El ex presidente Felipe González no ve garantizada la españolidad de Repsol

"Mi opinión como ciudadano es que no me gusta", respondió el ex gobernante (1982-1996), en una entrevista con la cadena radial Ser, a una pregunta sobre el anuncio de Sacyr y Pemex de que votarán conjuntamente en las decisiones que afecten a Repsol.<br>




El ex presidente del gobierno de España, Felipe González, discrepó hoy con el gobierno  respecto a que la alianza entre la constructora española Sacyr y la petrolera mexicana Pemex en Repsol sea sólo una "operación empresarial", pues no cree la tesis de que será garantizada "la españolidad" de la petrolera.

"Mi opinión como ciudadano es que no me gusta", respondió el ex gobernante (1982-1996), en una entrevista con la cadena radial Ser, a una pregunta sobre el anuncio de Sacyr y Pemex de que votarán conjuntamente en las decisiones que afecten a Repsol.

El 29 de agosto, Sacyr, máximo accionista de Repsol, con el 20,01% de capital, y Pemex 4,81%, acordaron sindicar los derechos de voto de sus participaciones, y que la compañía estatal mexicana compraría un 5% más antes de un mes.

El pasado viernes, en cumplimiento de lo previsto en el acuerdo con Sacyr, Pemex adquirió 56.377.090 acciones de Repsol, representativas del 4,62 % del capital de la petrolera española, por unos 1.150 millones de euros (unos US$1.633 millones) a precio de mercado.

En cuanto a lo esgrimido por el gobierno, con quien comparte la misma filiación política, Felipe González insistió en que no cree lo que se ha argumentado para no intervenir ante la operación, y preguntó, con ironía, si no se trata de "una broma".

"El argumento que se ha dado no me gusta porque no me lo creo y no es correcta la apreciación que se ha hecho", dijo González, y expresó su convencimiento de que la petrolera Pemex tendrá como prioridad "defender los intereses mexicanos" y no la españolidad de Repsol.

Al expresidente le "asombra" -dijo- ver que la Comisión Nacional de la Energía (española) diga que "aquí no hay nada que revisar" cuando argumenta que esta operación no afecta a la seguridad de suministro de España, pese a que Repsol tiene participación en el mercado regulado de este país, a través del desarrollo nuclear y gasífero.

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