EEUU deplora muerte de disidente cubano y lo califica como un "defensor joven y valiente" de los DDHH en Cuba

La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland urgió al gobierno de Raúl Castro, a "permitir el pleno acceso a las prisiones y los presos políticos al relator especial de la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja".




El gobierno de Barack Obama, a través de la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, deploró la muerte del disidente cubano Wilman Villar, un "defensor joven y valiente de los derechos humanos en Cuba".

Nuland calificó el hecho como "una tragedia" que se produjo "después de una larga protesta pacífica" contra el gobierno que le llevó a ser encarcelado, algo que se ha convertido en una práctica "demasiado común para silenciar a la disidencia" en la isla.

Villar falleció ayer de neumonía tras una huelga de hambre que inició en noviembre en prisión, después de haber sido condenado a cuatro años de cárcel por delitos de desacato y atentado a la autoridad.

La portavoz atribuyó la responsabilidad final por la muerte a La Habana, dado que el activista fue "injustamente arrestado" y "no habría comenzado la huelga de no haber sido detenido".

"Su muerte subraya la necesidad de un mayor escrutinio internacional del historial de derechos humanos de Cuba, y la observación internacional de las prisiones cubanas", opinó Nuland en declaraciones a la prensa.

"Urgimos al gobierno de Cuba a permitir el pleno acceso a las prisiones y los presos políticos al relator especial de la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja", añadió.

Nuland se unió al llamado expresado hoy por el gobierno español para que Cuba libere a todos los prisioneros políticos, algo que "ha sido la posición de Estados Unidos durante años".

Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Villar fue detenido el 14 de noviembre cuando participaba en una protesta de ese grupo en la localidad oriental de Contramaestre, donde residía.

Días después, se le sometió a un "juicio sumario" por delitos de desacato y atentado a la autoridad, por lo que recibió una condena de cuatro años de prisión. Fue encarcelado en la cárcel de Aguadores, donde comenzó una huelga de hambre que fue deteriorando su salud hasta que fue trasladado a un hospital el pasado viernes.

La CCDHRN considera que el Gobierno de Cuba "tiene toda la responsabilidad moral, política y jurídica" por la muerte "evitable" de Wilman Villar ya que se encontraba bajo la custodia del Estado.

Villar es el tercer disidente cubano que muere por una huelga de hambre en la cárcel tras los casos de Pedro Luis Boitel, el 25 de mayo de 1972, y Orlando Zapata en 2010.

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