El especial elogio a Pellegrini: "Es raro y tiene conductas radicales. No vive sólo para el fútbol"

El prestigioso diario El País publicó una columna de un ex jugador de Real Madrid en la que con ironía se destaca que el DT chileno es equilibrado en su vida y no un obsesivo del deporte.




Manuel Pellegrini ha recibido duras críticas y grandes elogios durante sus distintas etapas en España. Ahora que está disfrutando de una histórica campaña con el Málaga en la Liga de Campeones los halagos son los que lo rodean. Y en ese escenario, el prestigioso diario El País publicó una columna en la que con ironía, en el fondo se destaca el equilibrio del técnico chileno en comparación al estilo de otros, que aunque no se mencionan se les describen con señas que hacen recordar a Marcelo Bielsa o José Mourinho.

La nota de Santiago Solari, ex jugador del Real Madrid, con el título "Qué tipo raro, Pellegrini", parte con una corta descripción de su carrera, combinada con sus estudios de ingeniería civil,  y rescata una anécdota que lo describe: "En 1986 disputó una pelota con un desconocido y, cuando fue a cabecear, el joven le sacó tanta altura en el salto que decidió retirarse. Nadie podía saber que el chico, de apellido Zamorano, se convertiría en uno de los mejores futbolistas chilenos de siempre. Pero se demostró que Pellegrini no solo era un futbolista con estudios universitarios sino también con autocrítica. Un bicho raro en el ecosistema futbolero".

Se habla de que trabajó en la reconstrucción de edificios tras el terremoto de 1985 y de su desarrollo como entrenador hasta llega al Málaga.

Pero al describir el estilo de Pellegrini, comienza el juego de ironías: "Pellegrini es raro y tiene conductas radicales. Por ejemplo, no vive exclusivamente para el fútbol y considera, por alguna oscura razón, que esa exclusividad lo haría peor entrenador. Sobrelleva con pesar la distancia que lo separa de su familia, que vive en Chile, y cuando termina de practicar, analizar partidos, programar contenidos y planificar los futuros entrenamientos, aun le sobra tiempo. No se mantiene enfrascado y obsesionado con el fútbol, como debería hacer para demostrar su compromiso con la profesión, sino que prefiere escuchar música, ver películas y leer. Un tipo rarísimo".

La columna agrega que "esas excentricidades tocaron el punto máximo un día que decidió tomar lecciones de tenis —el colmo de la distracción frívola— cuando podía dedicar ese tiempo a ver más partidos o a intentar agotar todas las posibles combinaciones de los sistemas tácticos con las fichas magnéticas en el pizarrón del vestuario".

También se apunta a su "pasiva actitud durante los partidos, donde generalmente se lo ve sentado, contemplativo, esgrimiendo alguna indicación puntual solo cuando es oportuno. Nunca gritando minuto a minuto lo que deben realizar sus futbolistas, como si realmente creyera que puedan generar pensamiento propio. Una convicción que comparte con otro tipo raro del fútbol: Vicente del Bosque".

Además se menciona que "otra extravagancia de Pellegrini es no creer que el éxito del funcionamiento de un grupo dependa de hacer, de vez en cuando, un ritual público de sacrificio, como hacían los Aztecas. No lo hizo con Guti tras las secuelas del Alcorconazo y manejó con discreción de mimo el sonado conflicto con Riquelme. Una moderación que desconcierta a la audiencia futbolera, que si no ve la sangre derramada desde la cima de la pirámide descree del poder del líder".

Y se plantea que "no cree en sistemas perfectos. No supedita el juego de sus equipos a la táctica sino que la entiende como la inteligencia aplicada al servicio del juego, y considera que el mejor sistema es aquel en el que el técnico logra el compromiso de sus jugadores".

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.