de registro para el ingreso de visitas están supeditados a estos estándares. Dichos procedimientos son menos invasivos, dado que ellos no están sujetos a restricción legal, por lo tanto, no podemos invadir su cuerpo, como era práctica años atrás", sostuvo.

Joe González Barraza, presidente de la Asociación de Suboficiales de Gendarmería, añadió que otra de las razones es que "hay malos elementos en la institución, que pueden proporcionar estos equipos a los internos. Siempre trabajamos en eso".

El dirigente agregó que las tecnologías que se han implementado para bloquear las señales de celulares no han tenido los resultados que se esperaban. "Esperamos más recursos para poder tener un mayor control", dijo. En ese sentido, el subdirector operativo (S) señaló que "los levantamientos referidos a inhibidores de celulares no sólo han afectado a los establecimientos penitenciarios. Además, es difícil anular las señales cuando estamos rodeados de comunidades que no están sujetas a restricción. No podemos violar tampoco su derecho a comunicación".

Ambos agregaron que ellos cuentan con un registro de quienes cometen las faltas, los que son sancionados con cancelación de visitas o suspensión de encomiendas.

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