"Desafío del balde con hielo" ha desperdiciado más de 19 millones de litros de agua

Tal cantidad equivale a cerca de 120 mil baños de tina. Además, expertos advierten sobre los peligros de derramar hielo sobre la cabeza en época de calor.




Prácticamente nadie ha quedado indiferente frente al éxito del "reto del balde con hielo", un viral de internet en apoyo a quienes sufren de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable que produce parálisis progresiva, observada principalmente en personas cercanas a los 50 años, con una expectativa de vida alrededor de tres a cinco años y que hasta fines del año pasado, conocía 400 casos en Chile.

La campaña, iniciada en Estados Unidos y que tiene al científico Stephen Hawking como uno de sus pacientes más conocidos, llama a los usuarios a verter agua fría con hielo sobre sus cabezas (para sentir por unos instantes la misma sensación), además de sumarse por medio de una donación económica. Así, hemos visto como usuarios anónimos y personajes públicos ligados a gobiernos, el arte y el deporte han repletado la red de videos donde se debe desafiar a tres amigos, propagando la ayuda.

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Sin embargo, la campaña que ya acumula más de 40 millones de dólares (en comparación con 2.1 millones del año pasado) también tiene un aspecto criticado: la cantidad de agua desperdiciada e inclusive los riesgos para la salud.

Sólo en Facebook existen 1,2 millones de posteos relacionados al tema, recopilados en unas tres semanas. Un cálculo ràpido pero demostrativo realizado en The Washington Post afirma que si un balde como el usado en los videos tiene una capacidad promedio de 15 litros, hasta ahora se han gastado casi 19 millones de litros, el equivalente a 120 baños de tina o 95 millones de vasos de agua.

Es por ello que la Environmental Protection Agency (EPA) indicó que si bien apoyan la iniciativa, lo mejor es "alentar a los participantes a ser creativos cuando se utilice este recurso, tal como en un jardín que necesite agua o encontrar una manera de reutilizarla".

Aún así, la cantidad de agua desperdiciada es poca, en comparación con los 1.200 litros diarios utilizados en una casa promedio en Estados Unidos.

Los riesgos

También hay un riesgo en esta práctica inofensiva. De acuerdo a Consuelo Sánchez, médico de la U. San Sebastián de Concepción, pueden existir problemas en casos con problemas cardíacos o cambios de temperatura bruscos, como bradicardia (pulso lento), pérdida de conocimiento y arritmias entre otros.

Si consideramos que esto se realiza en época de calor en norteamérica (37ºC), la exposición de la cabeza y rostro con el agua y hielo puede desencadenar un "efecto de inmersión", que hace que una persona deje de respirar debido al bloqueo de las vías respiratorias y la ralentización del ritmo cardíaco, incluyendo un ataque. Es el caso de un hombre de 40 años en Nueva Zelanda en estado de ebriedad que falleció horas después de realizar el reto.

Fuente: The Washington Post, The Wire, ALS Association, 3news.co.nz

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