Defensor de Chile ante La Haya: "No es conveniente que la implementación la haga cada uno por su lado"

Claudio Grossman dice que fórmula de "comisiones mixtas" binacionales evitaría discrepancias que pudiesen surgir en procesos paralelos e independientes. Destacó que se ratificara la postura de Chile sobre el Hito 1. Aunque dijo que es "decepcionante" el tema de las 80 millas.




La instauración de lo que denomina "comisiones mixtas" entre Chile y Perú propone el abogado Claudio Grossman, para facilitar el proceso de ejecución del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El ex presidente de la Corte Interamericana de DD.HH. formó parte del staff de abogados de la defensa chilena en el proceso y jugó un rol importante en la etapa final de la preparación del juicio, al intentar identificar, junto a otros expertos, las falencias que el tribunal podía encontrarle a la argumentación chilena.

¿Cuál es su balance del fallo?

Quiero estudiarlo en detalle, pero veo muy bien que en cosas importantes para Chile, como el Hito 1 o la existencia de una frontera marítima, hubo 15 votos (a favor), incluyendo al presidente de la corte. Es muy importante el reconocimiento de la corte para la delimitación marítima. Perú puso un tercio de sus argumentos en que no era el Hito 1. Y eso tiene importancia en la vida de la gente, de los pescadores, de la proyección de Arica hacia el mar.

¿Qué otro factor considera relevante para Chile?

La necesidad de modificar el dominio marítimo peruano. La ley peruana dice que hay que tratar hasta 200 millas como uno trata el territorio. Y resulta que la corte dijo que no es así, lo que salvaguarda los derechos de Chile, del tránsito de sus naves y de sus líneas aéreas.

La corte modificó el actual límite marítimo, quebrando el paralelo hacia una línea equidistante a partir de la milla 80. ¿Cómo recibieron esa decisión?

Expreso mi decepción, porque no fueron las 200 millas, y quiero estudiarlo para ver si hay una consistencia lógica en las expresiones de la corte.

¿Cuál es la magnitud de ese revés chileno?

Me hubiera gustado que no fuera así. Quiero estudiar esto (…). La posición chilena era muy sólida. Basta decir que todas las pretensiones, como el Hito 1 y que había que un borde marítimo, fueron aprobadas por 15 votos, y resulta que el hecho de las 80 millas fue aprobado por 10 votos y seis abstenciones, ¡incluyendo al presidente de la corte! Hubiera sido mejor, sin duda, obtener el 100% de la pretensión chilena. Entonces, eso es decepcionante. Pero eso fue morigerado por la corte, diciendo que tenían que aprobar las obligaciones del derecho del mar, lo que significa que sólo hay tránsito de buques y aeronaves más allá de las 24 millas. Lo interesante es que en Arica la mayoría de la pesca se hace entre 20 y 40 millas. Entonces, es bueno para Chile.

¿Y políticamente, hay un revés también en este punto?

Mire, yo estoy hablando como abogado. La evaluación política, que es legítima, no es mi rol. Los fallos se pueden criticar, pero hay que cumplirlos. Ahora, me han sorprendido algunas cosas que he visto en la prensa peruana, que dicen "cumplimiento inmediato". Los cumplimientos deben ser sólidos y de buena fe. Es una falsa disyuntiva decir "cumplimiento inmediato o no inmediato".

Chile y Perú han conversado la opción de conformar comisiones binacionales, tema que se reactivó en los días previos al fallo. ¿Cómo ve ese proceso y cuánto podría demorar? 

Yo creo que eso es lo que corresponde hacer. Conozco tantas comisiones mixtas que ni habían sido pedidas por la corte. Y, en este caso, la corte aconsejó una implementación conjunta, ahí en el tema de las 80 y las 200 millas. No es conveniente que estas cosas cada uno las haga por su lado, porque eso significa que el otro país puede decir "esto no está bien" o "está incompleto", y eso es comprarse dificultades. Cuánto tiempo puede demorar: va a durar lo que se necesite para hacerse bien.

En la preparación del juicio, en el equipo chileno buscaron qué debilidades podía tener la postura que defenderían ante la corte. Incluso, usted jugó un rol importante al hacer una revisión final. ¿Qué flancos existían inicialmente en la postura chilena?

No quiero hablar de esas cosas, porque esos son problemas internos y considero que no es ético plantearlo. Pero le quiero decir que hubo una conducción muy excelente del embajador Van Klaveren y de María Teresa Infante. Se hicieron las cosas con gran solidez y seriedad. Pero esas cosas internas no me siento con la libertad de contarlas.

Una de las abogadas del equipo, Ximena Fuentes, dijo que el Tratado del 52 tenía ambigüedades y que eso dificultó el trabajo de Chile. A su juicio, ¿la principal dificultad estuvo ahí o en el derecho del mar?

Yo creo que la posición chilena era consistente y sólida. Eso no quiere decir que haya, en las complejidades de la vida, prácticas contradictorias, lenguajes que no son perfectos. Lo que me falta es leer los votos disidentes del presidente de la corte. Fue impresionante que el presidente de la corte haya hecho votos disidentes.

Se refiere a que él fue minoría en algunas votaciones que, además, fueron bastante divididas: 10 contra seis…

He visto pocas situaciones en las que el presidente de la corte hace unas situaciones de disensión con seis votos. Y sé que (Peter) Tomka es un hombre que tiene una tradición de juricidad. Eso me impresiona.

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