Detienen en República Checa a un admirador de Anders Breivik con armas y explosivos

El sospechoso de unos 29 años, ya había sido arrestado en el pasado por diversos delitos. Algunos de los vecinos consultados por los medios checos consideran que el sujeto era un desequilibrado mental y no un militante de ultraderecha. <br>




La policía checa detuvo hoy a un admirador del ultraderechista noruego Anders Behring Breivik con un arsenal de armas y explosivos que podrían haber servido para un atentado.

El detenido, de 29 años y de la ciudad de Ostrava, estaba reuniendo municiones con la posible finalidad de preparar atentados inspirados en los perpetrados por el noruego y que acabaron con la vida de 77 personas. "En un registro hemos intervenido equipos informáticos, armas, munición y explosivos", aseguró el jefe de policía de Ostrava, Radovan Vojta, según recogen los medios checos.

"El artefacto explosivo intervenido funcionaba", agregó sobre la operación desarrollada el 10 de agosto y en la que se intervino también un dispositivo remoto para hacerlo estallar.

La operación de captura la desarrolló un grupo de elite de la policía checa por el temor de que el sospechoso hubiese montado explosivos en su piso para que estallaran cuando se forzara la puerta.

Vojta explicó que probablemente el detenido quería hacerse pasar por un policía durante el atentado que planeaba, porque había adquirido partes de uniformes de los efectivos, aunque reconoció que no saben cuál podría ser el objetivo del posible ataque.

El sospechoso ya había sido detenido en el pasado por diversos delitos, incluido el de posesión de armas, y en su comunicación por internet utilizaba el apodo de Breivik, lo que alertó a los investigadores. Por ahora, la Policía no ha querido revelar más detalles de la operación.

Algunos de los vecinos consultados por los medios checos consideran que el detenido era un desequilibrado mental y no un militante de ultraderecha.

En julio del año pasado Breivik perpetró dos atentados, en el que murieron 77 personas, ocho al estallar una bomba en el distrito gubernamental de la capital y las restantes 69 en un tiroteo en la cercana isla de Utoya, donde acudió disfrazado de policía.


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