Disidentes que ocupan una iglesia en Cuba piden que el Papa medie sus demandas

El vocero del grupo que ocupa la capitalina Iglesia de la Virgen de la Caridad, dijo que su petitorio va desde acceso a la información, hasta la instalación de un gobierno provisional en la isla. El Pontífice visitará La Habana a fin de mes.




El vocero de un grupo de disidentes que ocupó un templo en Cuba informó que no esperan ver personalmente al Papa Benedicto XVI durante su visita a la isla, pero sí que el Pontífice sea un mediador de sus demandas.

Fred Calderón, uno de los líderes de las 13 personas que el martes ingresaron a la capitalina Iglesia de la Virgen de la Caridad dijo en  una entrevista telefónica que las demandas van desde acceso a la información a la instalación de un gobierno provisional en la isla.

"Queremos que él interceda por nosotros (...) que sea un mediador de nuestras demandas", señaló.
La iglesia permaneció semicerrada ayer y hoy. Las autoridades religiosas afirmaron que la ocupación es irrespetuosa y los disidentes son "irresponsables". Consideraron imprudente por parte de los activistas usar las parroquias como "trincheras" políticas.

Calderón hizo un recuento de los variados pedidos que tienen para que el Pontífice le haga al gobierno cubano a nombre de ellos, entre ellos libertad para presos políticos, derecho pleno a la propiedad privada, acceso a la información, que se eliminen los requisitos para que los cubanos viajen y la instalación de un gobierno provisional.

Otro disidente que permanecía afuera de la iglesia ayer, y a quien un sacerdote no dejó sumarse a sus correligionarios, dijo que esperaban ver personalmente al Papa. Calderón precisó que solo esperan la "mediación" pontificia.

Benedicto XVI llegará a Cuba procedente de México el 26 de marzo y concluirá su vista el 28 en La Habana, en cada una de las ciudades oficiará una misa.

La agenda del Pontífice, de 84 años de edad, no prevé encuentros con disidentes, miembros de otras religiones o personalidades fuera de la cúpula de gobierno.

"No vamos a salir", manifestó Calderón. "Nosotros no vemos a la Iglesia como una trinchera sino como un refugio", agregó en alusión a los duros calificativos la Iglesia.

Calderón informó además que habían sido visitados varias veces por monseñor Ramón Suárez Polcari, canciller del Arzobispado de La Habana, que les ofreció traer a un funcionario de gobierno para que hablen con ellos.

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