El británico que quiso asesinar a Franco

Stuart Christie fue arrestado a los 18 años por participar en un complot para matar al general y poner fin a tres décadas de régimen militar en España.




En 1964 un joven anarquista, Stuart Christie, fue arrestado en Madrid por participar en un plan para asesinar al general Francisco Franco y poner fin a casi tres décadas de régimen militar. Medio siglo después Christie relató a Mike Lanchin, del programa Witness, "Testigo", de la BBC, por qué acabó participando en el complot que cambió su vida.

Stuart Christie, de 18 años, había llegado a la capital española con una mochila llena de explosivos procedente de Londres. Le habían dicho que debía ir a las oficinas de American Express para recoger instrucciones.

"Llegué a Madrid, fui a tomar un café a la Puerta del Sol, y luego caminé a las oficinas de American Express. Cuando entré vi al menos cuatro o cinco hombres con lentes oscuros y recuerdo que pensé que debía tener cuidado", recuerda Christie.

"Fui a la oficina y presenté mi pasaporte a la chica en el mostrador y cuando iba a tomar el documento la detuvieron sus superiores que interceptaron la carta con instrucciones. En ese momento supe que había caído en una trampa".

Christie salió a la calle e intentó huir. "De pronto me hallé contra una pared y esposado. Dije 'soy un ciudadano británico, soy turista', pero ellos respondieron 'eres un terrorista y vienes con nosotros'. La boca se me secó, toda la saliva desapareció y me sentí como un loro en una jaula".

"TENÍAMOS ENTRE 16 Y 22 AÑOS"

¿Cómo había llegado Christie a participar en el plan?

Meses antes, en Londres, el joven había entrado en contacto con miembros de un grupo clandestino de anarquistas, formado por exiliados españoles que se oponían en forma acérrima a Franco.

"Había mucha camaradería en el grupo. Discutíamos sobre política, bebíamos, cantábamos, como puede esperarse de jóvenes. Todos teníamos entre 16 y 22 años".

Los exiliados seguían ávidamente los eventos en territorio español, donde el régimen respondía con creciente represión a sus opositores.

"Me pidieron que fuera a la casa de uno de los miembros del grupo. Allí fuimos a un cuarto en la parte trasera de la casa y me dijeron. 'algo sucede, ¿estarías dispuesto a viajar a fin de mes?'"

"No pregunté qué debía hacer específicamente pero sabía que sería algún trabajo de mensajero. Supuse que se trataría de armas o explosivos. Me sentí entusiasmado de pasar a la acción finalmente en lugar de simplemente esperar".

Christie dijo a sus amigos que iba a trabajar en viñas en el sur de Francia por el verano y viajó de Londres a París. Allí un contacto le dio varios paquetes con explosivos y afirmó que debía entregarlos a un individuo en España.

"Me dijo que cuando encontrara al contacto en España debía llevar un pañuelo como si tuviera una venda en la mano. Alguien se aproximaría para decirme 'qué tal, le duele?'".

"Yo debía decir 'no me duele'. Y si me hablaban debía responder 'soy alemán', entregar los paquetes y regresar a Francia.

"BAÑADO EN SUDOR"

Antes de llegar a España Christie decidió sacar los explosivos de su mochila y esconderlos. Los sujetó a su cuerpo con cinta adhesiva y en pleno verano se puso encima un sweater grueso de lana que le había tejido su abuela.

"Estaba bañado en sudor y encima de todo el auto se paró varias veces, por lo que tuve que bajar y empujarlo. Con el sudor se aflojó la cinta adhesiva y yo sentía cómo los explosivos se me deslizaban. Había agentes de tránsito en la calle y temí que el paquete acabara en los pies de un policía y me descubrieran".

No fueron los explosivos los que delataron a Christie. La policía secreta de Franco había infiltrado a los grupos de exiliados en París y Londres y estaban al tanto del complot.

"Luego de arrestarme me llevaron en auto a la sede del organismo de seguridad. Comenzaron a interrogarme y no encontraron nada al principio, pero cuando inspeccionaron mi bolsa de dormir vieron los explosivos. Sabían exactamente qué buscaban y además ya tenían la carta con instrucciones en su poder".

"TODAVÍA SOY ANARQUISTA"

Christie fue hallado culpable de terrorismo y condenado a 20 años de prisión, aunque fue liberado luego de tres años y medios, en septiembre de 1967.

Vive en el sur de Inglaterra, donde tiene una imprenta y aún participa en política.

¿Qué siente 50 años despues?

"Todavia soy un anarquista y no veo como esto pueda cambiar en el futuro. Es más, el tiempo que pasé en prisión fortaleció y consolidó mis ideas".

"Mi abuela me dijo, no puedes ir por la vida siendo un espectador, debes ser responsable por tus acciones. Ese sentido de responsabilidad fue lo que me llevó a involucrarme en la resistencia antifranquista".

"Sentí que no tenía alternativa".

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