Denuncias complican a Lázaro Báez, el más cercano empresario de los Kirchner

Báez habría montado un esquema para transferir al exterior y lavar más de 50 millones de euros. No es un misterio que el imperio económico de Báez surgió con el poder político de Kirchner.




Lázaro Báez compartió con Néstor y Cristina Kirchner la última cena del ex presidente argentino, el 27 de octubre de 2010. Tras enterarse de que Kirchner había sido internado en el hospital de El Calafate, a la mañana siguiente, el empresario acudió hasta ese centro asistencial y fue el único que acompañó a la mandataria transandina, cuando los médicos trataban de reanimarlo. Fue Lázaro Baéz quien abrazó a la jefa de Estado, cuando -desconsolada- se negaba a aceptar la muerte de su esposo y exigía que los especialistas continuaran tratando de volverlo a la vida. Después de eso, él mismo la subió a su camioneta y la llevó de regreso a su casa. Y fue Lázaro Báez quien puso sus aviones a disposición de la mandataria para el traslado de familiares y amigos entre El Calafate, Buenos Aires y Río Gallegos. Además, él financió la construcción del mausoleo para Kirchner en el cementerio de la capital de la provincia de Santa Cruz.

Todos estos elementos son pruebas evidentes de la estrecha relación que el empresario tuvo con Néstor Kirchner y que mantiene con la Presidenta Cristina Fernández. Un vínculo que recibió un duro golpe después que se emitiera, el 14 de abril, un programa de televisión donde se denunció que Báez montó un esquema, con la venia del fallecido Kirchner, para transferir al exterior y lavar más de 50 millones de euros. Eso según lo que contó en una conversación con cámara oculta Leonardo Fariña -un hombre que trabajó con Lázaro Báez- al periodista Jorge Lanata, grabación que fue exhibida en el programa "Periodismo para todos".

Ante la pregunta de Lanata si es que Báez era socio o testaferro de Kirchner, Fariña responde: "En la política no hay testaferros, hay operadores que es distinto. Vos sos Lázaro y yo soy Néstor, vos sos mi amigo. Armate una empresa constructora, yo te adjudico las obras a vos. La constructora es de Lázaro. El tema es que cada cuatro años hay campaña presidencial. Necesito 10 palos (millones). Toma. Mándame tres aviones... El día que murió Néstor los tres aviones de Lázaro iban y volvían. O sea, te ganas un favor de por vida. Favor contra favor". Fariña aseguró dos días después que todo lo que había dicho era "ficción" y que sabía que lo estaban grabando. Sin embargo, la justicia ya abrió una causa contra Lázaro Báez por asociación ilícita y encubrimiento a raíz de lo asegurado en "Periodismo para todos". De cualquier forma, no es un misterio que el imperio económico de Báez surgió y creció coincidentemente con el poder político de Néstor Kirchner, primero como gobernador de Santa Cruz y luego como presidente de Argentina. Y ha mantenido ese curso con Cristina Fernández al frente del poder ejecutivo.

De perfil bajo (sigue viviendo en Río Gallegos), Lázaro Antonio Báez (nacido en Corrientes en 1956) tuvo sus inicios como empleado en el Banco de la Nación y en el Banco de Santa Cruz. Ahí logró un rápido ascenso hasta subgerente general en los años 90 cuando el ente fue privatizado por el propio Kirchner. Poco después se puso al frente de un grupo con inversiones en áreas como la construcción, la venta de neumáticos y el petróleo. En 2003, el año que el político santacruceño llegó a la presidencia, Báez fundó Austral Construcción y se hizo con un gran número de obras públicas en la provincia patagónica.

La oposición ha asegurado que las firmas del empresario, a través de Austral y otras cinco constructoras, fueron una de las más beneficiadas por la obra pública del gobierno de Kirchner (2003-2009). Además, se asoció a Kirchner para construir edificios de departamentos en Río Gallegos -según señaló Lanata el domingo- y accedió a concesiones petroleras. De hecho, es dueño de las compañías de esa área, Epsur S.A. y Mihasar S.A. El ha dicho "no soy corrupto ni multimillonario", pero en los últimos años, según el diario La Nación, compró unas 200.000 hectáreas por más de US$ 28 millones. La compra de esas haciendas (entre siete y 10) entán en torno al río Santa Cruz, donde podría llevarse a cabo un proyecto hidroléctrico. Baéz lo niega y dice que dedicará esas tierra al cultivo. Según el periodista Luis Majul, autor del libro El y ella, "después de la muerte de Kirchner, (Báez) se acercó más a la presidenta, con quien mantenía (hasta ese momento) una relación distante".

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