EEUU estudia fórmulas para manejar el clima

Investigación busca las tecnologías más adecuadas para regular el clima planetario y así mitigar el cambio climático, pero escépticos dudan de los reales alcances de la investigación.




EN AGOSTO de 2012, el magnate Russ George vertió 100 toneladas de sulfato de hierro en el océano Pacífico, en la costa oeste de Canadá, como parte de un ambicioso experimento de geoingeniería, una rama de la ciencia que busca manipular el clima. La idea del millonario era multiplicar el plancton gracias a la acción del hierro, consumidor natural del dióxido de carbono, y así potenciar la capacidad del mar de eliminar uno de los principales gases de efecto invernadero que generan el cambio climático.

Sin embargo, el proyecto fue severamente criticado, pues no existe certeza de su inocuidad.

Precisamente, para evitar futuros experimentos de esta naturaleza y mejorar el conocimiento de la geoingeniería, la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (NAS) convocó en julio a un grupo de expertos para iniciar un estudio que, por primera vez, evaluará los riesgos y beneficios de las actuales soluciones de ingeniería que se han discutido para modificar el clima y reducir los efectos del cambio climático, información que se pondrá a disposición de las autoridades de EE.UU.

La mayoría de estas soluciones buscan "secuestrar" el dióxido de carbono, para enterrarlo bajo el océano (llamados procedimientos CDR, sigla de Carbon Dioxide Removal) o enviar parte de la radiación solar de regreso al espacio (SRM, sigla en inglés de Manejo de la Radiación Solar) y así contrarrestar el alza global del termómetro. Según NAS, el estudio analizará un número limitado de técnicas de geoingeniería propuestas.

"Nuestro objetivo es proporcionar a las autoridades la mejor información disponible tanto de geoingeniería solar y de las propuestas de eliminación de dióxido de carbono en una forma clara, fácilmente comprensible y lo suficientemente detallada para servir como base para tomar decisiones políticas", dice a La Tercera Ken Caldeira, especialista del Departamento de Ecología Global, con sede en la U. de Stanford (EE.UU.) y uno de los expertos que participaron del panel.

La idea del proyecto, sintetiza Caldeira, "no es buscar nuevas tecnologías, sino resumir la información que ya se encuentra en estudios revisados por otros científicos. Evaluaremos esta literatura. Nuestro objetivo principal es proporcionar información clara y de alta calidad".

Sin embargo, entre los financistas del proyecto, avaluado en 630 mil dólares, además de la Nasa y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa), figura la CIA, lo que ha generado una ola de teorías conspirativas, las que el principal órgano de inteligencia de Estados Unidos ha desestimado. El organismo ha explicado que el cambio climático es una amenaza potencial para la estabilidad geopolítica mundial, por lo que se requiere un análisis exhaustivo de las opciones de mitigación que actualmente se discuten. "En un tema como el cambio climático, la agencia trabaja junto a los científicos para comprender mejor el fenómeno y sus implicaciones en la seguridad nacional", explicó Edward Price, vocero de la CIA, al sitio Mother Jones.

Caldeira coincide. "No es un estudio de la CIA. Es un estudio de la Academia Nacional financiado por el Noaa, la Nasa, la CIA y la propia Academia Nacional".

"Si pensara que de alguna manera nuestro informe iba a ayudar a la CIA a hacer algo nefasto, puede estar seguro de que no participaría", aclara.

Además, el experto afirma que si la CIA trabajara en un programa secreto en esta área, "no lo haría mediante un proyecto de financiación pública y abierta al público, revisado y elaborado por un grupo de académicos".

El informe final está previsto para el segundo semestre de 2014, y entre las tecnologías propuestas para evaluación científica están la dispersión de aerosoles de sulfato en la alta atmósfera para reflejar la energía del sol, o el almacenamiento de dióxido de carbono en el océano profundo (ver infografía). El panel también tendrá en cuenta los riesgos, que en este caso incluirían la acelerada acidificación de los océanos.

Caldeira aclara que sólo se trata de un trabajo de evaluación y no hay planes para implementar cualquiera de las tecnologías de geoingeniería que el panel revisará. "Tecnologías como la eliminación de dióxido de carbono son generalmente caras a gran escala, y aparte de la plantación de árboles y cosas por el estilo, no hay planes, que yo sepa, para probar estas tecnologías más allá de la escala de un laboratorio", dice el experto.

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