Editorial Forja lanza el libro El rey de Golkier

La obra narra una historia de bosques encantados, guerreros, personajes fantásticos como los elfos, que aparecen y desaparecen.




Como "Un viaje a la fantasía, que reúne todos los ingredientes de la literatura clásica", calificó el profesor y Doctor en Comunicación, Semiólogo, Ensayista y Analista Político, Alejandro Carreño la primera novela de Rocío A Ramírez titulada El rey de Golkier, editada por Editorial Forja.

La fantasía épica que propone la autora es tan entretenida como las obras clásicas del género, pero a la vez se desarrolla desde una perspectiva más propia.

En 365 páginas, Rocío, estudiante de 4º año de Licenciatura en Historia de la Universidad Católica de Chile, narra una historia plagada de bosques encantados, hermosos guerreros, personajes fantásticos como los elfos, que aparecen y desaparecen.

Rocío, quien se declara adicta a "lo fantástico" empezó el 2007 a pensar la idea del libro y, según ella, lo tenía totalmente desarrollado en la cabeza; solo le faltaba el final que llegó el 2011.

Reconoce que cuando empezó a escribir pensó en los jóvenes, los del estilo Tolkien, pero "después me di cuenta de que también llegaba a un público más adulto".
"La narración oscila entre el estilo directo y el indirecto, en un juego narrativo que se complementa, y del cual participamos con la angustia, la duda, la pregunta o la inclinación por uno de ellos", señaló Carreño.

La autora indica que, a pesar de tener muchas páginas, trató de entregar capítulos cortos y entretenidos. Y que en un comienzo "no pensaba comercializarlo", pero cree que de alguna manera ayudará a "incentivar la lectura en la gente joven".

Carreño, por su parte, agrega que "su modernidad está en el lenguaje, muchas veces coloquial, donde expresiones como "cuídese, que le vaya bien", "no puedo creer que ya llegó el día", "tú lo has dicho", "por supuesto que sí", le confieren a la narración ese necesario aire de espontaneidad narrativa e intimidad con el lector, que todo novelista debe manejar muy bien, para no convertirse en el único leedor de su obra. Y esto, Rocío lo hace naturalmente".

Y como otro de los síntomas de la modernidad de la novela  destaca su final abierto "en el que varias lecturas son posibles". Sin embargo, piensa que igual podría tener una segunda parte y "ya llevo 50 páginas", indica la autora quien además piensa escribir, más adelante, una novela histórica, ya que hay muchos acontecimientos que merecen ser conocidos, y de esta manera podemos acercar la historia a los lectores.

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